SAN FERMIN. VICTORINOS, uno bueno, dos manejables. LIRIA, silencio y silencio tras aviso. FERRERA, silencio y vuelta tras petición. CRUZ, silencio tras aviso y silencio
HUMILDE FERRERA ¡POR LOS COJ...!
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Desconozco a estas alturas de mi vida, y ciertamente que me da igual, si Ferrera estudió en un colegio religioso o por el contrario se educó en uno publico. En ambos colegios se enseña la matemática y la disciplina de Pitágoras. Y no por ir a uno o a otro el chaval saldría mejor o peor educado. Convendrán conmigo que la matemática es disciplina seria y que, como el toro, pone a cada uno en su sitio. Provoca humildad. Y que estudiar en ciertos colegios religiosos daba un especial orgullo que envanecía al alumnado. Había quien nos miraba por encima del hombro.
Ferrera mira por encima del hombro a la humildad. Ferrera debió ser un lince en la matemática pero lo que es en la tauromaquia no da una. Si uno es malo, es malo y punto. No es que lo proclame a los cuatro vientos (ya estamos los demás para hacerlo) pero uno lo sabe, se lo calla, vive haciendo como que torea y pone banderillas, la gente se lo traga, se hace uno rico, y no pasa nada. Uno que se hizo rico sin pegar un muletazo y hoy se ríe del toreo, es Litri hijo. Pero Litri hijo no levantó jamás una voz más alta que otra. Ferrera no es Litri, puestos a comparar me quedo con Litri en todo. Como persona y como torero. A Ferrera no le adivino buenas intenciones y como torero las pone en el ruedo. Dice que se pasó el toro cerca, se refería al quinto, y no era cierto. Dice que puso bien las banderillas, y no era cierto. Ferrera estaba calentito porque no le concedieron la oreja y Ferrera pidió para sí la oreja que se la había robado, en su opinión, la presidenta. Ferrera pedía la oreja como se pide un crédito a un banco y la pregunta es ¿necesita Ferrera un crédito?. Dice bien el refrán español de que por la boca muere el pez. En el toro del crédito de la oreja, el quinto, estuvo hecho un saltimbanqui cuadrando a cabeza pasada y saliéndose por los costillares. El tercer par, por dentro, que se supone siempre son más emocionantes, lo cambia y abre mucho al toro. Un desastre de tercio. Pero si desastre fue este tercio el del segundo toro fue horroroso además de la cabeza pasada es que no puso un par completo, en cuatro pares falló un palo en todos. La vulgaridad personificada. Con la muleta no tuvo opciones en este porque fue un toro malo. No de peligroso, sino de no valer para nada. Y con el otro puso voluntad si bien daba los muletazos de uno en uno. La humildad de Ferrera le llevó a decir que le habían robado una oreja de este toro después de matarlo con un pinchazo y una estocada que provoca derrame. Hay días que mejor es no salir a pasearse por esas plazas.
Pepín Liria no ha tenido lucidez para ver su lote, o no le ha interesado verlo. Pepín Liria, aunque no lo ha anunciado parece que está de retirada. Pero de una ponzoñosa retirada pues se niega a triunfar. Es como si viera que lleva ya muchos años en esto, ganándose los contratos todas las tardes y después de tanto, no verle color al esfuerzo. Comprendo que es para cabrearse pero los pamplonicas no tenían la culpa. El primero era un toro para hacer el esfuerzo porque humillaba en tobillero pero bueno. Se le achacó la negación, al viento, y aunque era verdad, no toda la culpa fue de Eolo. Al cuarto no le bajó la mano, arqueaba el cuerpo, se descubría con los engaños y el toro hacia por él, hasta que al final terminó por no embestir.
Se supone que Fernando Cruz está muy nuevo, torea poco, y todas esas cosas que se dicen de un torero joven e inexperto. Con ello se quiere justificar errores y malos planteamientos. Fernando tiene un turbio horizonte porque el esfuerzo realizado hoy en Pamplona no se le va a reconocer. Esfuerzo a medias porque debió pisar más el acelerador en el tercer toro que fue la alimaña del encierro, aún así le robó por la derecha una serie de muletazos ligados que fueron buenos. Y con el sexto lo intentó pero no pudo ser, el toro estaba muy parado porque se le pegó mucho en varas. En ninguno de los dos estuvo fino con la espada.
La corrida de Victorino muy terciada de presentación, solo el sexto tuvo cuajo, alguno sin rematar, el cuarto sospechoso de pitones. Primero bueno. Segundo malo. Tercero una alimaña. Cuarto y quinto manejables. Sexto parado.
¡Aquí paz y allí gloria!
14 julio 2007
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