FERIA DE SEVILLA, martes día 3 de mayo de 2011.
Toros de El Pilar, primero impresentable, se deja, se aplaude al arrastre. Segundo inválido y sin recorrido. Tercero encastado pero aspero. Cuarto se deja en brusco. Quinto, encastado, se aplaude al arrastre. Sexto bueno, el mejor. Morante de la Puebla, silencio y silencio. El Cid, ovación que saluda y silencio. Esaú Fernández que corta la oreja en el toro de su alternativa y otra en el que cerraba plaza.
Si quisiera aprender a torear bien podría tener un futuro bueno este chaval que hoy ha tomado la alternativa en su casa. Tiene la ligazón, tiene el temple aunque en el segundo de su lote se haya dejado desarmar por dos veces, tiene cabeza despejada y no le falta valor. Ahora le falta echar la pata palante, es decir cargar la suerte, eso mismo que le faltó a Manzanares en su tarde indultosa. Esaú Fernández en el toro de su alternativa estuvo bisoño pero decidido, habrá que corregir defectos, reposarse y enterarse de qué va esto. Enterarse de hacer las cosas bien, aunque con la escuela que hay, me temo que no quiera enterarse. Con tranquilidad anduvo en la cara del mejor toro del encierro, el sexto. Al que consigue ligarlo, pero despegado y destoreando, descargando la suerte, repito, pero a eso se le puede enseñar si el quiere aprender.
Morante de la Puebla. Con pocas opciones en su primero. Algunos detalles en el cuarto. Poca cosa parece en una feria que se le ha ido casi sin enterarse. Es lo que hay con Morante. No le exigimos y lo consentimos. No debería ser así, pero así es.
El Cid ha hecho un esfuerzo con el toro tercero, como corresponde a su oficio y a su experiencia. El quinto se le fue, no pudo con él. No lo entendió porque los defectos del toro son fallos tecnicos del torero. En este no.
¡Aquí paz y allí gloria!
Toros de El Pilar, primero impresentable, se deja, se aplaude al arrastre. Segundo inválido y sin recorrido. Tercero encastado pero aspero. Cuarto se deja en brusco. Quinto, encastado, se aplaude al arrastre. Sexto bueno, el mejor. Morante de la Puebla, silencio y silencio. El Cid, ovación que saluda y silencio. Esaú Fernández que corta la oreja en el toro de su alternativa y otra en el que cerraba plaza.
Si quisiera aprender a torear bien podría tener un futuro bueno este chaval que hoy ha tomado la alternativa en su casa. Tiene la ligazón, tiene el temple aunque en el segundo de su lote se haya dejado desarmar por dos veces, tiene cabeza despejada y no le falta valor. Ahora le falta echar la pata palante, es decir cargar la suerte, eso mismo que le faltó a Manzanares en su tarde indultosa. Esaú Fernández en el toro de su alternativa estuvo bisoño pero decidido, habrá que corregir defectos, reposarse y enterarse de qué va esto. Enterarse de hacer las cosas bien, aunque con la escuela que hay, me temo que no quiera enterarse. Con tranquilidad anduvo en la cara del mejor toro del encierro, el sexto. Al que consigue ligarlo, pero despegado y destoreando, descargando la suerte, repito, pero a eso se le puede enseñar si el quiere aprender.
Morante de la Puebla. Con pocas opciones en su primero. Algunos detalles en el cuarto. Poca cosa parece en una feria que se le ha ido casi sin enterarse. Es lo que hay con Morante. No le exigimos y lo consentimos. No debería ser así, pero así es.
El Cid ha hecho un esfuerzo con el toro tercero, como corresponde a su oficio y a su experiencia. El quinto se le fue, no pudo con él. No lo entendió porque los defectos del toro son fallos tecnicos del torero. En este no.
¡Aquí paz y allí gloria!
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