18 julio 2007

A LA DERIVA

Posted by Picasa

Plaza de Ronda, siglo XVIII

A LA DERIVA
Por Agustín Hervás

Antonio navega en un mar de dudas. Se cabrea. Y Antonio tiene razón al cabrearse. La cosa es para eso y más. La RESISTENCIA, ese grupo malagueño del que formo parte como notario, surgió por el cabreo de los militantes que, tanto fue, que decidieron convertirse en guerrilleros en contra de lo taurino si por ello entendemos el poder establecido, para luchar a favor de los eternos valores de la tauromaquia y el toro bravo. Nadie nos entiende como Talibanes, aunque así nos llamen miembros de los poderes fácticos, digo nadie de los que leen el diario, (La Resistencia en sí es anónima), sino que se nos ve como defensores abiertos a la evolución lógica del toreo preservando las raíces. Sabiendo de dónde venimos pero trabajando para llegar a donde queremos ir, sin que nadie nos usurpe la verdad, la vergüenza torera y el respeto al toro bravo, eje de la fiesta.
Propongo pues a los que se sienten ir a la deriva que se aglutinen en resistencias, que desde los foros abiertos, que ahora más que nunca tenemos en las manos que mueven los teclados de los ordenadores y teléfonos, clamen por la esencia misma de este espectáculo y luchen por sus virtudes.
¡Formen resistencias combatientes! Exclúyanse de organizaciones taurinas legalmente constituidas pues la mayor parte de ellas están intervenidas por el facto. Reúnanse una vez al mes y el notario que cuente en un Blog, en forma de acta, lo allí tratado.
Antonio se fue a Burgos, quería ver a José Tomás y lo vio. Me da fe de que lo vio con una gatada. Antes que sea más tarde quiero recordar que el actual empresario de Burgos fue objeto de las saetas de la resistencia malagueña. Algunos lo recordarán como El Marqués de Fuengirola. Me dice Antonio que Tomás “estuvo como lo recordaba” pero que no sabe si debe valorar su actuación. Yo digo que sí. Que hay que valorarlo con el toro que tuvo delante por presentación y por casta y también habremos de valorar si este es el Tomás que nos gustaría ver siempre o el Tomás que triunfó en Sevilla y en Madrid. Siempre dije que lo peor que hizo este torero fue dejar las estructuras del toreo como estaban, siendo un torero que podría haberlas cambiado. Pero no apoyando causas benéficas para que los enemigos nos perdonen la vida. No. Si no combatiendo en el ruedo y en los despachos por la integridad y la pureza de este espectáculo. Sólo de esa forma me interesa José Tomás. Para ver lo que Antonio vio en Burgos y otros vieron en Alicante y Algeciras, no lo quiero. Ya tuve bastante con lo que le vi en su etapa anterior.
Me dice Antonio que en otras “circunstancias”, se entiende por el boato de la reaparición, no hubiera ido a Burgos, pues es una plaza de menor rango. Antonio es un aficionado de las Ventas.
Continua Antonio escribiendo a modo de reseña que El Cid se alivió, “no fue poderoso, con calidad, si, pero no se ajustó” y que “Ramos fue la mediocridad personificada”
Efectivamente el asunto que plantea Antonio es importante porque lo que se ofreció en Burgos (y en tantas otras plazas menores) no es un espectáculo de toros donde la emoción prima. Es un espectáculo distinto que en verdad nada tiene que ver con la “autentica fiesta que empieza por el toro”. Así las cosas, el aficionado (que serlo no significa ser manso), debe ver la corrida bajo tres parámetros fundamentales: La plaza. Porque no podemos ser ajenos a la idiosincrasia del pueblo que la alberga. No es lo mismo ver toros en Las Ventas, que en Vistalegre. O en Sevilla que en Almería. El toro que en esa plaza salga. No puede ser en presentación el mismo toro, el de Pamplona que el de Badajoz, aunque si debemos exigir que esté integro de pitones y sea un animal rematado por delante y por detrás. Según su encaste. Y ¡ojo con esto de “según su encaste”! porque por ahí cuelan los taurinos a los veterinarios y presidentes mucha morralla. Y el torero, cuya primera obligación es estar en forma física y mental para poder ofrecer lo mejor de él (según su personalidad), todas las tardes, toree en plazas de primera, segunda o tercera. Suele suceder con mucha frecuencia que el precio de las entradas en plazas de tercera es infinitamente más caro que en las de primera.
El aficionado comprometido debe ir a la plaza donde le plazca para ver el cartel o al torero que le guste. Y debe discutir con las peñas a fines a los poderes (toreros, ganaderos, asociaciones culturales, etc.) sobre lo que se ve, para que no prevalezca sólo la opinión de los que gustan de la fiesta por su diversión y confunden la emoción con el terror.
El aficionado a toros es comprometido con el espectáculo y critico por definición, nunca es un manso al servicio de los corraleros. El aficionado a toros es amante del toro bravo al que defiende por encima de todo. Un aficionado no necesariamente está agrupado. Puede ser un solitario. Un lobo estepario al viento de la integridad y la pureza. Y además, rehuya el aficionado a toros de los encasillamientos de coletillas “... culturales”. Tras de ellas hay muchos enemigos agazapados.
Y en realidad lo mejor que puede hacer un aficionado a toros es no sentir vergüenza de lo que es. Somos ciudadanos que sentimos y vibramos viendo a un torero jugarse la vida con un toro que finalmente muere en el ruedo, pues ni más ni menos, como debe ser... y además todo lo demás que nosotros sabemos y algunos, por ignorancia se pierden, incluido el respeto a los que quieren crucificar esta fiesta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Antonio te da las gracias efusivamente por este magnifico artículo y por poner en claro mis dudas.

Gracias Agustín¡¡¡

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo Agustín con tu post. Muchos días te entran ganas de "tirar" la toalla pero como bien dices hay que mantener la "resistencia" como única forma de mantener las esencias. Si, hay que poner en práctica día a día el contenido del MANIFIESTO, cada cual en el sitio donde viva y luego INTERNET que es la ruta para concentrar esfuerzos, informar con verdad de lo que sucede en las plazas y difundir e intercambiar planteamientos.
Un saludo
Pgmacias

Admin dijo...

Grande, Agustín, grande...!

Nos quieren colar un fiesta descafeinada.

Anónimo dijo...

Qué gran artículo, toca usted la herida en cuatro o cinco puntos de una manera exacta.Le felicito

Carmen Esteban

Anónimo dijo...

Conocido/desconocido Agustin. Totalmente de acuerdo con "La Resistencia", no queda otra que "Las Barricadas" estna empecinados en que nos rindamos y dejemos todo a su libre albredio y asi hacer y deshacer a su antojo.
Hace ya muchos años que decidí meterme en "La Trinchera de Paracuellos" y ahi sigo.
No se cuento aguanteré, cada dia es mas dificil, faltan "los alimentos y el agua", pero no quiero dejar de luchar por lo que creo que es mejor espectaculo del mundo. !Los Toros!
Felicidades por tu articulo.
Salud.
Angel Luis González