Noble pero inválido primero de Juan Pedro lidiado hoy en Las Ventas. Toro de la ceremonia de confirmación del mejicano Juan Pablo Sánchez. Como se verá, y aunque se ha dicho que su capa es carbonera, es cárdeno. En Málaga también echó otro así. ¿Estará cruzando el ganadero? ¿Sería otro ensayo del padre?
UN MENTALISTA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Está claro que a la fiesta lo que le hace falta es un mentalista para ver si arregla esto de la casta y del destoreo. Tan fea está la cosa que acomodados ya en estos andamios, necesitamos que se nos ilusione para engañar a nuestra mente en que lo que sucede en el ruedo de Las Ventas está bien.
Resolver problemas a través de un proceso natural es lo que debió pasarle a Morante de la Puebla aquella temporada en la que acudió a un ¿mentalista? que le ayudó a obtener los mejores resultados de su carrera hasta el momento. Me refiero a aquella en la que en Madrid dio unas chicuelinas asombrosas y en casi todas las plazas nos “ilusionó”. Ahora Morante está gordo y atacado, y no tiene mentalista. Ahora es cuando peor le va al torero, o por decirlo con elegancia taurina, cuando menos suerte tiene en los sorteos.
Cuando el de La Puebla abre la faena del segundo castigando por bajo acabó con el juanpedrito, un descastado y diminuto torito propio de televisor y turista. Con la espada fatal. En el cuarto de mejor presencia acompañó bastante bien las embestidas y compuso su cuerpo sevillano y olé. Por el izquierdo, tardo el toro, mejor no verlo. Mal con la espada.
Salió Morante en el sexto a hacer un quite, y le cuajó solo dos verónicas buenas, pero deseadas. Curiosamente el toricantano mejicano Juan Pablo Sánchez, dueño de ese toro, no le replicó a su padrino. Eso, un torero que se precie, jamás lo perdona. A esos quites siempre hay que responder muchacho. No valió el toro pero Juan Pablo nos dejó destellos de temple y armonía a tener en cuenta, que nos deja con ganas de verlo. Con el toro de la ceremonia, noble pero sin fuerza, su aseo no tuvo incidencia.
Talavante sustituía a Cayetano sorteando un novillo tercero muy protestado, al que le enjaretó unas tandas de derechazos ligados, nada profundos, y por supuesto con destellos de pico, que algunos también supieron ver y recriminar. El torito bueno y la faena en sus últimos estertores subió un poco de tono. El quinto bien presentado resultó descasto, cualquier intento de lucimiento fue en balde.
La corrida de Juan Pedro Domécq, desigualmente presentada y descastada, el sexto se echó por dos veces, con dos toros, tercero bueno y cuarto que se dejó.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
el ganadero mezclando churras con merinas,cuando pase un tiempo,no conoce a la ganaderia,ni la madre que la pario.
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