toro de piedra de paco Rodríguez
LAS DOS FERIAS DE PAMPLONA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Estamos demasiado acostumbrados en este valle de lágrimas a soportar en cada feria que se precie, dos ferias. Excepto en Almería donde la empresa ha cuajado cinco tardes redondas. A saber, la feria del pobre de mí y la feria del pobre toro. En la primera se anuncian toreros recios con imponentes toros de trapío inmenso, y en la segunda se anuncia imponentes toreros con cabras exageradas de pitones. Y el personal que se aguanta todo. Nadie protesta, porque en ninguna plaza se protesta un toro, a excepción de Madrid, y porque allí existe un tendido rebelde a lo acomodaticio. En el resto, como en la sociedad en general. Un público anestesiado, amorfo, sedado.
Recuerdo la Pamplona de los años setenta cuando por menos de una higa se quemaba una bandera, o se protestaba a un ministro del interior, o se metían con el más pintado si este dictaba atrocidades. Era una sociedad contestataria fuera y dentro de la plaza. Ahora, el pienso que nos dan, nos engorda y nos habilita la somnolencia necesaria en la anestesia suministrada. En España se pierde el terreno conquistado a la miseria y empieza a anochecer, lo malo es que nos conformamos con una vela para alumbrarnos y no encendemos el fuego que nos de mas luz y que nos purifique.
Hoy se ha visto una corrida desigual, amorfa y aborregada de Juan Pedro, y nadie ha dicho ni mu. Hoy han salido toros al ruedo impropios de la Feria del Toro criados por el descansado padre del actual ganadero. Confiamos en que el hijo sepa sacar la ganadería de dónde la metió el padre, con aquella tontería extendida entre la familia Domecq del “toro artista”.
En realidad nada ha tenido importancia aún cuando el torito segundo fue el más encastado y al novillo tercero se le cortó una oreja pueblerina. La importancia en la fiesta brava la pone el toro, y si no hay toro, nada vale. El toreo de salón no es torear.
Talavante fue el que cortó esa orejita del tercero con tandas echando el pasito atrás y naturales ligados. Sólo los últimos estuvieron cultivados de enjundia y vistosidad. Ante el aburrido sexto también se aburrió el torero que pudo ofrecernos no obstante algunas tandas ligadas sobre todo empleando quietud.
Perera ha estado hecho un pinchaúvas en sus dos toros, pero de excomunión en el segundo, pues después de cuajarlo no se le podía ir, y se le fue. En realidad he empleado el verbo cuajar y esto hay que matizarlo porque el torito se movía bien en la muleta y el torero se colocaba al hilo del pitón, cambiaba el compas, cual bailarín taconeador, yendo el toro siempre por fuera, a veces codilleando, en fin, lo mejor fue la ligazón y el ritmo, pero faltó esencia y pureza. Con el melocotón quinto un toro noble pero de corto viaje solo mereció la pena la apertura de la faena en el centro cambiándole el viaje. Después nada, porque este toro era poco toro para un torero tan poderoso.
El Fandi hizo su espectáculo en banderillas. De los siete pares, cuatro en su segundo toro, solo el sexto por dentro mereció la pena. Los demás alarde de poderío físico. Con la muleta y el primero invalido, no había compenetración posible, y con el parado cuarto tampoco, si bien hemos de llamar la atención, que por el pitón derecho iba el toro pero el granadino le quitaba la muleta de la cara y le cortaba el viaje.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
no comprendo a estos "apoderados" modernos,¿que politica llevan con sus pupilos?.Lo que tenia que haber hecho perera,es apuntarse a todas las de gallardo,a todas de cebada,porque como esta el cotarro,dentro de dos años no se acuerda nadie de el.
La palabra "juampedrada",se va a quedar como sinonimo de algo que ha salido mal,que se ha hecho el canelo,etc.por ejemplo,"el concierto fue una juampedrada",no hay mejor palabra para significar fracaso.
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