26 mayo 2007

NO ES LO MISMO


SAN ISIDRO. REJONES. BOHORQUEZ, colaboradores en general. BOHORQUEZ, aplausos en el lote. CARTAGENA, dos vueltas al ruedo y oreja. VENTURA, oreja y dos orejas.

NO ES LO MISMO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

No es lo mismo el San Isidro a pie que el de a caballo. Más serio el primero, más exigente, más entendido. El segundo más publico de circo. Aplauden todo. Chillan todo y cual perritos falderos sacan ansiosos sus lenguas pidiendo más caricias, léase caballazos. En la corrida se dieron muchos caballazos y eso no es bueno para este espectáculo ecuestre que no fue el mismo que el primero del ciclo, aunque revuelto con cosas malas hubo buenas... y otra vez el asunto de las orejas y los toreros enfadados.

El criterio es algo muy personal y cuando hay varios presidentes, como en esta plaza, muy difícil de unificar. Por eso ocurre lo que ocurre con las broncas presidenciales y la concesión de los trofeos, cuanto más en estas corridas de toros donde la plebe y los presidentes, en mucha mayor medida no entienden lo que ven.

Lo primero que sería conveniente es que todos los que algo tienen que ver con ese espectáculo se supieran los reglamentos, y día tras día se comprueba que no se lo saben, o no quieren sabérselo. Y los comentaristas taurinos estamos obligados a sabérnoslo para poder informar a las audiencias. Pasó los otros días cuando Castella y Abellán se quedaron mano a mano. Partida de mendrugos exponiendo criterios equivocados los matadores Antoñete y Emilio Muñoz. Y Vidrié. Obviamente no es objeto de esta critica la opinión que los tres artistas me merecen como artistas. Sólo digo que como comentaristas deben saberse el reglamento que impera en Madrid y Vidrié equivocó al personal diciendo que los rejones de castigo tenían distintas dimensiones y que los rejoneadores escogían. Para decir estas barbaridades no es necesario que Vidrié tenga una charla con los presidentes. Lo que debe es leerse el articulo 57 del vigente reglamento taurino. Y punto.

Por otra parte seguimos viendo que para pegar caballazos lo mejor es usar las monturas mixtas y para disimular la mala doma los bocados que se usan son preferentemente portugueses que son más cómodos para los caballos. Al menos eso dice el centauro de Tudela.

Insisto que Fermín Bohórquez, hoy por hoy es el único que monta a la vaquera con una pulcritud deslumbrante y en esta temporada tiene una cuadra extraordinariamente bien domada. Da gusto verlo aunque a veces le entre la neura de la familia y fastidie sus actuaciones. Por ejemplo en el primer toro de la corrida le he visto hacer a Fermín una de las mejores faenas, sino la mejor, que ha hecho en Madrid. Ortodoxo en la monta, midiendo bien las distancias y clavando por derecho. Sin concesiones nada más que para el buen arte del rejoneo. Pero falló con el rejón de muerte necesitando de tres descabellos. En el cuarto la pició. No estuvo bien con Sinfonía al que le topó el toro. Los pares a dos manos los coloca clavando a la grupa. Falló el primer palo. Frío el rejoneador en una actuación menos compacta, más deslavazada, que remató con un rejón en los costillares.

La controversia de oreja si y oreja no, se suscitó con el rejoneo de Andy pero Andy no estuvo tan bien como vieron los perritos falderos. Paró bien al segundo, al modo de Mendoza en el centro del ruedo para colocar un rejón de castigo, (ese que solo tiene una dimensión según el articulo 57), pero Magno no le atendió a los toques para cambiar y Cartagena necesita de las dos manos en las riendas para dominar la cabalgadura. Esto es falta de doma. Con Manili la cosa fue mejor en los cambios y el violín, aunque a la hora de clavar lo hizo demasiado a la grupa. Cuando la suerte suprema se deja tocar el caballo. En el quinto toro abusó de las piruetas que dio con Cisne y además también necesitó de las dos manos para mandar en las riendas. Solo con Fandi se le vio torear con la grupa bastante correctamente.

Otra vez por la puerta grande este sevillano portugués, sin merecimiento en esta ocasión. Verán la oreja al tercero fue muy flojita, excesiva por una portagayola aseada. Con Té no estuvo bien y además le clava (esto es general en todos los rejoneadores) muchos hierros, cuando lo reglamentado es solo seis banderillas entre banderillas, farpas, rosas y cortas, y otros enseres en los lomos. Los rejoneadores abusan y los presidentes lo consienten y luego quieren no atender las peticiones de las orejas. Un presidente además de serlo tiene que parecerlo desde los corrales hasta que se arrastre el último toro. Este Diego Ventura que sustituía a Hermoso, dio muchos caballazos y además resultaba vulgar en los adornos finales con Méjico, tocando la testuz y los pitones. Las dos orejas del sexto fueron una pasada. Si acaso una. La actuación más meritoria. Espectacular al encuentro en toriles con Chocolate. Luego a dos pistas con Guaraná, bien y clavando con corrección. Bate bien con Distinto poniendo un segundo palo muy ajustado. Pero también le sobran los adornos finales que fueron protestados por el carrusel con Méjico. Un pinchazo y un rejón muy trasero.

La corrida del padre Fermín correcta en la presentación, más desmochados que despuntados y colaboradores en general, excepto cuarto más parado y quinto tardo.

¡Aquí paz y allí gloría!

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