BANDERAS PIRATAS, DIVISAS NEGRAS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Toro de piedra de Paco Rodríguez
Se rendía el publico pamplonica ante Juan José Padilla. Adorándolo, apoyándolo, admirándolo, y abrazándolo con la voz de sus gargantas en emocionados cánticos. En el sol sacaron banderas piratas para empatizarse con él. Algunos hasta usaban parches, otros pinturas para simular el coraje, el pundonor, el arrojo del pirata ante la adversidad y la muerte. Y por consiguiente a la entrega del jerezano se le premió con orejas en cada toro y la salida por la puerta grande. La última de la feria del toro de Pamplona. Quizás la feria más orejera de todas y quizás la más chunga en su mitad en cuanto a toros se refiere.
Divisas de luto portaban los astados esta tarde. Aquellas que ennegrecen el alma de los que viven la muerte en su familia. Y divisas negras eran pues a la par que el anuncio, servían para enlutar el juego de los toros de Torrehandilla, cinco, y un tercero de Torreherberos. Chicos, novillos, becerros. @solocuernos. Descastados, dos se echaron de mansos, el cuarto, de nota.
Con este ganado Padilla triunfó, por todo, y por nada, pero anduvo con aseo en el primero que no rompió y hasta algún trazo de buen muletazo se le vio. En el cuarto anduvo muy voluntarioso poniéndole al toro lo que no tenía, casta. En las banderillas obró con pulcritud, mas ortodoxo, practico y efectivo.
El Juli se estrelló contra sus deseos. Elegir una ganadería a modo para triunfar. Luego tuvo que hacer embestir a un torito, quinto, para poder justificarse. Hacer embestir a un toro, ¡paradojas de la tauromaquia moderna! Parece mentira que un torero que ha faltado a las primeras ferias más importantes, llegue a esta plaza con dos corridas de becerros. Debería tomar nota para no matarla más esta temporada, o quizás pida la camada de esta ganadería. El caso es a rebañar. Al segundo le hizo un trasteo inútil por la condición descastada del animal. Aquí la piratería era otra, y el luto de la tarde el mismo. En verdad que es triste ver al Juli en Pamplona con semejante ganado.
Daniel Luque cortó otra oreja al último, un torito que se movió más pero muy descompuesto, pero el sevillano supo aguantarlo con voluntad, firmeza y entrega. Al becerro tercero lo miró de compromiso, pero era para haberse ido directamente a Bilbao a ver si allí lo echan este año más grandes que estos de Torrehandilla. El becerro sin emplearse y el torero intrascendente.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Cada vez quedan menos plazas serias, tanto en ganado como dando trofeos.
Empezó Sevilla el año pasado, este año Madrid ha sido una vulgar plaza de provincias. Nos quedaba la esperanza de Pamplona y Bilbao.
La de Navarra, ha sido un petardo en cuanto a toros, cuando aparecieron las figuritas. Dando trofeos como si de presidente estuviera el ínclito "rabo alegre" de Málaga.
Nos queda Bilbao y al final de Agosto esperamos no tener que repetir lo que decimos hoy.
Saludos
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