EL PITÓN PARTÍO

Los toros se arrastraron con un solo caballo pues los atarres del otro se quedaron en la finca de Mancebo. Esta foto pertenece a un arrastre en Valencia.

EL PITÓN PARTÍO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

MARBELLA, 27 de julio. Toros de los Hermanos Sampedro desigualmente presentados. Cumplieron en el caballo, segundo y tercero. En general buenos y nobles. Manejables tercero y quinto. Invalido el primero. Resto flojos.RIVERA ORDÓÑEZ, silencio y oreja. TALAVANTE que se presentaba en Marbella, oreja y oreja. CAYETANO, dos orejas y oreja.

El festejo comenzó cuatro minutos tarde. Los alguacilillos no hicieron el despeje. Los toros siguiendo la tradición moderna se hicieron la manicura en las encinas de las dehesas, la tierra y las piedras de las fincas. Cayetano comenzó la vuelta al ruedo paseando las orejas de su primer toro sin la cuadrilla, que andaba de cháchara con los colegas.

La cosa fue de los más comentado tras la corrida. Resulta que el mejor toro. El que hubiera podido ser el mejor toro, va y se parte un pitón. En realidad no se partió un pitón. Se partió todo el cuerno derecho. Y en realidad el toro, per se, tampoco se lo partió. Un subalterno desde el burladero llamó al toro, apunto de empezar Rivera Ordóñez la faena, y provocó en la acometida que el cuerno saltara en pedazos. No tengo noticia de que se le tomara la filiación al provocador, y tampoco tengo noticia de que se elevara expediente para sanción por tan brutal acto, por otra parte muy común entre las cuadrillas, la de asesinar sibilinamente a ciertos toros. Dicen que fue un accidente, y si hubiera autoridad en esta plaza, que no la hay, sabrían que estos actos provocadores siempre terminan mal, y por consiguiente, convendría sancionar al infractor, para poner escuela.
Sea como fuere, el caso es que Rivera Ordóñez se quedó sin toro y de una estocada en dos tiempos lo finiquitó. El publico, que es incondicional de Rivera en esta plaza, y en la de otros muchos pueblos, le pidió una oreja que el señor presidente, viendo que no era suya, consintió en conceder. Claro que el señor presidente concede todo lo que se le pide porque el señor presidente, como todos los de este país, no cobra en estos espectaculos taurinos, y no es el caso de echarse él mismo la gente encima, y por esa razón es su generosidad. Generosidad que se extiende a todos los presidentes de plazas de pueblo.
Rivera Ordóñez estaba embalado en este toro. Había puesto banderillas con solvencia. Mejor el segundo par. El del violín un churro. Pero incomprensiblemente después del ¿accidente? no gritó a nadie de su cuadrilla. En el primero si le dio gritos al Lili por “no lo toques más”. No cortó orejas en este toro porque se entretuvo con la espada demasiado tiempo, pinchando y pinchando. El animalito estaba hecho una pena. Le fallaban todas las fuerzas y tiró de oficio el matador.
Se presentaba Talavante en Marbella y había ganas de verlo. Recibió con alegría de capote al segundo y en faena que brindó al publico dio series aceptables pero sin embarcar el toro, abusando del pico y más tarde abusando de su quietud, que está más cerca del tancredismo, le cortó el viaje al animal que terminó protestandole las embestidas. Con el quinto volvió a cometer el mismo error haciendo del encimismo su bandera con la cual pretende ganar créditos.
El lote de Cayetano fue el peor lote, dentro de la bondad de la corrida. El tercero por falta de fuerzas se defendía y el torero hizo lo que pudo para sacar partido, hasta se puso de rodillas. El sexto fue un toro de menos a más y con el tuvo esos detalles de elegancia y empaque que forman parte de su personalidad.

¡Aquí paz y allí gloria!