Sepan que no me duele en absoluto. Hace una semana que recibí un chivatazo de que iban a tirar el muro y la puerta de entrada al patio de arrastre, y lo puse en el blog. ¿Alguien se hizo eco de aquella denuncia? Nadie. Aquel día pasé una irritación, que nada bien le vienen a mis coronarias, hoy, mis coronarias, siguen funcionando igual que la de los demás malagueños. Lo dicho. Cualquier día amanecerá la plaza en el suelo y nos dará igual. Los españoles somos tan nuestros que no entendemos que lo publico también es de nosotros. Dejamos que los mangantes se llenen los bolsillos, envidiosos de no poder hacerlo nosotros, pero eso sí, si nos tocan el bolsillo propio, nos tiramos a la yugular de quien sea. Que tiran la plaza de toros, como si fusilan la estatua del Marqués de Larios.
23 abril 2010
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