14 mayo 2012

CAZABA MOSCAS DOÑA CLOTILDE

CAZABA MOSCAS DOÑA CLOTILDE

Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Cabezas de piedra de Paco Rodríguez

Salió el segundo de la tarde y se estrenaba la ganadera de Buenavista en la feria. El primero lo mandaron al corral por un sucedido que ahora contaremos. Salió digo, alto y feo y manseando en los dos primeros tercios, y cuando Tulio Salguero se puso a torear el novillo empezó a coger moscas. Vaya oportunidad para ponerse a hacer guarrerías. Ni uno pudo darle el chaval, ni uno, aunque él quería quedarse quieto, lo decían sus zapatillas. Antes había salido otro de Buenavista pero se estrelló contra la barrera persiguiendo con mucha saña al banderillero Raúl Corralejo que salvó la vida gracias a que perdió pié en la huida y cayó debajo del estribo. El novillo se partió un cuerno y lo mandaron al corral, y al peón lo mandaron a la enfermería con un problema torácico. Otro hubo de Buenavista, tercero, que embistió chochón y sin gracia y que terminó rajándose, pero el debutante en Las Ventas, Gonzalo Caballero, con más potra que oficio, le cortó una oreja. El novillo que mejor estuvo Doña Clotilde fue el quinto al que aplaudieron al arrastre, algunos. Se movió más, pero no se alborote Doña, que de vez en cuando le arreaba pataditas a Salguero e iba a su bola. Claro que el chaval también iba a la suya y terminaron por no acoplarse, o por no entenderse, que para lo que se trata, da lo mismo el verbo que usted empleé.


Los remiendos fueron de Fernando Peña. El cuarto tuvo la mala suerte de caer en las manos de Conchi Ríos. En otras a lo mejor le diría alguna cosa distinta. En estas le quitaba la muleta de la cara y si el novillo no se paraba, ella tampoco. Además la murciana que debía estar en aquellos días, tiraba los trastos desenfrenadamente. Luego el sexto, y este era un toro de Burgos, malo, malo. Descastado. Parado, rajado. Gonzalo Caballero nada pudo a pesar de las ganas.
Doña Clotilde, igual que le escribo de sus toros, y de los del otro, también le digo que el mejor fue el encastado sobrero de Couto de Fornilhos. Terciadito, vareadito y que se fue sin torear porque Conchita no acertó a dominar el viento, no tiene la mujer oficio de Eolo, ni a escoger los terrenos propicios. En el fondo lo que no tenía Concha, era idea de como meterle mano aquello.

¡Aquí paz y allí gloria!

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