SAN ISIDRO. PALHA, primero encastado. VARA, algunas protestas y silencio. CASTAÑO, silencio en el lote. VILCHES, aviso y silencio y silencio.
OTRO PUYAZO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
El primer toro fue el toro de la corrida. Mal presentado, pero un toro encastado que lo demostró en la primera vara derribando y en la segunda yendo de largo y peleando bien. Pero no le dieron otra vara porque la costumbre, ya lo decíamos ayer, es solo dos puyazos. Y a este toro debieron darle otro puyazo pues llegó con muchos pies al último tercio. No fue cosa mala que llegara así. Al revés interesó mucho a la afición porque pudo ver un toro fiero en Las Ventas desde hace algunos días. Al segundo tercio fue bueno, con viaje largo. Tercio que cubrió el matador poniendo un primer par a cabeza pasadita. Un segundo mejor, con más verdad por el pitón izquierdo y un tercero de dentro a afuera con mucho interés. Estos pares siempre suelen tener más emoción. Pero el toro de Palha no tuvo suerte en el sorteo y le tocó ser lidiado por Sánchez Vara. En las series por el pitón derecho muy despegado y abusando del pico y cuando llevaba cuatro seguidas la gente comenzó a protestarle la colocación y a pedirle la izquierda. ¿Para qué si por ese pitón no lo entendió?. El toro estuvo por encima del torero, que saben que significa que el torero no estuvo a la altura del encastado toro. El cuarto toro mintió en el caballo y el torero estuvo vulgar en banderillas, como siempre el par más meritorio el de los adentros. La faena de muleta fue de despropósito. Vulgar porque vulgar fue el toro o por mejor decir un toro vulgar para un torero vulgar.
Ya iba mediada la corrida cuando alguien en el tendido se preguntaba que dónde estaban los Palhas. La pregunta era de guasa pues llevaba implícita la respuesta que es algo de lo que el castellano puede darse honra. Otros idiomas son más pobres. El español no, el español es un idioma rico. A veces con una palabra, o una frase corta se enuncia todo un axioma. Por ejemplo en esta el aficionado le estaba diciendo al ganadero, presente en la plaza, que se ha cargado el encaste en beneficio de vender más toros. Y le estaba comunicando a la afición que esos que veíamos no eran los Palhas que llegaron a denominarse, claro en el siglo pasado, los Miuras portugueses.
Con Miuras parecía que se estaba tratando Castaño que lo único que hizo es confirmar en Madrid, ya lo habíamos visto en otras plazas, que efectivamente los pueblos también existen y que debe haber toreros para todo. No entendió al segundo porque le aplicó la corta distancia, el chaval no sabe hacer otra cosa que estar entre los pitones, empleando un encimismo irreflexivo y desesperante. Pero es que con el quinto demostró Castaño que no tiene capacidad para estar a la altura ni del toro bueno, ni del malo. Si hay que alabarle el valor, se le alaba, pero es para nada, porque nada dice ya ese valor de Castaño.
Luis Vilches estuvo voluntarioso con el tercero un toro que no humillaba que iba siempre rebrincado y que salía de los muletazos a su aire y rajándose. Con el sexto dio los mejores muletazos de la tarde al natural no porque la condición del toro fuera buena sino porque el oficio del chaval sevillano le provocaba las embestidas. No obstante he visto muy tenso a Luis y prueba de ello, parecía que le faltaba convencimiento, era que apretaba el culo cuando el toro pasaba. Sobre todo en el primero de su lote.
La corrida de Palha correcta en la presentación menos el primero y el cuarto toro. Diferenciándose muy bien las dos líneas de la ganadería. Habrá que unificarla. Primero y sexto en Ibán. Cuarto y quinto en Torrealta. Encastado el primero. Defendiéndose el segundo. Mansurrón el tercero. Soso el cuarto. El quinto un noble tonto y el sexto manejable.
¡Aquí paz y allí gloria!
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