ENTRE LA GLORIA Y EL DUELO, LA GUERRILLA

José Tomás

ENTRE LA GLORIA Y EL DUELO, LA GUERRILLA
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Jorge Conde ameritado por su hermano Javier, empresario, ha vuelto a demostrar este año, (el año anterior también se llevó el gato al agua muy a pesar de Rivera Ordóñez), que tiene una capacidad de negociación muy superior a la que tienen los socios empresarios de la UTE. Fernando Puche.
Este Conde tiene una sensibilidad especial para este negocio taurino y ha conseguido por segundo año consecutivo el mejor cartel de Resurrección. Por supuesto que Morante, El Cid y Manzanares, es un perfecto cartel para Sevilla. De regusto y esencia. Gusta. Es "mu" de Sevilla. Pero el de Málaga con Conde, Tomás y Perera tiene más atractivo y si me apuran, más tirón, aunque sea por el morbo que destila. O sencillamente porque nos interesa a más aficionados. Madrid no es referente para La Malagueta en Semana Santa. Como siempre Los Choperitas, con poco esfuerzo, les echan toros y toreros de segunda fila a los turistas.
Con la sutileza que le caracteriza a este joven Conde, consiguió apalabrar a José Tomás desde la distancia que dan las américas, y firmarle el contrato a Perera en noviembre. (No se entiende muy bien, entonces, las discusiones con Canorea). Pero algo más que viene a completar el trabajo de Jorge Conde y el esfuerzo económico de Puche, es la ganadería. Se anuncia que vendrán a Málaga los Cuvillos de Sevilla, aunque también se oye por las esquinas que pudieran ser tres y tres. Tres de los vistos para Sevilla y tres de los vistos para Valencia. Ninguno conforma a la afición. En Sevilla sale el toro guapo que no quiere decir que embista, y en Valencia lleva muchísimo tiempo sin salir el toro. De cualquier manera, y a sabiendas de que el toro es la asignatura pendiente de esta plaza de primera, el esfuerzo bien merece un reconocimiento de la afición, que por supuesto está expectante, ya que bajo la consideración del duelo que se anuncia, mala cosa sería enfrentarse a una gatada.

Se anuncia el cartel de La Malagueta. El mejor cartel de Resurrección. Como un duelo entre Tomás y Perera, pero no debemos olvidar que no se anuncia un mano a mano, que Javier Conde abre, y que aun cuando este torero, por ser quien es, y como es, está, por definición, puesto bajo sospecha, puede ocurrir lo que esta pasada feria, que sorprenda y aúne voluntades.
Tengo escrito que José Tomas no es el toreo y esa tarde será una inmensa oportunidad para que se demuestre. La curiosidad que despierta el extremeño Perera, por otra parte fuera de la cartelería de Valencia y de Sevilla, las dos primeras grandes ferias, es tanta que la fama de Tomás se diluye en el interés del conjunto. Por eso lo que se anuncia como duelo, debiera anunciarse como "guerrilla".

Sí "guerrilla", no precisamente entre la terna, a los que se les supone su disposición y amor propio. Sino contra algunos empresarios.
Tomás contra Canorea (no tengo muy claro que Ramón Valencia no quisiera pagar al de Galapagar), y, contra el sistema. Ese que hace ferias baratas para incluirlo a él, y que no tiene resortes para sacar a la fiesta del anquilosamiento empresarial. El del dos más dos, cuatro.
Perera contra Valencia y Sevilla, por no atender el caché (sea económico o de prestigio) que este torero se ganó a causa de sus Femorales partidas en la pasada temporada. Llama pues la atención a los empresarios que quieren ningunearlo.
Y por supuesto Álvaro Núñez (Núñez del Cuvillo), que dolido por el desafine de Canorea, entra en una guerra abierta con Sevilla, defendiendo única y exclusivamente lo que es suyo: El honor de ser uno de los ganaderos preferidos de la primera figura del momento, consciente de lo efímero de la suerte.

Por encima de todas estas consideraciones hay una más que no debemos hurtar a la gestión de los empresarios de La Malagueta. Verán: Como se sabe el Sábado de Gloria se va a celebrar ese engendro metafísico que ha sido denominado corrida Picasiana. Corrida a la que por otra parte no obliga el pliego y que por tanto es como un favor especial que le hace Puche a los chicos de la derecha del Ayuntamiento de Málaga. Manuel Díaz El Cordobés. Rivera Ordóñez, que tendrá la oportunidad de su vida para demostrar que se merece la Medalla de las Bellas Artes, con permiso de Morante que ha dicho que esa concesión es una vergüenza. Y Castella, que hoy por hoy, es metafísica pura. El cartel que paga la empresa, no se olvide, (el Ayuntamiento solo decora), es un cartel infumable para el aficionado y con unas miras turísticas, que tal y como está la cosa, parecen irreales. Sin embargo, si tuviéramos que juzgar a estos empresarios sólo por la organización de estos carteles de Semana Santa, amén de reiterar el triunfo sobre Sevilla y Madrid, convendría advertir que además se salen del anquilosamiento casposo del empresariado taurino español. Aclaro: Sevilla a lo sevillano. Madrid a lo fácil, y Málaga. Málaga a la vanguardia. Se pide, pues, explicación:

El cartel de Tomás es caro, muy caro. La Malagueta no da aforo para pagar toros y toreros, y salvo rebajas de última hora, posibles, se ha jugado con la baza de la Picasiana, por supuesto, cartel menos caro. No se tiene en cuenta reparaciones por feria, porque la feria no se sabe cómo irá en tiempos de crisis. Ni subida del servicio de ambigú, ni de las almohadillas.
El vanguardismo empresarial de la UTE. de Puche, pone la brújula en la reorientación del negocio taurino. Se cuenta con que, no habiendo televisión, (los socialistas de Canal Sur parece que no le quieren televisar a los populares de Málaga), los forasteros que acudan al reclamo de Tomás vean la Picasiana y hagan noche el sábado.

De otra manera, por puro patriotismo, y para ayudar a que el revolcón sea menos gravoso, algunos malagueños, entre los que se encuentra la flor y nata de los malaguitas, están dispuestos a colocar en Internet cuentas bancarias para los damnificados de Resurrección, no solo para cerrar la herida, sino para los cuidados paliativos que los empresarios necesitarán.

¡Ah!, y que Rivera Ordóñez no acepte la Medalla de las Bellas Artes, mejor que sea la Medalla al Trabajo. ¡Qué jurado, Dios, qué jurado!