02 junio 2007

¿SE PUSO O NO SE PUSO?

SAN ISIDRO. VICTORINO, una alimaña, resto manejables. ESPLA, silenciado en el lote. CID, ovación y gran ovación tras aviso. BOLIVAR, pitos y silencio.

¿SE PUSO O NO SE PUSO?
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Vengo sosteniendo hace mucho tiempo que Luis Francisco Esplá es un mentiroso. Un mentiroso compulsivo en Las Ventas, en las plazas de provincias, cuando torea, no miente y no lo hace porque allí se muestra tal cual es. Vulgar. Bulle en los palos y en la muleta le falta. Esplá ya es casi cincuentón y probablemente no debiera hacerle una critica como si ahora tuviera diecinueve años, pero es que Esplá no ha evolucionado sino a peor. Lo bueno que tiene Esplá es que por su labia sirve para convencer en las universidades y para eso si sirve.

Trasteaba al primero, que fue un buen toro de lo de Victorino, pero bueno, y yo no hacía nada más que preguntarme si se ponía o no. Y cuando terminó me seguí haciendo la misma pregunta pero en pasado. Si se puso o no. Tal es el grado de mentira que emplea el de Alicante que parece que si pero luego es que no y a la afición, sobre todo a la de Madrid, les parece que es Marcial redivivo y no saben que si Lalanda levantara la cabeza se caía "pa tras". La cosa se vio más clara en el cuarto que el viento le vino de excusa para no ponerse. No, como es un tío listo, la cosa le vino de excusa para quitarse, que no es lo mismo.

El que se puso de verdad, ¡la madre que lo parió! fue El Cid. Lo pinchó. Sí. Pero no podremos olvidar ese toro haciendo hilo y andarín y a ese pedazo de figura echando mano de lo profesional y de la técnica y aguante, porque hace falta tener un par de coj... cosa que al otro le faltaron, para consentirle y meterlo en faena. Bien, bien de verdad. Pero con el quinto, (su lote fue el malo de la tarde), que lo brindó, estuvo por encima de todo pronostico con el bicho porque, y no sé si él pensaba que podría romper, viendo que por el izquierdo no iba y por el derecho cabeceaba. Se quedó en el sitio, tiró de él y sin ser nada limpios, si fueron muletazos ganados a la alimaña. A lo mejor con otro puyazo hubiera arreglado la condición del toro. Empeorarlo nunca puedes empeorar a uno de este encaste, mejorarlo sí. El Cid estuvo en profesional, valiente, torero y en figura, que es mucho para tan poco como vimos. La gran ovación fue la gran ovación de la feria.

Algunos momentos buenos tuvo Luis con el tercero, pero Bolívar anduvo despegado con un buen toro, siempre de lo bueno de lo de Victorino, y no caló en la concurrencia pues el animal se fue arriba y el torero seguía en sus trece. Con el sexto anduvo a gorrazos, parecía pasar de muleta a un toro de cualquier otro encaste saliendo bueno. Pero claro el toro no emocionaba, nadie piensa que Victorino tenga esos toros, en la muleta iba y venia, y el torero soso que no arrebataba, lo llevaba y lo traía. La gente ni pajolero caso. El pecado del toro, parecer otro. El pecado del torero que le hubiera tocado este toro que además era de la ganadería de su apoderado.

La corrida de Victorino Martín correcta en su presentación menos los corridos en tercer y sexto lugares, más terciados. El primero y el tercero se dejaron. El segundo con chiribitas y el cuarto posiblemente bueno, malo si sé que no era. El quinto una alimaña y el sexto noble y bueno.

¡Aquí paz y allí gloria!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Qué aptitud y actitud del Cid toda la tarde. Es un pedazo de torero. Valiente, técnico, responsable, profundo, sobrio. Es la única figura que acepta la responsabilidad de torerar lo de Victorino. Tras lo de Sevilla donde estuvo extraordinario, lo de las Ventas ha sido sublime. Que ejemplo para otros, cuyo discurso se hace únicamente ante los "toros artistas" y que seguro cobran más que él.Que ejemplo para tantas "figuras de la farándula" que recorren "triunfantes" los pueblos de España, quitando sitio a los chavales que quieren hacerse paso en la profesión.
Se merecía ser premiado con la vuelta al ruedo por la labor desarrollada durante toda la tarde (vieron como estuvo en el segundo tercio, haciendo quites a varios banderilleros). Pero tras obligarle a saludar y el público pidiendo que lo hiciera, el torero al intentar iniciarla fue increpado por los de siempre. ¡una pena lo de estos energúmenos e indocumentados!Pero la inmensa mayoría del respetable (los otros no lo son) tributaron la gran ovación de la feria. Gracias por lo de ayer maestro, de nuevo ayer el toreo fue grandeza.
El quinto hombre