Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Toro de piedra de Paco Rodriguez
Lucían los toros de Cebada Gago en Pamplona, la divisa negra. Era el luto por la muerte del ganadero, un ganadero cabal, un genetista imaginario que supo crear un encaste de las pruebas que otros ganaderos de postín le brindaban, un ganadero que nos ayudó a entender el toro en su trapío y en su verdad que firman los pitones limpios que gastan. Ni grande, ni chico, todo lo contrario, terciado como hoy en Pamplona pero con leña, encastado, nada bobalicón, como hoy en Pamplona.
Los cebadas de la feria navarra han tenido bastante que torear y la terna ha preferido mirar al toreo moderno para aliviarse y entregarse a medias para justificar el contrato. Solo el sevillano Nazaré ha pisado el acelerador para ganar plaza en la feria del 13, y seguramente lo conseguirá si tenemos en cuenta que ha cortado una oreja al sexto después de un pinchazo y una estocada, pues el personal pamplonica anda bastante generoso. El sexto pedía torero, y cuando el sevillano dijo aquí estoy por naturales el toro se revino. Con el tercero manejable de más a menos estuvo bastante entonado.
La corrida no fue brava en los montados y en las banderillas siempre fueron con las caras levantadas, pero luego se quedaban con un fondo de interés en las embestidas. El quinto por ejemplo que reponía pronto y aunque no humillaba embestía con alegría. No pasó de voluntarioso y a veces esforzado Morenito de Aranda, que con el segundo uno manejable de más a menos por su justeza de fuerzas, solo tuvo momentos estéticos pero que no construyeron la faena.
El local Francisco Marco estuvo aseado en ambos. Con el primero, el más noble de todos más acelerado, con el cuarto que a media altura se dejó bien, fue un trasteo insuficiente y sin gancho, después de una estocada caída y descabello le dieron sus paisanos una oreja. En el primero dio vuelta al ruedo.
¡Aquí paz y allí gloria!
No hay comentarios:
Publicar un comentario