30 agosto 2006

REGLAMENTO TAURINO: Una polémica inacabable

Pepe García, primero aficionado y despues presidente que fue de la plaza de toros de Almeria, hoy dia devuelto al sano juicio del buen aficionado, nos pone en el entendimiento de la reglamentación taurina y sus cambios. Lo curioso es que la reflexión fue hecha antes de que se gestara el reglamento que hoy dia padecemos en Andalucía.

REGLAMENTO TAURINO: Una polémica inacabable.-

Desde que a mediadas del Siglo XIX apareciesen los primeros Reglamentos Taurinos que merecen este apelativo, mucha agua ha corrido bajo los puentes; sin embargo, el desconocimiento de unos, la mala fe de otros, los intereses sesgados de éstos y aquéllos han conseguido crear tal estado de confusión que, en la actualidad, más de un "ilustre" cofrade de la familia taurina se ha empeñado en hacernos ver que estamos en el peor de los mundos posibles, achacando a otros lo que, a buen seguro, son lacras y vicios de cosecha propia, sin ruborizarse por usar la mentira a destajo para arremeter contra honras y conocimientos ajenos y usando de argumentos tales que en ellos resulta casi imposible deslindar la estulticia de la maldad.
Pero vayamos por partes. El origen de la intervención administrativa en la Fiesta de Toros se produce por un motivo contradictorio: rechazo intelectual y, al mismo tiempo, preocupación inicial en el Poder por el Orden Público en un espectáculo de gran predicamento y esencialmente popular. En definitiva, a la Policía se le encarga bailar con una competencia que nadie quiere, que "huele mal" para las delicadas narices de la " intelligentzia" al uso.
Claro es que el proceso histórico de la Fiesta -cada vez más rica y compleja- destruye tan simplista como equivocado planteamiento, y así resulta curioso comprobar cómo las reglamentaciones taurinas abordan y añaden nuevas preocupaciones a la inicial del orden público, agregando, sucesivamente, las siguientes a los textos legales en su articulado: intervención técnica en el desarrollo de la lidia, medidas para garantizar la integridad del espectáculo, defensa de los derechos del espectador y de humanización del festejo y, por último, iniciativas de fomento y protección del mismo, siquiera sea de forma incipiente y no satisfactoria.
En definitiva, la Administración se " metió en el toro" a regañadientes y en la actualidad lo defiende de forma aparentemente convencida.
Curiosamente, en el estamento taurino ha ocurrido lo contrario: de instar a la Administración a intervenir (la tauromaquia de Paquiro esboza aspectos reglamentarios, los ganaderos solicitaron la intervención de los veterinarios en los reconocimientos, todos los taurinos vieron durante años a la Autoridad Gubernativa como garante de seriedad y un mínimo rigor en la Fiesta), hoy en día la moda está en hablar de " autogestion ", aprovechando cualquier ocasión en prensa, radio, televisión, etc. para descalificar a Presidentes, veterinarios delegados etc., so pretexto de rigorismo, arbitrariedad, ignorancia y otras lindezas por el estilo.
¿Por qué será?. La respuesta es sencilla: ahora no les conviene la Administración, ahora se quieren someter – como buenos demócratas – al dictamen soberano del público, que no de la afición, que es una mínima parte de ese público.
No pretendo ofender la inteligencia de los demás y espero que cada uno saque sus conclusiones y sepa desmontar este tinglado; no obstante, no seria malo dar un aviso a navegantes y establecer ciertas premisas.
Preguntémonos todos si, hoy como nunca, el espectáculo taurino rinde beneficios; preguntémonos si el toro – base y fundamento de la Fiesta – se encuentra en su mejor momento de casta, poder y pujanza (no hablo de nobleza); preguntémonos si el arte del toreo no es hoy de una plasticidad encomiable, pero también acusa falta de emoción por la situación del ganado bravo, preguntémonos si la afición es numerosa y homogénea (toristas, toreristas, toreistas, "videoaficionados," "fotoaficionados", "abrazadores", "besucones" etc.); preguntémonos si hay o no hay fraude en la integridad del toro; preguntémonos.....
Que cada uno se responda lo que quiera.-

Almería, julio de l.999





Fado: JOSE GARCIA SANCHEZ.-

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