Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Hubo un toro, muerto, solo y abandonado frente a la puerta de arrastre por espantada de las mulillas y me dio pena. Me dio pena de su soledad, y me dio pena de su vida. Era un cadáver, despreciado y orillado como los muertos de las guerras a los que nadie les hace caso, allí tirados en las cunetas de las carreteras. Quizás de lo que me diera pena es de ver la fiesta tan orillada, muerta y abandonada como está.
Ayer nos enseñaron toros – toros, hoy nos engañan con cabras engordadas y altamente sospechosas de manipulación córnea. Los enemigos de la pureza del toro salían diciendo, entendiendo que la corrida de Peñajara había salido mala, que si no queríamos pitones, ¡toma pitones!, Y yo les digo a esos ignorantes de lo taurino: ¡hombres de poca fe! Insignes mamamelones, pero ¿no habéis advertido que las cornamentas por afiladas no eran naturales? ¿Acaso no veíais que cada vez que remataban perdían las puntas, y se desfloraban los pitones? Se me dirá por esos veterinarios modernos y científicamente sabelotodo, muy puestos en la materia taurina, que hay encastes de pitón blando. Y yo les digo, pues que los ganaderos les pongan Cornucrescine, como se les pone a los cascos de los caballos. Es más, yo enviaría todos los pitones al laboratorio para determinar manipulación o enfermedad.
En lo de Peñajara ha habido cuatro toros potables, dos buenos, el segundo con mucha emoción, y dos manejables. Primero y sexto los malos de la corrida. A todos les ha faltado cuajo y remate, demasiado terciados con caras aparentes pero postizas. El primero descastado, no rompe “palante”. El segundo exigente, interesante. El tercero bueno y noble. El cuarto noble. El quinto soso que se deja. El sexto parado, descastado.
Sergio Aguilar al que podíamos haber disculpado de haberse aliviado en el primero, no tuvo perdón por trastearlo inútilmente. En el cuarto, vulgar, pesado, pezorro, dio la sensación de estar más fuera que dentro de este negocio, o si me lo permiten asqueado de tener asco, porque no se puede dar la sensación de estar rico sin tener un duro.
David Mora tuvo el lote más completo y decepcionó ampliamente. Se dejó ir el mejor toro, porque conformándose con poco se equivocó. El segundo era toro importante con arrancadas vibrantes y Mora se asfixió. Por el pitón derecho trasteó de mas a menos y por el izquierdo al no mandar, no cuajó ese buen pitón. Advierto que este chaval mata a la voz. Esto es como si quisiera que entrara la espada pegando voces, o ¿será que grita para quitarse el miedo? Todo se andará. Todo. En el quinto se empapó de la sosería del animal y la faena no levantó vuelo.
Pero el caso más sangrante de la tarde ha sido el del mejicano Saldivar que ha dado muestras de necesitar volver a la escuela de dónde salió, que creo recordar fue la de Badajoz. Se puede justificar su impericia en el sexto, pero el tercero que fue el más noble, se dedicó a ahogarlo y por consiguiente a hacerlo malo, amen de no tener ideas para resolver, no le encontró la distancia en ningún momento.
Viendo este tipo de corridas se entiende porqué las figuras, al margen de gustos, lo son, y los mediocres matan lo que matan por ahí, y en Málaga.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Málaga 13 de agosto, (seria el número) de 2011. Tercera de feria. Toros de Peñajara, manejables, segundo encastado aplaudido al arrastre. Primero y sexto descastados. Terciados de presentación y sospechosos de pitones. Sergio Aguilar, estocada que atraviesa asomando por el brazuelo, descabello, aviso, tres descabellos más y se echa el toro. Silencio. Media y aviso, silencio. David Mora pinchazo a la voz y caidita, ovación que saluda. Dos pinchazos, uno hondo, aviso, tres descabellos, se echa. Arturo Saldivar, pinchazo, pinchazo trasero y caído, aviso, dos pinchazos, trasera, caída, atravesada, silencio. Media trasera, tendida, atravesada, descabello, silencio.
Ayer nos enseñaron toros – toros, hoy nos engañan con cabras engordadas y altamente sospechosas de manipulación córnea. Los enemigos de la pureza del toro salían diciendo, entendiendo que la corrida de Peñajara había salido mala, que si no queríamos pitones, ¡toma pitones!, Y yo les digo a esos ignorantes de lo taurino: ¡hombres de poca fe! Insignes mamamelones, pero ¿no habéis advertido que las cornamentas por afiladas no eran naturales? ¿Acaso no veíais que cada vez que remataban perdían las puntas, y se desfloraban los pitones? Se me dirá por esos veterinarios modernos y científicamente sabelotodo, muy puestos en la materia taurina, que hay encastes de pitón blando. Y yo les digo, pues que los ganaderos les pongan Cornucrescine, como se les pone a los cascos de los caballos. Es más, yo enviaría todos los pitones al laboratorio para determinar manipulación o enfermedad.
En lo de Peñajara ha habido cuatro toros potables, dos buenos, el segundo con mucha emoción, y dos manejables. Primero y sexto los malos de la corrida. A todos les ha faltado cuajo y remate, demasiado terciados con caras aparentes pero postizas. El primero descastado, no rompe “palante”. El segundo exigente, interesante. El tercero bueno y noble. El cuarto noble. El quinto soso que se deja. El sexto parado, descastado.
Sergio Aguilar al que podíamos haber disculpado de haberse aliviado en el primero, no tuvo perdón por trastearlo inútilmente. En el cuarto, vulgar, pesado, pezorro, dio la sensación de estar más fuera que dentro de este negocio, o si me lo permiten asqueado de tener asco, porque no se puede dar la sensación de estar rico sin tener un duro.
David Mora tuvo el lote más completo y decepcionó ampliamente. Se dejó ir el mejor toro, porque conformándose con poco se equivocó. El segundo era toro importante con arrancadas vibrantes y Mora se asfixió. Por el pitón derecho trasteó de mas a menos y por el izquierdo al no mandar, no cuajó ese buen pitón. Advierto que este chaval mata a la voz. Esto es como si quisiera que entrara la espada pegando voces, o ¿será que grita para quitarse el miedo? Todo se andará. Todo. En el quinto se empapó de la sosería del animal y la faena no levantó vuelo.
Pero el caso más sangrante de la tarde ha sido el del mejicano Saldivar que ha dado muestras de necesitar volver a la escuela de dónde salió, que creo recordar fue la de Badajoz. Se puede justificar su impericia en el sexto, pero el tercero que fue el más noble, se dedicó a ahogarlo y por consiguiente a hacerlo malo, amen de no tener ideas para resolver, no le encontró la distancia en ningún momento.
Viendo este tipo de corridas se entiende porqué las figuras, al margen de gustos, lo son, y los mediocres matan lo que matan por ahí, y en Málaga.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Málaga 13 de agosto, (seria el número) de 2011. Tercera de feria. Toros de Peñajara, manejables, segundo encastado aplaudido al arrastre. Primero y sexto descastados. Terciados de presentación y sospechosos de pitones. Sergio Aguilar, estocada que atraviesa asomando por el brazuelo, descabello, aviso, tres descabellos más y se echa el toro. Silencio. Media y aviso, silencio. David Mora pinchazo a la voz y caidita, ovación que saluda. Dos pinchazos, uno hondo, aviso, tres descabellos, se echa. Arturo Saldivar, pinchazo, pinchazo trasero y caído, aviso, dos pinchazos, trasera, caída, atravesada, silencio. Media trasera, tendida, atravesada, descabello, silencio.
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