Foto de archivo, de EFE.Sexto toro de Vega Hermosa, para Talavante. Más cuajadito. Nº 8. Negro. Nada de capote, el toro va y viene sin emplearse. Se va de corrido al caballo perdiendo las manos. No le dan. El segundo se lo da el de puertas, también mal dado. Pide el cambio Talavante. Distraido el animal. le cuesta fijarse y antes de banderillas se va a tablas. Se entona en las banderillas. Galopa. Le pega un trallazo el matador al tantearlo y lo tira al suelo. Se queda chochón y embiste sin gracia. Noble, se deja. Y el triste enseña los dientes al sonreir creyendo que está haciendo una obra de arte. Pero está decidido y queriendo hacer las cosas bien. El toro se para, se agota. En la natural pincha sin querer pinchar. Pincha otra vez en la misma suerte. Tarda en ver la muerte el matador. En la suerte contraria otro pinchazo y le suena un aviso. Y sin tener el toro clavada la espada, entra a descabellar. Doce descabellos, segundo aviso. Y finalmente dobla el toro.
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