BILBAO 2022. ESTA NO ES LA FERIA DEL TORO.

 

  

                                           Toro de Dolores Aguirre lidiado ayer en Bilbao.

Como saben hace tiempo que no estoy al corriente de la temporada taurina española y en esta de mi reaparición, solo me interesan algunas plazas de primera, sobre todo aquellas en las que por tradición e historia se le tenga respeto al toro. Vi Sevilla, Madrid, Pamplona y ahora Bilbao y el denominador común en todas estas ferias es que he visto más toros buenos que toreros y eso me llena de satisfacción porque entiendo que se está trabajando bien en la selección de las ganaderías españolas. Pero la primera corrida de toros en estas Generales de Bilbao me ha decepcionado. 

Los toros de Aguirre, desigualmente presentados, con un dije, que fue el corrido en cuarto lugar y aunque todos se dejaron pegar en varas el número 17, sexto de lidia, fue el más bravo, ninguno fue completo, todos se rompieron en las varas, casi ninguno llegó a la muleta con embestidas francas y todos midieron en banderillas haciendo unos tercios tortuosos. Pero lo más grave de todo fue ver dos toros, el 11 y el 45, primero y tercero, con altas sospechas de haber sido manipuladas sus astas.

En otros tiempos las corridas Generales de Bilbao eran la "etapa" más difícil del verano y los toreros le tenían verdadero pánico a figurar en sus carteles aunque era necesario estar en ellos, hoy estoy decepcionado porque el poco público que asistió a la primera corrida ovacionó al arrastre a casi todos los toros, ¿a cuento de qué? ¿si ninguno fue bravo y su casta no fue de la buena? ¿Por reconocimiento a que la ganadería volvía a Bilbao? Pues con una ovación al romper el paseíllo hubiera sido suficiente. O a caso ¿la afición de Bilbao ha perdido el norte y no son nada más que unos viejos nostálgicos?

Deseo fervientemente que esta primera corrida solo haya sido un espejismo y que la feria se encauce por el camino de la cordura.

Así las cosas el único toro medio potable del encierro fue el tercero que fue noble pero que no tenía fuerzas, los demás no rompieron o se pararon en las faenas de muleta. 

Luis Bolívar anduvo voluntarioso con el primero y desencantado con el cuarto. 

Damián Castaño consintió mucho al segundo y se quedó sin opciones en el quinto.

Román estuvo cumplidor toda la tarde.

¡Aquí paz y allí gloria!