24 agosto 2006

EL TEOREMA DE POINCARÉ

FERIA DE ALMERIA 2006.CUARTA DE ABONO
EL TEOREMA DE POINCARÉ
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Gregori Perelman ha elevado a teorema la conjetura de Poincaré. Entre los matemáticos es algo que se encuadra en el campo de la topología geométrica que estudia las formas y los contornos. La resolución del teorema ayudará a comprender el universo.
El toreo tiene mucho de geometría de formas y contornos: el ruedo, el cite, el lance, el pase. Los terrenos, las distancias. En fin, la geometría del toreo aún no está formulada y sigue siendo una conjetura que se convierte en teorema dictado por cada matador.
Perelman ha elevado a teorema la conjetura de Poincaré y se dice que cuando se resuelva el teorema nos ayudará a comprender el universo.
La conjetura del toreo, quizás para nosotros misterio, lo convierte en teorema el matador cada tarde que sea capaz de formular los principios básicos de la tauromaquia, a saber: parar, templar y mandar. Sólo entonces alcanzamos a comprender el universo del toreo que otros comenzaron llamando planeta de los toros.

Castella, el Perelman del toreo quizás junto a Talavante, convierte la conjetura de la tauromaquia en teorema cada vez que para a los toros, los templa y los manda. Es decir pronuncia el enunciado básico del toreo eterno. Tras saludar Curro Molina después de banderillear al segundo del encierro el francés nos regaló un emocionante comienzo de faena con pases cambiados para ligar series poderosas que obligaron a rajarse al toro. Claro que el toro tampoco tenia muchas ganas de ser bravo. El presidente recibió una bronca por no concederle nada más que una oreja. Al quinto le anduvo bien, se quedó quieto, nunca le dudó, lo templó lo más que pudo, le cogió las distancias y dominó en todo momento la escena. Por toda su labor recibió otra oreja y salió al final por la puerta grande como triunfador del festejo y vaya racha buena que lleva el francés que ha venido a poner a cavilar a los españoles, inventores de esto.

Rincón no está y eso lo sabe él y el Sursuncorda. Con el primero solo algunos momentos en muletazos aislados porque en realidad no se acopló en el computo general de la faena. En el cuarto se dobló al inicio para castigarlo y con ello lo que consiguió fue acortarle los viajes para que en el resto de la faena nada pudiera hacer y aliviarse.

Salvador Cortés que llegaba a Almería siendo el triunfador de la pasada feria de Málaga no se acopló ni entendió al tercero y cortó la oreja del sexto por una buena faena al natural, compacta, enjuta, y cerrada, con más verdad que los muletazos conseguidos por el pitón derecho que aunque fueron buenos en algunos momentos tampoco fueron superiores.

La corrida del Torreón, propiedad de Cesar Rincón, para pasar a la historia de las malas. De tal manera que pareciera, a los ojos de los aficionados que para cobrar lo que está pidiendo cobrar el torero colombiano, tuviera que incluirse a sus toros en el bolo del contrato. El mejor presentado el sexto que además fue el encastado propinando un batacazo al relance al picador de tanda que cuando lo cogió ya bien puesto en suerte le arreó con venganza por el derribo. En la muleta galopó con buen son. El primero chico y feo con altas sospechas de fraude en los pitones cumplió en una vara pero fue complicado en banderillas. No terminó de romper en la muleta. El segundo chico pero guapo también cumplió con los montados, llegó con pies al segundo tercio, y en la muleta antes de rajarse fue mejor por el pitón derecho que por el izquierdo. El tercero un toro sin cuajo no se empleó en ninguno de los tercios con fuerte nota de descaste. El cuarto y el quinto correctos en la presentación pero como toda la corrida sospechosos de pitones. El cuarto un descastado de libro, soso en varas, suelto en banderillas y sin pasar en la muleta. El quinto de igual talante pero se encontró con un torero que le aguantó las impertinencias haciéndolo parecer mejor que lo que era.

Cuando terminó la tertulia de Onda Cero en el Hotel Vincci un aficionado se me acercó y me dijo, muy bien, muy bien por lo del teorema pero donde estaba el toro de Victorino, de Pablo Romero, dónde estaba el toro. Yo le contesté:

.- Verdad, verdad.

Aquí paz y allí gloria.

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