PABLO HERMOSO CON SU ÚLTIMO TORO EN PAMPLONA. EFE
Cuando Pablo Hermoso de Mendoza irrumpió en la escena taurina, a la gente amante del rejoneo y por extensión del caballo, nos llamó la atención que un chaval navarro y barbilampiño tuviera las ideas tan claras en la órbita del oficio que pretendía. Luego se vió que no solo las tenía claras, sino que además de practicarlas, puso patas arriba el concepto clásico del toreo a caballo, lo innovó emocionandolo y lo transformó de tal manera que creó escuela de la que bebieron los rejoneadores contemporáneos y las nuevas generaciones que adoptan todas virtudes que al arte de Cañero trajo Pablo.
Hermoso de Mendoza, nacido del pueblo, nada que ver con los señoritos andaluces que rejoneaban por divertimento, les dijo a los chavales de baja alcurnia que podían montar a caballo y rejonear toros bravos. Cambió la forma de montar para rejonear. Los bocados. Las sillas. Los terrenos. El toro... Y deshizo aquellas ominosas colleras para dignificar el toreo a caballo dando rango de corrida organizada y reglamentada a lo que antes se llamaba el numerito del caballo.
Seguramente me encontraré alguna vez más a Pablo está temporada despidiéndose... Tendré más oportunidades de escribir de su tauromaquia. En su tierra, ya dijo adiós. Adiós Pablo, adiós.
Y Pablo se fue de Pamplona con dos orejas y el respeto emocionado de los suyos.
Vistió el navarro a la rondeña, moda bien traída por el. Y después de llevarse un susto por haberse dormido en los laureles embargado por la emoción cuando el primer toro casi derriba a Nómada, se rehizo y nos mostró las hermosinas en la dimensión nacida del navarro y las excelentes batidas con Berlín. Las piruetas con Malbec y un rejón certero con Generoso. El toro de El Capea fue ovacionado al arrastre por su temple, recorrido y nobleza.
En el cuarto de Carmen Lorenzo no obtuvo trofeos pues su brazo no imprimía fuerza al rejón que mataba, porque no podía tener fuerza en aquel momento de ser el final de una brillante carrera de un brillante navarro. Otro gran toro, grande de hechuras y de bondad en la lidia.
En adelante su hijo Guillermo será el valedor del legado de Pablo y a él le pediremos cuentas de mantenerlo y aumentarlo. Gran responsabilidad que ya acepta el chaval y que comprometidamente manifiesta en los ruedos.
Salió vestido Guillermo de señorito andaluz sin zahones, como el que va de juerga, y por estar mal con los de muerte, mal, muy mal, no cortó nada al tercero de El Capea, y a decir verdad la actuación fue muy discreta, basada en tres caballos: Jíbaro, Ecuador y Esencial. El toro de correcta presentación, muy bueno y de atemperadas embestidas.
En el sexto que brindó a su padre, se repuso y realizó un toreo ortodoxo, clavando al estribo y pisando unos terrenos que ni su padre imaginó y pisó... Por eso hay que creer en Guillermo porque lo que se le supone es más de lo que da... Y tiene una vida por delante. El toro de Carmen Lorenzo, grande fue aplaudido al arrastre por bueno y colaborador aunque al final se vino abajo. Dos orejas después de pinchazo y uno bueno.
De vacío se fue Roberto Armendariz pero en cada toro dio vuelta al ruedo por su cuenta. Salió vestido de etiqueta de señorito andaluz sin zahones, como el que va a una boda, y con el segundo de la tarde, toro grande de Carmen Lorenzo, que brindó a Pablo, bueno, aplaudido al arrastre, anduvo discreto aunque arriesgando con su caballo Capea. Mató mal.
Con el atemperado quinto también falló con los aceros de muerte pero su actuación fue más centrada. Con el caballo Rubí hizo el numerito de quitarle la cabezada al animal, aunque llevaba martingala, y puso par de banderillas a dos manos.
Armendariz es ya veterano en este arte de Cañero y debía ser más considerado por las empresas.
Aquí paz y allí gloria!
3 comentarios:
Muy aleccionadora y sentida tu crítica.Muy cierto lo que ha significado Pablo Hermoso de Mendoza para el rejoneo.
Lo de la vestimenta de Señorito que va a la juerga no es de recibo,querido Agustín.Guillermo,hijo de Pablo,es una persona joven e iba vestido adecuadamente.
Entonces,qué vas a pensar de los rejoneadores portugueses vestidos a la antigua usanza? Que representan a una Portugal obsoleta?
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