27 mayo 2012

BALTASAR IBÁN, TRES

Otro toro bravo en Las Ventas

BALTASAR IBÁN, TRES

Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

La corrida de los ibanes ha resultado con interés al menos en tres toros, segundo, bravo, tercero, encastado, cuarto, noble. El primero pudo ser pero se apagó pronto. El quinto se defendió y el sexto se paró. En conjunto bien presentada con un cuarto toro vareado y culipollo pero bien armado. Aplaudidos primero y cuarto. Ovacionados, segundo y tercero.
Tres ibanes, tres, pero tres toreros que no se enteraron cómo eran los toros. El mejicano Fermín Spínola anduvo voluntarioso con el nobletón primero al que recetó una estocada de premio, pero con el cuarto con posibilidades de triunfo solo estuvo aseado, como si lo hubieran invitado a un tentadero y no quisiera molestar a la vaca para no enfadar al ganadero. Desaprovechó una “bella” oportunidad en esta dura plaza.
Serafín Marín no estuvo mal con el toro bravo de la tarde, el segundo, pero debió estar mejor y haber salido por la puerta grande. Le ligó series en redondo pero no pasó nada interesante y cuando se echó la muleta a la izquierda, pitón menos claro del toro, solo dio una serie de cuatro muletazos y en dos de ellos el toro metió la cara bien, pero no quiso apostar por ahí y la cosa se enfrió, y él también. A veces da la impresión que este torero catalán está en el toro por estar, que habiendo perdido las oportunidades que tuvo, es incapaz de superarse. No sé, pero hay algo en el animo de este torero que no va bien. Con el quinto, protestón y reservón nada podía hacer, y se empeñó en hacerlo.
Otro torero que no tragó por el pitón izquierdo fue Rubén Pinar cuya mejor virtud fue lucir el toro y darle unas distancias para que aquello emocionase. Si lo hizo para lucir y no por saber que era lo mejor para el animal, es que la amplitud de miras es bastante corta. El toro era un toro encastado que pide guerra, y no trampas. De largo y por bajo, todo, de cerca y por arriba, nada. Consecuencia que cuando el toro se venía de lejos metido en la franela le ligaba los muletazos, desgraciadamente descargando la suerte como la inmensa mayoría de estos jóvenes barbilampiños que se llaman matadores. Una por el pitón izquierdo y como no le pudo. Por algo se hace llamar la mano de la verdad. Se volvió al derecho y la faena se le fue por tierra. La faena, las orejas, y las grandes ferias. Con el sexto, descastado, que no pasaba, nada pudo hacer.
A esta corrida los picadores le picaron la casta, no las fuerzas. Saludó en palos El Chano. Y los aficionados salimos contentos por ver toros. Toreros hay muchos, ya se ve, y sobran la mitad.
¡Aquí paz y allí gloria!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo cierto es que la corrida ha resultado interesante, más que interesante. Mal Spínola, digno Serafín, y fatal Pinar, lo único que tiene este torero es suerte en los sorteos, no se puede torear más despegado... sigo sin entender a MAdrid!!!