¡CASTELLA, HÉROE!

Manzanares en Marbella. Foto: viajes Saldumar

¡CASTELLA, HÉROE!

Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Lo de menos es que Sebastián Castella haya cortado una oreja esta tarde en las Ventas. Lo importante de este torero es que ha dado un ejemplo enorme a los chavales que quieren vivir de este oficio.

Se le vino el pitón derecho vencido a la ingle y lo caló, al parecer con gran fortuna gracias al hueso pélvico, pero todos creímos que la llevaba y gorda. La sangre aparecía en la taleguilla y el torero aún seguía toreando en los medios. He dicho toreando porque en un par de tandas con la izquierda ligó bien los muletazos a un toro que se pensaba mucho la embestida y que se reservaba las diez de últimas. Aún el torero dio la vuelta al ruedo sin quejarse y sin una mala cojetada; y todavía se quedó en el ruedo hasta matar al cuarto toro; abriendo por estatuarios, moviéndose el animal pero sin franqueza, reponiendo pronto, y herido, porque herido estaba, también lo pasó por naturales. Le sobró la pesada última parte de la faena, pero dimensionó la valentía y la torería, a costa de posibles complicaciones en la herida. Un ejemplo para los chavales.

Era la corrida de la feria. Un cartel fuerte y un lleno riguroso. Manzanares lanceó a la verónica a su primer toro, abriendo así la nomina de los toreros que manejan el percal en la feria, pues hasta ahora no se había podido. Se puso pronto a la faena y tuvo quitarse pronto pues por fin, llevo criticándolo mucho tiempo, algunos se dieron cuenta que destoreaba el alicantino, con ese terrible error, aunque efectivo, de echar la pierna de salida hacia atrás en efecto compás. Como no sabe hacerlo de otra manera, se aturdió y la faena se acabó. Por eso en el quinto, otros muchos aficionados y aficionadas se dieron cuenta, con un toro malo, el menos manejable del encierro, que se puso en valiente y meritorio, no le cabía otra, si quería seguir manteniendo la vitola de la honradez. Aunque la espada se le cayó un poquito, la ejecución al volapié fue espectacular.

Talavante se quiere poner estético y no lo puede conseguir, a veces da la impresión que fuerza mucho la máquina, y otras, que las cosas le salen de churro, en el tercero anduvo pegando pases por allí sin creérselos. Recibió al sexto con verónicas a pies juntos, un ramillete, pero un ramillete de alivios, pues debe saberse que la verónica a pies juntos es de alivio pues el torero puede reaccionar quitándose ante un contratiempo del astado, sin embargo si el compás se lleva abierto, hay más pureza porque hay más verdad, y más riesgo. El trasteo no pasó de aseado, y mal con el acero.

Juan José Trujillo y ¡olé! banderilleando al quinto, sobre todo el tercer par que fue de escuela. Quien quiera aprender, incluidos los matadores banderilleros, que se pongan el video.

Los toros de Victoriano del Rio y el remiendo de Cortés, aunque sea suyo también ese hierro, no deja de ser un remiendo entre los anunciados, desiguales de hechuras, el primero por escurrido, el segundo por largo, el tercero (Cortés) por anovillado, el cuarto por basto. Los mejor presentados el quinto y el burraquito sexto aunque más recortado. Reservón el primero, manejables segundo y tercero, este a menos, cuarto interesante pero con un punto final reponedor, quinto descastado, y sexto de media arrancada.

¡Aquí paz y allí gloria!