Querido amigo, sepa usted, que aunque haya sido por fuerza mayor, y no haya visto la corrida de toros por la cosa de las elecciones, no se ha perdido nada, y se lo digo con tristeza porque yo tenía esperanza en la recuperación de esta ganadería, y he visto, repito, con tristeza, como aquellos bichejos que salían por la puerta de chiqueros nada tenían que ver con los que originariamente criaba don Jaime, si, ese que usted conoce que quiso salvar la ganadería haciendo una especie de asociación de amigos de Pablo Romero. Chicos, feos y uno que salió que lo aplaudieron mucho los de Madrid, más gordo que un toro muerto e hinchado, apestaba, apestaba de manso. Hubo un toro que remendó, de ese muchacho que hace cascos para motos, Nazario, y un sobrero de Los Chospes. Poco que contar. Pero le diré que me gustó el mejicano Garibay por algunos detalles y por aguantar una cornada del gordo, mas que gordo cuarto. Y el catalán Serafín Marín también me llamó la atención por su disposición y por la estocada al primero porque entró a matar o a morir y se llevó una tarascada en el pecho de mucho susto. Aguilar lo vi un tanto temeroso, nada decidido y con más querer que poder. Bueno y para terminar el resultado de hoy 2e de mayo en Las Ventas ha sido para Ignacio Garibay: silencio y ovación. Para Serafín Marín: vuelta al ruedo y silencio. Y para Serrgio Aguilar: silencio y silencio.
Por cierto a la salida de los toros me han dicho que lo del mejicano ha sido de 25 centímetros. Mucho para mi edad.
El tío pelos.
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