26 agosto 2011

UNA MORUCHADA DE PEPITO ARROYO

Morante en el momento de ser empitonado. Foto de Manolo Ortega
UNA MORUCHADA DE PEPITO ARROYO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Joselito, o Pepito Arroyo en el entendimiento de Alfonso Navalón Grande, cuyo aniversario de su muerte conmemoramos en estos días, los que le teníamos fe, ha traído al coso de la Avenida de Vilches de Almería una autentica moruchada. Cuatro toros chicos y dos terciados, cuarto y quinto, han compuesto un encierro, que bajo la advocación de La Reina y El Tajo, nombres de las ganaderías según la Unión de Criadores, de juego pésimo, pésimo, por mejor orientar al personal... amoruchado. El primero un toro complicado que cogió a Morante y lo metió en la enfermería. El segundo parado, cuando no sin recorrido, cuando no, quedo y tardo. Un tercero que no rompió en toda la lidia. Un quinto que hizo cuarto por correrse el turno para que pudiera salir Morante de la enfermería a torear el sexto, remolón, que se tragaba dos muletazos y al tercero te pegaba un bocado. Un sexto que hizo quinto que se acabó a la tercera tanda y casi se le murió a Talavante antes de entrar a matar. Y un cuarto que hizo sexto, morucho, morucho, morucho, manso e imposible.
Se había creado un ambiente de campeonato en Almería tras el triunfo de Morante en Madrid, y ya la gente decía, con ese deje andaluz, guasa digo yo, que se tiene por estas tierras en las que te dicen las cosas a la cara sin molestar, molestando, que a lo peor Morante ya había vaciado todo el tarro en Bilbao y para los almerienses no dejó nada. Y casi así fue. Digo casi porque su primer morucho en los pases de tanteo frente al burladero de cuadrillas, en el tres, lo enganchó por la rodilla derecha, se lo echó a los lomos y le arreó con la pala del pitón en la cabeza, dejándolo grogi. Se lo llevaron en volandas a la enfermería y de allí no salió hasta el sexto toro. El parte médico del doctor Morata era un parte de alivio, significando las contusiones, los golpes y pare usted de contar, y algunos testigos presenciales dan fe de que Morante en esas dos horas y pico que estuvo encerrado en la enfermería se fumó un puro. Luego dijo de salir a matar su toro en último lugar, y más vale que no lo hubiera dicho porque la bronca por inhibirse de la lidia sonaba a tormenta, pero la verdad es que el morucho no valía un duro.
Talavante también pasó a la enfermería después de matar y recibir la oreja del que hizo quinto. El morucho, tras una tanda de pases distanciados, sin colocación, se quedó a merced, y lo prendió. Se quejó del hombro izquierdo y el doctor Morata lo mandó a Torrecárdenas a que le hicieran unas radiografías. Talavante hasta que fue cogido estuvo correcto con el morucho pero aliviado, casi como siempre. Con el tercero no terminó de acoplarse con un toro que no terminando de romper pedía unas distancias inconcretas pero posibles.
El gran triunfador de la tarde fue el torero local Torres Jerez. Muy bien colocado en esta feria, el ganador del Capote de Paseo del año pasado, no desmereció en nada en este cartel de figuras, es más, por él, en el computo final de la corrida se ha podido hablar de triunfo. Muchas virtudes tuvo Torres Jerez, la primera la de plantarle cara al marrajo que metió en el hule a Morante. Le pudo al toro. Le dio su sesión de muletazos con mucha entrega y luego le dio su merecido hasta con el lujo de recibirlo a pesar de cobrar el pinchazo. La segunda virtud la de ponerse delante de un toro que después de banderillas se paró, y que cuando quiso embestir lo hizo a base de arreones, unas veces, con poco recorrido otras, a veces probón, y quedo las más de ellas. Consecuencia e importancia de la faena, los terrenos que pisó el matador, el dominio de las tarascadas con una muleta firme, convirtiendo la faena en intensa y emocionante. Con el que mató en cuarto lugar estuvo hábilmente aseado porque el morucho terminaba pegando bocados.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Quinta de la feria de Almería. 25 de agosto de 2011. Seis toritos moruchos de El Tajo y La Reina, propiedad de Joselito y Martín Arranz, descastados, complicados y difíciles. Morante de la Puebla pasó a la enfermería al principio de la faena de muleta del primero. En el sexto, bajonazo atravesado, bronca. Torres Jerez, en el que mató por Morante, pinchazo recibiendo y estocada, ovación. Estocada trasera caída, dos orejas. Delantera caída, ovación. Talavante estocada defectuosa con travesía, ovación. Perpendicular, oreja de pueblo. Pasó a la enfermería siendo derivado al hospital para estudio radiológico.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Joselito o Pepito Arroyo ha traído al coso de la Avenida Vilches lo que Paquito o Curro Vázquez ha querido que venga, verdaderamente un flaco favor le está haciendo el de Linares al torero de la Puebla del Río. El mismo flaco favor que le hizo el presidente Don Marco Rubio al torero almeriense regalándole una puerta grande totalmente inmerecida después de una faena por culpa principalmente del novillo-toro, pues la faena no tuvo la ligazón necesaria, hubo enganchones y falta de temple, por lo que el premio de las dos orejas fue excesivamente benévolo por parte del palco presidencial.
Con una oreja iba bien servido, pero el bueno de Marco quiso hacer este "regalo" al torero de Almería en su último año de presidente.

Como la corrida aparte de que no merece calificarla como tal, no tiene argumentos dignos de comentar, si quisiera dejar una pregunta en el aire. En caso de haber sido Ruiz Manuel o Torres Jerez los protagonistas del golpe que sufrió Morante y descubrir rápidamente que afortunadamente el golpe no tuvo tristes consecuencias ¿se hubiera montado el mismo show entrando y saliendo gente de la enfermería?, pues yo desde mi localidad observe que hasta el empresario lo hizo en dos ocasiones, bueno en el caso de ayer de Morante el único que estaba justificado fue el de su primo el mozo de espadas para llevarle el puro, porque si es cierto que se lo fumo durante su estancia en la enfermería, son cosas de los genios con un poquito de eso que llamamos cara dura o "geta".

Saludos cordiales

Uno de la solana