14 marzo 2013

VALENCIA 6ª DE FERIA: LA FERIA DE LOS DESCASTES



Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

En invento de Simón Casas hace aguas por todas las vertientes. Solo queda la corrida de Fuenteymbro para averiguar si alguno de los programados se salva de la quema. Ni las novilladas de Jandilla – Domecq, ni los Albaserradas de Adolfo, ni la miurada, ni los Núñez de la casa Lozano, han puesto una pica en Flandes.

Ciertamente en lo ganadero, un fiasco, pero en la taquilla, otra palmatoria. Programar ferias tan largas para soportar las perdidas con tres carteles de lleno, que es lo que se espera a partir del sábado, es una apuesta más que de valientes empresas, de temerarios empresarios. La catástrofe económica de Castellón va a variar mucho las confecciones de la cartelería ferial, sobre todo de provincias.

Simón lo sabía. Sabía que los cementazos estaban a la orden del día pero un romántico es un romántico. Pero la elección del ganado, hasta ahora, lo ha traicionado también. Nada ayuda. A perro flaco, todo son pulgas.

Los alcurrucenes de hoy descastados, con las variedades como las del rajado primero, con calidad pero sin fuerza el segundo, manso de solemnidad el tercero, y soso el quinto. La embestida del primero siempre provocada a la voz, hasta que se apaga como la llama de un candil. La exasperante falta de fuerza del segundo anuló la bondad y la nobleza que atesoraba. La mansedumbre encastada del tercero en la muleta se terminó cuando Fortes determinó quién mandaba allí. La sosería sin historia del cuarto resultó desesperante para el riojano, y la forma de embestir sin humillar y a su aire le requirió hacer un esfuerzo a Mora. El último fue el prototipo de bestia que a todo ganadero le gustaría mandar al matadero directamente.

Aseado en el primero y sin opciones en el cuarto Urdiales. Poco lucido el trasteo al segundo de Mora a causa de la falta de fuerzas, y gran esfuerzo en el quinto, que no tuvo compensación. Fortes estuvo por encima del mansísimo tercero y nada pudo con el descastadísimo sexto.

¡Aquí paz y allí gloría!

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