Fandi le corta la coleta a Aparicio. Foto burladero.com
APARICIO SE RETIRA DEL TOREO ACTIVO. CAMBIO NOBLEZA POR FIEREZA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Indiscutiblemente el toro bravo tiene que ser fiero, para moverse, embestir y dar la sensación que se quiere comer al que tiene delante. Los ganaderos buscaron la nobleza. Ellos seguramente no querían quitar la casta pero nobleza y fiereza son, en la bravura, incompatibles. La corrida de Las Ramblas lo ha cantado, toros con un punto de descaste por un punto más de nobleza. Primero, segundo y sexto. La nobleza tiene aparejada, estadísticamente se sabe, la debilidad muscular. El cuarto, por inválido, al corral. Y además la nobleza es mentirosa (no hablo de la clase social) salen con mucho brío como si fueran bravos, y terminan en las franelas renegados, entregados a la indolencia. El sexto. Luego lo más probable es que el noble se vuelva peligroso y renuente. Se dice descastado. El quinto. Además de todo esto la presentación de los toros de Las Ramblas, anovillados, sin rematar como esta plaza exige.
Aparicio apuntó y no disparó. Mejor, así no mató a nadie. Solo a él mismo, porque de sus dos tardes en San Isidro se desprende que debe retirarse para no engañar al personal, a la nobleza, (esta vez si es por la Casa Real, representada por la Infanta Elena, brindada por el torero) y lo que es más importante, así mismo. Claro que él bien dirá: ándeme yo caliente y ríase la gente, porque se lleva las pelas y no ha dado un muletazo. Algún apunte con el capote, pero ¡quía! Nada. Pura fantasía. Sus dos toros buenos. Cuarto sobrero de Hermanos Fraile. Como la conciencia le carcomía, le pidió a sus compañeros que le cortaran la coleta. Fandi lo hizo. Mejor para todos.
El Fandi estuvo aseado con su primero y mediatizado por las críticas desde el tendido, y nada pudo hacer con el descastado quinto. Los pares de banderillas en su tono, aunque hay que destacar el segundo del segundo toro. Falló bastante pareando al quinto.
Miguel Ángel Perera dio muletazos cansinos al mortecino tercero. Eso no es torear. Y con el sexto bastante aseado, al final encimista. Es su espacio. Aunque el toro tenía más en otra distancia.
Si me preguntan cambio “nobleza”, no me interesa, por fiereza, casta, si me importa.
¡Aquí paz y allí gloria!
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