24 mayo 2007

MADRID NO TRAGA

SAN ISIDRO. ALCURRUCEN, primero y tercero buenos. PONCE, saludos en el lote e igualmente avisado. CID, ovación y silencio. TEJELA, aviso y saludos y silencio.

MADRID NO TRAGA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Cuando Madrid no quiere es que no quiere y no traga con lo que no está bien. El trágala es algo muy propio de las plazas de provincias donde los presidentes se dejan influenciar por el publico que no es nada exigente y la torería andante tan contenta. Madrid no. En Madrid sale un toro sano y se queda, en Madrid sale un toro pocho y lo mandan al corral. Eso cuando no se encuentran con un presidente que no quiere hacerle caso al publico. Esas cosas pasan en los toros pero un toro invalido es lo mismo en Madrid y en Pekín. Por esta circunstancia de la invalidez del quinto y la invalidez que mantuvo Trinidad, en el sobrero, El Cid se cogió un cabreo monumental. Se limitó a criticar al presidente. A matarlo de una corta y descabello. A cabrearse otra vez y a esperar a los victorinos. Eso pasó en el quinto, en el segundo El Cid fue cogido de mala manera cuando lo pasaba de capote, saldándose el suceso con un puntazo. El toro de poco viaje por el derecho y tardo por el izquierdo no rompió a bueno.

Ponce estuvo flojo en el primer toro. Esperé mucho más de él. Una primera figura del toreo. Pero la faena la enjaretó a base de pico, a veces demasiado pico. Despegado (eso es normal en su tauromaquia), a veces demasiado despegado y en el toreo al natural, muy justo. Muy justo en ánimo y muy justo en muletazos. En el toreo por bajo, bien como siempre. Pero el toreo por bajo no es nada más que toreo superficial. Si esto ocurría en el primer toro, en el cuarto ocurrieron otras cosas. Lo primero que el toro era otro. Natural. Pero además es que este iba a arreones, después de tardar en la embestida. Ponce lo mide le toma el pulso, le arrea dos derechazos, que traga y toma el burel y lo vacía por bajo. Empieza otra vez. Y así por la derecha. Por el izquierdo se le viene rebrincado y más cortito en el viaje. No se entretiene mucho el matador por ese pitón. Cuando vuelve al derecho ya sabe que es por ese lado por el que tiene que hacer el esfuerzo y estar en profesional. Su mérito tuvo la faena y su verdadera virtud que puso todo su conocimiento al servicio de la tauromaquia, la que requería este toro. Por eso Ponce será Ponce, fue Ponce y satisfizo voluntades.

El mejor toro del encierro pasó por las manos de Tejela que sustituía a Rincón. El más repetidor no fue entendido del todo por el madrileño. A veces se quedaba despegado y no vaciaba bien, se le quedaba el toro descolocado en el toreo por el pitón derecho. Por el izquierdo la faena tomó mejores vuelos aunque las series las hacía muy cortas. Una de ellas la dio más centrado y resultó más estética. Finalizó por bajo, toreo siempre del gusto madrileño. Repito, es de recurso este toreo que nada tiene que ver con el fundamental aunque para finales va muy bien. Falló con la espada. Con el sexto toro dio la impresión a veces que estaba desbordado por la embestida más de genio que de bravura y a veces se veía descolocado como otras equivocando los terrenos. No fue el tercer toro. Natural. Pero hubiera necesitado otros ajustes.

La corrida de Alcurrucén correcta en su presentación. Manejable el primero. Tardo el segundo. Bueno el tercero. Corto en la embestida el cuarto y con genio el sexto. El sobrero de Lozano Hermanos un invalido.

¡Aquí paz y allí gloria!

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