MORENITO DE ARANDA, UNA OREJA
Por Agustín HervásOnda Cero Radio
Toros de Piedra de Paco Rodrígez
A Morenito le pidieron una oreja porque los isidros ya están hasta el moño de tanta podredumbre de casta. No se pararon a medir la faena. Ahora entre tanta vulgaridad imperante, cualquier cosa que se haga medianamente interesante se jalea como si fuera una colosal. Al tercer Bañuelos lo echaron al corral, se derrumbó y lo apuntillaron en el ruedo. Salió un sobrero de Carmen Segovia, feo, desproporcionado, y el burgalés lo recibió para fijarlo echándole el capote abajo, y esa forma de lidiar, propia de un peón de confianza, la gente se excitó ya. Luego continuó la excitación aplaudiendo por cumplir su oficio al banderillero Martín Soto, y ya cuando el matador se fue al centro del ruedo a brindarlo, el personal se volvió loco de alegría. Un rayo de luz entre tanta sombra, se diría. El toro comienza a embestir por derecho yendo de más a menos, sobre todo cuando le toca embestir por el pitón izquierdo, y Morenito está ahí, pero no lo cuaja. Mucho toreo superficial y poco esencial y profundo. El toro ameritaba emplearse más y solo cuando se arrebató con él en las dos últimas tandas por el derecho, que el astado tomó con fiereza, asomó la verdad. Estocada, aviso, descabello y oreja.
Otro sobrero le tocó al burgalés, de los tres en total que salieron, uno de los Hermanos Domínguez Camacho, protestado de salida, no llegaba a los quinientos kilos pero tenía una cabeza que tapaba todo, hasta la bravura, porque en realidad el toro que sí era fiero, ¡TOROS! ¡TOROS! Gritaban, se movió encastado en todos los tercios. En el de banderillas le dio la oportunidad a Luis Carlos Aranda de saludar. En la faena de muleta no se pudo acoplar el torero, por las molestias del toro, al que se vio claramente que le faltó un puyazo. Y no creo recordar que lo probara por el pitó izquierdo.
Diego Urdiales hizo un esfuerzo con el trágala del sobrero de Aurelio Hernando que derribó al caballo de genio, hasta pudo robarle algunos muletazos. Con el quinto, un remiendo de Couto descastado, imposible, rebrincado, lo intentó y hasta se puso pesado en el intento.
El Zotoluco debe estar a estas horas preguntándose quién le mandó apuntarse a Las Ventas este año, porque entiendo que no lo necesita. Vino, cierto, pero igual que vino se fue. En el primero, marrajo estuvo valiente y con oficio. En el cuarto que no era fácil se puso sin convicción. Pero en realidad si yo fuera mejicano me mosquearía, porque ellos aquí no reciben el mismo trato que nosotros los españoles allí. O eso parece.
Los titulares de Bañuelos desigualmente presentados, inválidos, segundo y tercero al corral. Descastados los que se lidiaron, primero y cuarto y De los dos remiendos de Couto, El quinto descastado, y el sexto invalidado en banderillas fue sustituido por uno Domínguez Camacho. Dicen los que saben de esto, que eso solo pasa en Madrid, que es la plaza escaparate del mundo. ¡Toma ya!
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Qué bueno lo de "... se fue al centro del ruedo brindando y el personal se volvió loco de alegría." Creo que define perfectamente la corrida de ayer. Morenito mal con "uno o dos toros" para apostar y Urdiales como siempre sin suerte.
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