19 mayo 2007

OTRO EXTRANJERO POR LA PUERTA GRANDE


SAN ISIDRO. REJONES. CUBERO, renuentes. DOMECQ, vuelta y palmas. GALAN: vuelta y oreja. VENTURA: silencio y dos orejas.

OTRO EXTRANJERO POR LA PUERTA GRANDE
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.

Alguien se equivocó cuando le puso a esto aquello de la FIESTA NACIONAL. Bueno la cosa valió mientras valió, es decir mientras no hubo fútbol y a los españoles, porque si o porque no, no nos quedaba más remedio que mirarnos desde dentro. Pero por fortuna desde que los viajeros viajan y en otros países también les pica este gusanillo de viajar al lado de la muerte. Ni fronteras, ni naciones. La fiesta del toro que es la más grande del mundo.

Ayer un francés, hoy un portugués, los otros días uno de Madrid. No va mal la cosa para las estadísticas, para el toreo ya es otro cantar.

Diego Ventura que se ha alzado con el triunfo en la de rejones lo ha hecho con mérito. Se fue con Chocolate a portagayola y no esperó a que el toro viniera, sino que para más riesgo el se fue para el toro hasta encontrarse en la verdad del tercio. Dio espectáculo porque el toreo de Ventura es menos clásico, más efectista pero que, desde un tiempo a esta parte, no desentonan sus ejecuciones a sus méritos. Se ve cuando, el toro sexto renuente a la embestida, se coloca para las suertes dándole las tablas. Cuando para procurar la embestida elige el terreno acorde a la situación y sobre todo esto porque la doma que le tiene a los caballos es probablemente con diferencia una de las mejores que hay en las cuadras de los rejoneadores. Perfecto estuvo Poema en los rejones de castigo al tercero. Perfecto Trincherazo toreando con la grupa. Casi perfecto el chaval entendiendo las velocidades del toro y el caballo. Solo el borrón de Té que no debía tener le tarde le hizo coger un punto de frialdad en el segundo tercio de este toro. Pero Ventura va bien.

Me gusta mucho y me ilusiona que Antonio Domecq haya tenido, sin cortar orejas, una buena tarde. En el primero con una actuación muy seria y ortodoxa siempre buscó clavar al estribo. Con el cuarto anduvo laborioso en los de castigo por lo rajado del toro y en las banderillas estuvo con un oficio importante, acertó con el de muerte pero el publico de Madrid, la verdad no es muy devoto de los Domecq. Me gustó mucho y me ilusionó la cuadra que tiene, bien montada, bien domada y con buen futuro, en la que me llama la atención que se ha decantado por los caballos de la raza Hispano Árabe que sin lugar a dudas (quizás otro día lo explique) son los mejores para estas actividades ecuestres además de ser los auténticamente españoles.

En su reencuentro con San Isidro Sergio Galán también se llevó su orejita. Fue en el quinto en el que estuvo aseado con los rejones de castigo pero que en las banderillas comenzó con infortunio porque Montoliú o su jinete dando ordenes batía antes de tiempo y la cosa quedaba fea. Luego remontó de mitad de tercio en adelante cambiando de caballo, toreando con la grupa a la manera de Cagancho y acertando con el de muerte. Caso igual le pasó en el segundo de la tarde que desde la mitad del tercio de banderillas en adelante estuvo mejor sobrándole los arrebatos de alegría que se ve son fabricados para alentar al personal. Las cortas a toro parado resultaron buenas.

Los toros de Benítez Cubero correctamente presentados excepto el primero, chico, y cuarto demasiado grandón. El primero y sexto, arreando. El segundo rajándose. El tercero bueno. Cuarto descastado. Quinto manejable. En general desmochados, no despuntados.

A la utilización extraña de las monturas mixtas y los bocados portugueses que nada tienen que ver con la monta campera, hay que añadir en algunas de las monturas de hoy que las riendas de los cabezales vaqueros no terminan en el habitual nudo vaquero. Otra cosa, pues, que se sale del ritual ortodoxo en la monta campera. ¡Tiempos modernos!

¡Aquí paz y allí gloria!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La falta del nudo al final de las riendas no es sino la consecuencia natural de la utilización de las dos manos a la hora de manejar el caballo, pero eso me parece que ya es predicar en el desierto.
Puntillero.

Anónimo dijo...

Hombre, llamar extranjero a Diego Ventura es exagerado, cierto es que nació en Lisboa pero llegó aquí con meses, por cierto desde que empezó a andar cogió la escoba, se "montó" en ella y "toreaba" todo lo que se acercara, pocos casos habrá de una vocación más temprana.