Daniel Luque pasea una oreja y le pega una mirada inquisidora al presidente Manuel Ávila.
TIENE GATOS EN LA BARRIGA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Me dicen que Daniel Luque no es buena persona, y un servidor, que es confiado de nacencia, se extraña. Un chaval tan joven, en ciernes, con gloria y futuro, no parece mala persona. Es a mi parecer un joven con hambre de triunfo. Insisten en que siempre pone cara de amargado, y que nunca está conforme. Lo de la cara ya si me lo creo, por se le ve el gesto. Luego si se observa con detenimiento se nota a las claras que le pega voces a la gente de la cuadrilla, que le entra un nervio por dentro que se lo come y que si por el fuera se comería a Dios por los pies. Lo de mala persona no lo sé, pero que tiene gatos en la barriga eso es palabrita del niño Jesús, porque visiblemente se mostró disconforme con la oreja que el presidente le concedió a la muerte del tercero, cuando la gente pidió la segunda con fuerza y le obligó a dar una vuelta de propina. Un matador de toros debe contenerse siempre, aunque tenga las tripas negras. Un matador debe ser y parecer un hombre equilibrado y razonable porque su oficio es el de burlar a la muerte , y la burla a la muerte es aún más trascendente que la materialidad de las orejas que se exhiben como trofeo.
Aparte de este detalle que dice mucho de la educación de una persona, y aún más de la categoría de un matador, a Daniel Luque, que se presentaba en esta plaza, le tocó el lote más parado del encierro por lo cual el matador sevillano realizó las faenas que últimamente vienen siendo de su gusto. Encimistas. Ya se sabe que el encimismo es un recurso potenciado por el ojedismo, manipulado por el jesulinismo y ahora retomado, desde Granada, por este chaval al que las prisas por ganar dinero, lo están alejando del buen toreo al que nos acostumbró.
Abrió el cartel El Fandi que no fue capaz de llevar a la plaza a más de un cuarto de publico, y la verdad que toreando como torea, es normal que su tirón se haya acabado desde hace unas temporadas. No pudo expresarse con el inválido primero al que decidió matar pronto. Y con el cuarto que hizo sobrero le anotamos alguna tanda al natural de buena factura. Por lo demás descolocado, despegado, al hilo de los pitones y destoreando. En banderillas el par mejor fue el de la moviola en el que no le queda más remedio que cuadrar en la cara para clavar, por la inercia del viaje que llevan toro y torero. El resto de los pares, a pitón pasado, y algunos clavando cuando el salto le ha llevado a la paletilla.
Salvador Vega vino sustituyendo a Rivera Ordóñez, que presentó parte médico de lesión en un tobillo. La afición en principio se alegró del cambio, pero luego quedó decepcionada porque el de Málaga aunque tuvo momentos inspirados en sus dos actuaciones, en realidad supieron a poco porque le tocó el mejor lote, el que más se movió y el que más se dejó. Vega pasó de voluntarioso a vulgar en una tarde que le pudo haber servido para coger confianza y solo demostró una vez más que no tiene alma, y que sin alma, un torero está roto. Se equivocó en la apertura de la faena al segundo toro, recortándolo en vez de llevarlo y no fue capaz de aprovechar el buen pitón izquierdo que tenía el de Núñez. Con el quinto que hizo amagos de querer rajarse tuvo la virtud de sujetarlo y de hacerlo embestir, pero faltando alma el toreo se convierte en vulgar como vulgar es el peón que le acerca los ladrillos al oficial que los coloca.
La corrida de Carlos Núñez correctamente presentada con dos toros, el primero y el sexto, más grandes. Faltos de fuerza, y algunos inválidos, debido a la humanización cometida contra ellos. Todos nobles y buenos que se dejaron en mayor o menor medida pero regalando embestidas.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Plaza de toros de Marbella. 19 de julio de 29.
Seis toros de Carlos Núñez, el cuarto hizo de sobrero al ser devuelto el titular por inutilizarse al dar un salto y pinzarse alguna vertebra, correctos de presentación y buenos en la muleta. Al quinto se le aplaudió en el arrastre. El Fandi, estocada baja tendida, rueda de peones y descabello, palmas. Baja tendida, dos orejas, por demora de los mulilleros. Salvador Vega, que sustituía a Rivera Ordóñez, estocada tendida caída, dos orejas mulilleras. Aviso, pinchazo, media tendida, aviso, descabello, se echa el toro, saluda la ovación. Daniel Luque, nuevo en esta plaza, estocada contraria tendida, oreja y dos vueltas al ruedo. Pinchazo, estocada atravesada, oreja.
NOTA: Como en una plaza de pueblo las cuadrillas piden a voces y con gestos las orejas. Carlos Núñez que estaba en el tendido, debajo de la presidencia, también las pedía con vehemencia.
TIENE GATOS EN LA BARRIGA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Me dicen que Daniel Luque no es buena persona, y un servidor, que es confiado de nacencia, se extraña. Un chaval tan joven, en ciernes, con gloria y futuro, no parece mala persona. Es a mi parecer un joven con hambre de triunfo. Insisten en que siempre pone cara de amargado, y que nunca está conforme. Lo de la cara ya si me lo creo, por se le ve el gesto. Luego si se observa con detenimiento se nota a las claras que le pega voces a la gente de la cuadrilla, que le entra un nervio por dentro que se lo come y que si por el fuera se comería a Dios por los pies. Lo de mala persona no lo sé, pero que tiene gatos en la barriga eso es palabrita del niño Jesús, porque visiblemente se mostró disconforme con la oreja que el presidente le concedió a la muerte del tercero, cuando la gente pidió la segunda con fuerza y le obligó a dar una vuelta de propina. Un matador de toros debe contenerse siempre, aunque tenga las tripas negras. Un matador debe ser y parecer un hombre equilibrado y razonable porque su oficio es el de burlar a la muerte , y la burla a la muerte es aún más trascendente que la materialidad de las orejas que se exhiben como trofeo.
Aparte de este detalle que dice mucho de la educación de una persona, y aún más de la categoría de un matador, a Daniel Luque, que se presentaba en esta plaza, le tocó el lote más parado del encierro por lo cual el matador sevillano realizó las faenas que últimamente vienen siendo de su gusto. Encimistas. Ya se sabe que el encimismo es un recurso potenciado por el ojedismo, manipulado por el jesulinismo y ahora retomado, desde Granada, por este chaval al que las prisas por ganar dinero, lo están alejando del buen toreo al que nos acostumbró.
Abrió el cartel El Fandi que no fue capaz de llevar a la plaza a más de un cuarto de publico, y la verdad que toreando como torea, es normal que su tirón se haya acabado desde hace unas temporadas. No pudo expresarse con el inválido primero al que decidió matar pronto. Y con el cuarto que hizo sobrero le anotamos alguna tanda al natural de buena factura. Por lo demás descolocado, despegado, al hilo de los pitones y destoreando. En banderillas el par mejor fue el de la moviola en el que no le queda más remedio que cuadrar en la cara para clavar, por la inercia del viaje que llevan toro y torero. El resto de los pares, a pitón pasado, y algunos clavando cuando el salto le ha llevado a la paletilla.
Salvador Vega vino sustituyendo a Rivera Ordóñez, que presentó parte médico de lesión en un tobillo. La afición en principio se alegró del cambio, pero luego quedó decepcionada porque el de Málaga aunque tuvo momentos inspirados en sus dos actuaciones, en realidad supieron a poco porque le tocó el mejor lote, el que más se movió y el que más se dejó. Vega pasó de voluntarioso a vulgar en una tarde que le pudo haber servido para coger confianza y solo demostró una vez más que no tiene alma, y que sin alma, un torero está roto. Se equivocó en la apertura de la faena al segundo toro, recortándolo en vez de llevarlo y no fue capaz de aprovechar el buen pitón izquierdo que tenía el de Núñez. Con el quinto que hizo amagos de querer rajarse tuvo la virtud de sujetarlo y de hacerlo embestir, pero faltando alma el toreo se convierte en vulgar como vulgar es el peón que le acerca los ladrillos al oficial que los coloca.
La corrida de Carlos Núñez correctamente presentada con dos toros, el primero y el sexto, más grandes. Faltos de fuerza, y algunos inválidos, debido a la humanización cometida contra ellos. Todos nobles y buenos que se dejaron en mayor o menor medida pero regalando embestidas.
¡Aquí paz y allí gloria!
FICHA:
Plaza de toros de Marbella. 19 de julio de 29.
Seis toros de Carlos Núñez, el cuarto hizo de sobrero al ser devuelto el titular por inutilizarse al dar un salto y pinzarse alguna vertebra, correctos de presentación y buenos en la muleta. Al quinto se le aplaudió en el arrastre. El Fandi, estocada baja tendida, rueda de peones y descabello, palmas. Baja tendida, dos orejas, por demora de los mulilleros. Salvador Vega, que sustituía a Rivera Ordóñez, estocada tendida caída, dos orejas mulilleras. Aviso, pinchazo, media tendida, aviso, descabello, se echa el toro, saluda la ovación. Daniel Luque, nuevo en esta plaza, estocada contraria tendida, oreja y dos vueltas al ruedo. Pinchazo, estocada atravesada, oreja.
NOTA: Como en una plaza de pueblo las cuadrillas piden a voces y con gestos las orejas. Carlos Núñez que estaba en el tendido, debajo de la presidencia, también las pedía con vehemencia.
3 comentarios:
Daniel Luque fue dejado por Tomás Campuzano por exigir afeitado en novilladas.
González de Caldas, su mentor no es un ejemplo de seriedad.
Tiene hambre de triunfos y eso es bueno en un Matador de Toros joven, pero torea siempre como si estuviera en una capea y eso no puedes ser bueno.
Admito lo del hambre de triunfos pero hay que TOREAR BIEN.
Estos subonormales son los que no dan un pase, se llevan a los amiguetes para que le pidan la oreja. Luego cuando no le dan la segunda sin haber dado un pase, dicen eso tan manido de "me han robado una oreja" ignorando (creo que ninguno se la leido el regloamento, por la sencilla razón de que no saben leer)que el otorgar la segunda oreja es potestad del presidente. Luego mal puede robar una cosa que es suya. Casualmente estos "robos" sólo se los hacen a toreros vulgares que en breve estaran toreando solo en su pueblo porque han nacido allí.........
Un saludo
Este Daniel Luque se va pareciendo cada vez más con esas actitudes a Abellán y al discípulo de Pepito Arroyo, César Jiménez. Ambos se creyeron lo que no eran, anduvieron con actitudes desafiantes y chulescas y hoy están prácticamente hundidos. Malo que Luque ande con estas cosas. Siendo buen torero se está equivocando de cabo a rabo.
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