OREJA, VALOR Y CLASE

¿toro o novillo del Puerto?

FERIA DE SAN ISIDRO 2011. 19 DE MAYO. PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS

Agustín Hervás

Onda Cero Radio
Toros de la ganadería de El Puerto de San Lorenzo, desigualmente presentados, alguno como el de la foto, novillo. Descastados y faltos de fuerzas. Todos parados, el cuarto se movió más. Y dos sobreros. El de Salvador Domecq lidiado en tercer lugar, grande y descastado. En quinto lugar por haberse corrido el turno, se lidió el de Carmen Segovia, soso, parado. El Cid, dos pinchazos sin soltar, estocada contraria trasera, silencio. Estocada trasera caída y descabello, oreja fácil. Miguel Ángel Perera, pinchazo trasera caída, aviso, ovación. Pinchazo sin soltar, estocada, aviso, dos descabellos, palmas. Daniel Luque pinchazo hondo, silencio. Estocada, silencio.
Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero, de la cuadrilla de Perera, saludaron tras banderillear al quinto por cumplir su obligación.

El Cid cortó una oreja al cuarto de la tarde que no seré yo quien se la discuta pese a que me pareció oreja fácil, de un publico fácil. Ciertamente el Cid toreó bien al natural pero en una sola de las series que dio. La gran virtud fue que su tesonería se la premió el toro con varias arrancadas buenas que ya dábamos por perdidas. La profundidad de los muletazos fue contundente, y la estética del torero perfecta. Con el primero estuvo aseado pero sin llegar a calentar al personal, hasta que el toro se vino a menos. Recupera el crédito.

El valor lo puso en la tarde Miguel Angel Perera. El cebú que salió en segundo lugar sustituyendo al devuelto, lo prendió para matarlo de cuya consecuencia solo debió sustituir la taleguilla por un pantalón tejano. La terquedad de Perera le llevó a este revolcón y su pesadez a asustar al publico. En realidad no le quedaba otra. Pero con el sobrero que salió en quinto lugar también tuvo echar arrojo, valentía, disposición y firmeza. Nada más y nada menos. Mantiene el crédito.

Luque puso la clase. Dentro de ser el torero que pechó con el peor lote. Malos fueron todos, pero este el peor, el sevillano imprimió a su toreo de capote una clase que nos alegra haya recuperado de los primeros tiempos que lo veíamos. Cimbrea bien el raso. Juega los brazos con arte. Y compone la figura con una estética que lo posiciona para premio entre los capoteros. Y hoy en día debe saberse el toreo de capote no brilla. Se le sigue esperando.

La corrida un fiasco. Impresentables. Moruchos. Descastados. Vamos para esconderse de la vergüenza.

¡Aquí paz y allí gloria!