DIARIO DE LA RESISTENCIA: Notas en la ausencia

DIARIO DE LA RESISTENCIA: Notas en la ausencia
Por Agustín Hervás

Aquí en esta tierra malagueña se dice que el sol sale por Antequera, se dice aquí y se dice en toda España, pero en ningún lugar como aquí eso contiene más verdad. Para los malagueños lo suyo es muy suyo y parte para los demás. En cambio los sevillanos son suyos y pa ellos, por eso el reglamento sevillita se lo han calzado a los malagueños y además los han hecho de primera como si quisieran redimirlos por padecer o haber padecido algún complejo por ser de segunda toda la vida. O quizás como dijo un guerrillero independiente porque en haciéndonos de primera les servirá a ellos para tapar las faltas en su plaza riéndose de nosotros los nuevos de primera.
Nadie se cree esto de que Málaga sea una plaza de primera, nadie, incluidos los políticos que consintieron la intervención en la tauromaquia y le echaron el marrón a Soriano para que diera la cara por una causa sin futuro faltándole la verdad a la fiesta. Decir mentiras sobre falsas verdades es ser conniventes con los que agreden la integridad de la fiesta.
¡Cómo está esto! se admiran los resistentes, que a un ganadero que acaba de denunciar que tenia que afeitar sus toros para poder lidiarlos en Azuaga, lo desprecian y a los afeitadores los convidan. Ignacio Huelva es su nombre. Y nadie los persigue ni los mete en la cárcel por fraude. Dice Soriano en su esperpéntico balance taurino vertido en la ciudad de las biznagas que no se han analizado ni uno solo de los pitones de los toros lidiados hasta ahora. La resistencia le puede dar hasta la hora de la lidia de los toros afeitados en un lugar de Andalucía donde todos los domingos hay corridas.
Se le ha perdido el respeto al toro bravo. Ya no nos queda fiesta. Ahora es el tiempo del folclore aupado y bendecido por Soriano.
Soriano, ese enemigo en cubierto de la tauromaquia, pedía cuando parió, dice que consensuada, la norma, que se cumpliera el reglamento, del que por cierto vocifera que va muy bien, pero ahora lo que quiere es que pase desapercibido o que desaparezca ya que el espectáculo es mas importante que una norma jurídica. Esta es la prueba irrefutable de que a Soriano los políticos andaluces le soltaron un marrón. Este enunciado, entiende la resistencia, significa un anatema contra la historia de la tauromaquia cuya fiesta ha arrojado en manos de los taurinos que terminaran acabando con ella en lo que la conocíamos como la única en su esencia y su verdad.
Los resistentes saben que en esta batalla no se va a ganar nada pero entienden que hacer oír sus voces será la alerta del daño infringido.
Hace falta medida y equilibrio en los festejos, dice el marronero y añade además, que el reglamento no modifica ni altera la lidia por eso es bueno, que es una esperanza para la tauromaquia del siglo veintiuno.
Los resistentes piensan que se equivoca, que lo que ha hecho es poner en bandeja de plata la cabeza del toro fiero e integro y ofrecérsela al voraz Olofernes de la pillería taurina. Encima va y admite que a las plazas va mas publico pero que hay menos calidad, que la salud de la fiesta es mala y su futuro no es fácil.
El ilustre Penna no es malagueño quizás por ello haya arrojado a los oídos de Soriano felicitaciones por el reglamento andaluz pidiendo, voz en alto, que se imponga en Madrid, cómo si Madrid necesitara de normas. Allí la única norma debe ser la de la afición y punto. ¡Que tiemblen los empresarios!
Y apareció Moya en la batalla. La resistencia se arma contra él.
El recurso presentado hace unas fechas no ha sido aceptado por Soriano, que debe guardarle el aire a su colega del partido y responsable del nombramiento, el delegado del gobierno José Luis García Marcos, que a la sazón fue nefasto delegado de sanidad, que aún reconociendo que cometió un error, dice Soriano, que no es importante en la balanza de las cosas hechas por Moya que seguirá presidiendo y que ya ha ido al campo para reseñar las corridas.
El servicio de espionaje de la resistencia ha pasado un informe a los mandos en el que consta que es miembro activo del PSOE, intimo del delegado del gobierno, que mantiene en el cargo a Moya a pesar de que presentó la dimisión y que está con Bolín, alcalde de Benalmádena, en el ayuntamiento, por un pacto de no agresión entre partidos. La resistencia piensa en otra posible operación Malaya. Los servicios jurídicos no se han pronunciado sobre las sospechas.
Moya lloraba con lágrimas infantiles reconociendo durante un escarceo entre trincheras que metió la pata con el indulto del novillo en el festival, que dimitió y que no se la aceptaron y que reconoce, - entonces el ataque resistente fue furibundo - que no se había leído el reglamento. Los mamporreros presidenciales, que los hay, intentaban defenderlo diciendo que esas decisiones hay que tomarlas por orden público y que si no que quien se iba a subir al palco. La resistencia al unísono contestó:

.- Hay cuarenta personas en Málaga con criterios suficientes para subirse al palco de La Malagueta. Ustedes no son imprescindibles.
Se callaron las ametralladoras. La resistencia se siente triunfal.
Se ve que a pesar de las decisiones de Sevilla sobre Málaga, se teme a la afición, a los resistentes que estamos. Claro no se incluye aquí al presidente de la Unión Taurina de Abonados, que moderó la batalla, que se mostró un pelotas con los agresores a la verdad de la fiesta. Esos temores detectados vienen porque se ha pospuesto en Málaga la presidencia femenina que sí estará en el 2007. Dice Soriano que las mujeres presidentas tienen derecho a equivocarse igual que los hombres.
La resistencia lucha enconadamente, como siempre, dando el pecho, sin aire acondicionado en el campo de batalla, donde no solo morir por el arma de la palabra sino de un golpe de calor es posible. Los políticos se han quitado del medio, no quieren enfrentamientos con la taurinidad. Pendón se ocultó. Mandaron a Gálvez el nuevo comisionado que para la resistencia puede ser la esperanza de futuro en la fiesta en Málaga. La batalla termina. La resistencia no ha sufrido bajas. La razón solo tiene un camino. Sólo han salido dañados los mentirosos mamporreros que pretenden cambiar el toreo, pero no han sido eliminados. La guerra sigue abierta. La resistencia se pliega.