ALBERTO AGUILAR EL NUEVO HÉROE DEL TOREO

Los Adolfos. Foto de Burladero.com

ALBERTO AGUILAR EL NUEVO HÉROE DEL TOREO
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Alberto Aguilar ha escrito una brillante página en la feria de Valencia donde sale con puntos suficientes para conducir su temporada en España. No es tarde para llegar a Madrid. En Sevilla está puesto con la de Aguirre, y en el resto de las ferias habrá que echarle cuentas a este madrileño que ya el pasado año nos dijo que quería ser gente de esto. Aguilar ha demostrado tener oficio suficiente para dominar a las fieras, pero también un temple impagable para cuajar faenas de ensueño, porque si es capaz de templar a todos los toros como ha templado a los adolfos esta tarde, llegará a encumbrarse, y digo más; Alberto Aguilar tiene pinta de cuajar toros artistas de forma artista, y ustedes ya me entiende. Tuvo mucho valor y oficio con el complicado tercero, y con el sexto se situó en el pedestal de los héroes de la tauromaquia porque hacerle las cosas bien hechas a un toro que no las quería hacer bien, tiene un merito, igual que quedarse en el sitio cuando lo pasaba por el pitón izquierdo por donde se dibujaba la cornada, hasta que llegó. Pero igual que llegó no quiso irse a la enfermería sin matar al toro y sin recibir su oreja, premio a una gesta valorada.

Los toros de Adolfo Martín, viejos, sin fuerza y descastados. Primero, ovacionado de salida, noble bondadoso pero escaso de fuerzas. No termina de pasar. Segundo ovacionado de salida, manejable, ovacionado al arrastre. Tercero un alipendi enterandose, pasaba pero sabia lo que se dejaba. Inválido el cuarto no vale para nada. El quinto se dejó pero sin recorrido. El sexto en victorino, con viaje incierto y peligroso.

Rafaelillo en el primero estuvo aseado, le sacó lo que tenía. En el cuarto se alivió y tiró por la brevedad, que también es de torero ya que aquello no valía.

Tomás Sánchez, muy firme con el segundo de la tarde. Con muchas ganas y habrá de tenerse en cuenta porque no torea y lo ha entendio mejor que peor. Al quinto le costó trabajo trajinarlo por el derecho y por el izquierdo se amedrentó cuando lo cogió sin consecuencias. A partir de ahí eñ toro se acabó.

¡Aquí paz y allí gloria!