26 agosto 2006

NO CORTARON OREJAS

FERIA DE ALMERIA 2006. SEXTA DE ABONO
NO CORTARON OREJAS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Lo que hizo la terna en la tarde de ayer en la plaza de toros de Almería es tan imposible como salir por la Puerta del Príncipe. No cortar orejas, ni una, en esta plaza, es tanto o más como cortar tres en Sevilla. Esa fue la virtud de los toreros, o la tragedia, porque no se concibe una tarde así por este público agradecido que se aburrió como jamás lo había hecho en diez años que llevo viniendo a esta feria. Todos pusieron de su parte, toros y toreros y cuando no hay entendimiento entre ambos las cosas no marchan.
Queda sobradamente dicho que la feria no va bien en cuanto a presentación de ganado. Esto dice Oscar Chopera que piensa arreglarlo el próximo año subiendo el nivel del trapío de las corridas. Pero que en cuanto a la casta el no es culpable. Ni el aficionado tampoco. El aficionado paga por ver toros bravos o cuanto menos con movilidad y no inválidos y ello se encontrará mejor en las camadas punteras de las ganaderías que en las colas. Las punteras se compran con billete grande y las colas con pequeño. De manera que los productos que se compran son arreglo a lo que se paga por ellos. Pues igual que en todos los ordenes mercantiles.
Otra cosa también son los toreros que cuando no están, no están, y además es imposible que estén, lo que pasa es que la terna compuesta por Antonio Barrera, Cesar Jiménez y Matías Tejela, con ser una terna para aficionados terminó siendo una de birlongos matadores que no supieron emocionar al respetable con una corridita a modo de Santiago Domecq.
Los toros desigualmente presentados, inválidos y manejables debieron haber sorteado toreros más capaces.

ANTONIO BARRERA hizo lo más aprovechable de la tarde con el jabonero cuarto un toro bien presentado pero escaso de pitones que cumplió en varas galopó en banderillas con un son extraordinario y con codicia persiguiendo a los banderilleros. Fue bueno por los dos pitones pero el matador nos lo enseñó poco por el izquierdo. Lo mejor por el pitón derecho en fases centradas y llevándolo con ritmo. En realidad la faena supo a poco. Después de tres pinchazos y descabello dio una vuelta con leves protestas. El toro fue aplaudido en el arrastre.
En el primero un zapato bien hecho atacado de kilos y rayano en la invalidez derrumbándose en banderillas comenzó la faena con pases cambiados y luego por el pitón derecho alcanzó buenos momentos. El toro fue pitado en el arrastre.

CESAR JIMENEZ defraudó en Almería. Primero al empresario porque creía que le iba a llevar gente a la plaza. Se vio que no. La peor entrada. Segundo al publico que esperaba más arrebato y se encontró poca ambición. El segundo toro era de hechuras un novillo inválido pero muy bueno para la muleta. Se dejaba por los dos pitones y se pitó en el arrastre. Por pinchar un trasteo aseado solo fue ovacionado. Con el descastado quinto Cesar se equivocó, no porque no supiera plantearle la faena, que no supo, sino porque le pudo la abulia cuando vio, sin hacer esfuerzo, que el animal se rajaba y él se paraba dejándolo rajarse cuando debió ir a buscarle la pelea donde el toro la pidiera. Tras los pitos al toro cuando se lo llevaban al desolladero, escuchó silencio.

MATIAS TEJELA topó con un tercero que derrochó genio en varas, y fue sin humillar a banderillas. En la muleta repitió las embestidas con interés llevándolo el madrileño sin torear y errando en las distancias por el pitón izquierdo. Palmitas al toro y ovación al torero.
El que cerraba plaza fue un toro mal hecho, feo, que tomó una vara y que acudió franco a banderillas. En la muleta fue el mejor de todos repitiendo por los dos pitones con bondad y recorrido. El matador, ni se enteró, lo dejó ir y se acabó antes que el toro que terminó muerto más que de media trasera y caída, de aburrimiento. Silencio.

Aquí paz y allí gloria.

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