LLORAREMOS DE GOZO

LLORAREMOS DE GOZO
Por Agustín Hervás

Algún día lloraremos de gozo por que la extraña tiniebla que nos envuelve, al amanecer, se haya convertido en la alegre esperanza del triunfo. No el de la arrogancia del vencedor, sino el de la sinceridad del humilde.
Algún día deberemos mostrar al mundo que la victoria de los chavales que se juegan la vida en “todos los valles del terror” habidos en esta piel, ha tenido su compensación por verse liados en los patios de cuadrillas de plazas meritorias.
Los resistentes no debemos olvidarnos del intramundo del toreo, pues en el se cuaja la autentica tauromaquia. No la del cite cruzado, el pase perfecto y el remate colosal para arrancar un olé o un impulsivo aplauso, sino la de la plaza de pueblo, con mozos como cubas, pitones como puñales y por prendas calabazas y sandias arrojadas como premio a las cabezas de los toreros. En la taquilla sin dinero y en la palma de la mano sin color. ¡Ah y el año que viene ya veremos!
La tauromaquia se forma desde abajo, como que por los pies se viste un torero, pues la filosofía del toro es clara: un transito hacia la muerte. ¿Y qué es sino la vida?
En el lugar donde os encontréis: Carmen Esteban. Hablad y escribid. Sé que luchas con nosotros. Rober. Para cambiar lo descafeinado por una fiesta grande, grande. Antonio José. Para la claridad de una fiesta pura frente al chovinismo grandilocuente. Macias. Por eso, por resistirnos a que mueran las esencias, por concretar esfuerzos y difundir planteamientos. Angel Luis. Por esa Trinchera de Paracuellos que hay que mantener y resistir hasta que los víveres nos sean suministrados. Sí Angel, es el mejor espectáculo del mundo. El más vivo, el de más verdad y el más emocionante. Aquí la vida no vale un suspiro si no sabes respirar.
Veis, ya somos más cada día y cada día contamos más.
¡Gracias querida y sufrida afición!
¡A las barricadas!