ARMANI GAFE

Ronda, 6 de septiembre de 2008. Corrida Goyesca.

Toros de DOMINGO HERNANDEZ, el séptimo de regalo, escasos de pitones, terciado el quinto. Uno de GARCIGRANDE, que hizo tercero, sin pitones y terciado. Todos a penas picados, al segundo ni se le hizo sangre. A la muleta llegaron: primero y segundo nobles. Tercero y cuarto parados. Quinto manejable que se premió con la vuelta al ruedo. Sexto deslucido y el de regalo descastado. RIVERA ORDOÑEZ: Pinchazo, estocada trasera caída perpendicular y descabello. Palmas. Media perpendicular trasera y caída, descabello. Ovación con saludos. Y en el toro que regaló, bajonazo perpendicular, oreja. MANZANARES: Tendida trasera caidita, oreja. Pinchazo, trasera caída y tendida, dos orejas. PERERA, que se presenta: Trasera y caída con derrame, oreja. Trasera caída, oreja.

La banda de música de Los Barrios, interpretó magistralmente.
El presidente Manuel Baéza, facilitó la vuelta al ruedo del quinto toro, terciado, sin cara, que recibió un picotazo por vara, pero al que no se le podía tratar de bravo. Con su acción desmereció la labor de Manzanares.
Asistieron a la corrida entre otras personalidades: Bernard Soria, ministro de sanidad del gobierno socialista. Clara Aguilera, Consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, y a quien le compete el asunto taurino en la comunidad. Luciano Alonso, consejero de Turismo de la Junta andaluza. También asistió la delegada de gobernación en Málaga.

ARMANI GAFE
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Armani ha traído el gafe a esta corrida, primero se cae del cartel por cogida Cayetano, segundo la tarde plomiza y nublada, con dos rayos de sol durante la corrida y algunas gotas de lluvia antes del festejo y tercero y más importante, los toros salmantinos de Domingo Hernández flojos y descastados que enfadaron al empresario que como es de justicia en el pecado lleva la penitencia, aunque se regalara el sobrero. No obstante del gafe de Armani el vestido de Rivera Ordóñez se las traía. Se hizo confeccionar uno de nazareno con bordados profusos en oro, al que ha llamado como nazareno de las tres caídas. ¡Toma ya!

El toreo moderno se ha visto hoy en Ronda en su máxima expresión. Tres toreros, dos de ellos punteros, con trajes imitación del que utilizaba Antonio Ordóñez, haciendo que toreaban. Uno que además es empresario, no pudiendo torear. El ganado del que gusta. Casi inválido, acorne, y nobletón. Que a Rivera le saliera el lote a “contra estilo” es cosa de la penitencia que tiene que pagar por el pecado que ha cometido por comprar ese inmisericorde ganado en Salamanca. Los picadores de adorno. Los banderilleros medrosos para dar importancia al no toro. Además Manzanares se inventó un toro que no existía, que es el mejor toro que a un torero le puede tocar, y encima el presidente, un inculto aficionado, le quita a Manzanares la gloria del invento porque sin pedirlo nadie, le concede la vuelta al toro, o mejor, con propiedad, al no toro. Para mayor INRI del toreo y favor de los modernos taurinos presencian el espectáculo impávidos y encima agradecidos, los politos que de alguna manera han sido o son, responsables de la catástrofe que nos inunda, y de consentir lo que tenemos, a saber: Luciano Alonso, culpable de la defenestración de La Malagueta como plaza importante. Y la consejera y delegada de gobernación a quienes hoy por hoy les compete arreglar esta inmundicia o consentirla. Claro que desde el punto de vista de estos políticos, que no se enorgullecen de la fiesta a la que asisten, y que consiente que agonice desde dentro, para procurar su desaparición, lo correcto es alegrar las pajarillas a los europeos y a los animalistas.

Vuelta de esto decir que Rivera estuvo con corrección poniendo palos en los toros de su lote, con profesionalidad al manso cuarto poniéndolos al sesgo. Que Manzanares se dejó ir el mejor toro del encierro que fue el segundo, si de repetición de las embestidas se habla, en un trasteo en el que solo brillaron los pases de pecho, y que por el pitón izquierdo no hubo acoplamiento y que en las tandas por el derecho no crujió la faena yendo de más a menos. El momento importe del alicantino fue en el trasteo al quinto en el que derrochó, estilo, elegancia y arte, con momentos de cante grande, pero con la pregunta en la boca: ¿Y el toro? ¿Dónde está el toro? Porque sin toro la cosa no puede ser ni arte, ni estilo, ni composición, ni toreo. Sin toro, la tauromaquia moderna será estupendo balet taurino. Pero no faena.

Miguel Angel Perera estuvo toda la tarde con un sitio inimaginable ante dos toros parados y deslucidos. Pero aguantó lo indecible y se la jugó limpiamente. Está en un momento serio de su carrera y le pega pases a todo. Aún a este lote que no le acompañó. Le sobra la cabezonería de repetir y hacer las cosas que no le salen como las gaoneras al primero de su lote y la pesadumbre con el sexto.

¡Aquí paz y allí gloria!