En una economía de mercado como es la supeditada a la globalización, y que como es natural también afecta al mundo del toro: todo se compra, todo se vende, con todo se mercadea.
Que los toros de Cebada Gago acudan ininterrumpidamente a esta feria no lo es por el juego que hayan dado en el ruedo, que si, pero aún más porque entre las peñas tienen fama de ser toros peligrosos en los encierros. Ese es el valor de mercado de los cebadas.
En la tarde de hoy los de Cebada Gado han sido artísticamente poco rentables. Improductivos se podría decir porque, primero, ha sido una corrida muy desigual en la presentación y en líneas generales descastada, con un toro, el primero que ha sido un buen toro, justo de fuerzas, como casi todos, sin llegar a ser inválidos, que cumplió en el caballo, y que calamocheó y cortó en palitroques. en la muleta, el burraco primero obedecía a los toques aunque punteando por el pitón derecho, pero que por el izquierdo fue bueno, metiendo la cara con franqueza y de viaje templado.
Con este toro, Juan Leal abrió la faena en los medios de rodillas. Toreó bien al natural pero en líneas generales optó más por el encimismo y efectismo que por la pureza del trazo de los muletazos. Mató mal.
En el cuarto anduvo el francés decidido y porfión y hasta pezorro porque na se pordía hacer con el descastado animal, salvo que por su porfía puso más en la faena que puso el toro, un cebada muy deslucido en el que influyó la falta de fuerzas. Otra vez muy mal con los aceros.
Leal mató también el sexto toro por lesión del mejicano Isaac Fonseca. Descolocado y pegapases no aprovechó bien las cualidades del burel, si bien algunos naturales, dos, fueron de bella factura, por templados. Luego optó por pegarse un arrimón, también improductivo, porque volvió a pinchar la faena, no haciendo bien la suerte. Se quedaba en la cara y no cruzaba. El toro manseó en la segunda vara después de mentirnos en la primera donde empujó más por genio que por casta. Aunque tuvo poco viaje el toro se dejó por el derecho y demostró nobleza por el pitón izquierdo.
Isaac Fonseca se dislocó el brazo derecho al entrar a matar al tercer toro, un berrendo sucio que fue mentiroso en varas, yendo, calamocheando, quedándose, huyendo y que a la muleta llegó a su aire con la cara alta, deslucido y de la que también se iba. Anduvo voluntarioso el mejicano, que pasó a la enfermería despuÉs del pinchazo donde se dislocó el brazo y remató al toro Juan Leal.
El triunfador de la tarde fue Román que estuvo muy centrado con el segundo Cebada, abriendo la faena genuflexo, enseñando a embestir al toro, y luego sin apreturas le dio fiesta en molinetes y pases invertidos. Mató muy bien y la estocada valió la oreja. El toro bueno en los dos primeros tercios fue muy informal en la muleta terminando rajado.
El quinto toro manseó en varas y cortó los viajes en banderillas. No se empleó y desarrolló un peligro sordo en la muleta tragándose algunos pases por obligación del torero que lo metió como pudo en el engaño por el pitón derecho y que no se confió por el pitón izquierdo. Mató muy mal el valenciano.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
La globalización a la que te refieres, querido Agustín, se llama Agenda Globalista 2030,cuya Plandemia ha afectado a los Toros que se lidian cinqueños cuyo comportamiento difiere del tradicional Toro de 4 años.
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