16 mayo 2024

LA VEJÉZ NO LE SIENTA BIEN A LOS DEL PARRALEJO. MADRID. FERIA DE SAN ISIDRO 2024. PLAZA DE TOROS DE LAS VENTAS.

 

Miguel Ángel Perera. La muleta de la tarde y del imperio de la tauromaquia.

Una corrida vieja, es una corrida vieja, y a no todos los encastes les sienta bien cumplir años. Los toros de ayer, primos hermanos de los de los otros días, lidiados a nombre de Fuente Ymbro, nada tuvieron que ver entre ellos. Ni por hechuras, ni por casta. 

En esto de la ganadería brava nada se puede aventurar pero quizás hayan perdido los del Parralejo el fondo de casta que les vendieron sus proveedores... o eso, que solo fueron toros viejos, avisados y resentidos, que no tenían ni un pase.

Confirmaba la alternativa un tal Alejandro Fermín con un toro que saliendo huido de la primera vara, luego tuvo dos entradas en bravo. En banderillas esperó una enormidad y a la muleta llegó tardo pero bondadoso, pidiendo distancia y medios. El toricantano no lo entendió. Lo toreó hacia afuera, abusó del pico, no le mandaba y por tanto se le quedaba debajo. eligió mal los terrenos y mató mal.

El sexto de la tarde fue un toro vasto que se dejó sin más en los dos primeros tercios y que a la franela embistió violento por el pitón derecho, entregándose más por el izquierdo. Alejandro Fermín acusó toda la retahíla de consejos impropios que enseñan los taurinos resabiados sobre el toreo moderno, a saber: acompañar más que lidiar. No templó, y solo estuvo bien cuando lo hizo al natural, quizás porque en esta suerte uno se entrega más. Mató mal.

Otro toro vasto fue el corrido en segundo lugar. Huido de la primera vara y tomando la segunda en bravo. A banderillas acudía solo con un tranco, esperando, claro. Incierto en la muleta en la que terminó siendo domado. Porque fue doma lo que Miguel Ángel Perera le dio a este toro metiéndolo en la faena con delicadeza, temple, técnica y convencimiento. Dio en Las Ventas una lección de oficio. Mató mal.

El cuarto, requete viejo, salía suelto de los petos y esperó en palitroques, solo en el tercer par embistió. Después saludaron todos (la cuadrilla) por hacer su oficio. Hoy en día los subalternos saludan por cualquier cosa que hagan a un toro que no sea noble. Luego en la muleta, rebrincado, con fiereza pero dejándose. Se echó de rodillas en el centro del ruedo Perera. Dio naturales buenos. Mandó por el pitón derecho, y se le fue el santo al cielo como en la otra faena, pues le tocaron un aviso antes de entrar a matar. Mató mal de un pinchazo y un bajonado. (Administrar el tiempo de una faena no es ninguna tontería)

En tercer lugar salió un toro que empujó en la primera vara y luego en la segunda protestó. Se dejó en banderillas y a la muleta llegó rebrincado, calamocheando, y en esto que se derrumbó, y ya se acabó todo porque empezó a defenderse. Paco Ureña comenzó la faena estéticamente por alto y por bajo, y después voluntarioso pero todo el trasteo inútil. Mató mal. Se pitó al toro.

El quinto, el mejor toro de presentación, bravo en el caballo, se lo pensó en palitroques y a la muleta llegó descompuesto. No rompió porque no se empleó. Al final, amagó con rajarse. Ureña porfión, con empeño, sorteó con este toro el peor lote. Acabó de bajonazo.

¡Aquí paz y allí gloria!

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