JOSÉ TOMÁS
Nació en Madrid el 20 de agosto de 1975 (otros el 76). Se vistió por primera vez de luces el 7 de febrero de 1991 en Valdemorillo. Debutó como novillero con caballos en Benidorm el 24 de julio de 1993. Se presentó en Las Ventas el 24 de septiembre de 19 ¿? y abrió la puerta grande tras cortar dos orejas. El año 95 terminó el segundo del escalafón novilleril.Tomó la alternativa en la plaza de Mejico el 3/12/95 de manos de Jorge Gutierrez y de testigo Manolo Mejias. Los toros de Xajay, Garfias y Teofilo Martinez. El de la alternativa era de Xajay, se llamó Mariachi, cardeno de 500 kilos.
1996
En San Isidro estuvo bien y salió con el aval de su público el sobrino de Victorino Martín. Confirmado el día 14 de mayo por Ortega Cano y de testigo Jesulin. Cortó una oreja en el sexto.
1997
24 febrero de 1997
JosÚ Tomßs: ½Cuando te pones en el sitio, los toros cogen y pegan cornadas╗
JES┌S M. BECERRIL , Madrid
El matador de toros JosÚ Tomßs (Galapagar, Madrid, 1975) sufri¾ la temporada pasada un buen nmero de percances y le han colgado el sambenito de torero al que le cogen mucho los toros. Pero Úl dice que no es para tanto. ½Cuando te pones en el sitio, los toros cogen y, ademßs, pegan cornadas╗, dice. ½Pero a mÝ me han cogido menos que a otros, y sin embargo se habla mucho menos de sus cogidas╗.Terminada la temporada, rechaz¾ ofertas para hacer campa±a en AmÚrica y se recluy¾ en la finca que los ganaderos mexicanos Chafik y Miaja, propietarios de la divisa de San MartÝn, poseen en Azuaga (Badajoz), donde ha pasado todo el invierno. ½DespuÚs de ir tres a±os seguidos a AmÚrica, me apetecÝa, sobre todo, descansar y, luego, prepararme para la temporada espa±ola, que va a ser fuerte para mÝ╗, dice.JosÚ Tomßs fue uno de los pocos toreros que la temporada pasada plante¾ batalla a los matadores de cartel. Y lo hizo en su primer a±o de matador de toros. Sus apoderados le aconsejaron no presentarse en Madrid, en la pasada Feria de San Isidro, con el escaso bagaje de la corrida de alternativa en MÚxico, en diciembre de 1995 y otras ocho mßs, todas excepto una la del Domingo de Resurrecci¾n de Granada tambiÚn matadas en tierras mexicanas. En su cuarta actuaci¾n, ademßs, habÝa sufrido una cornada en la femoral. ½Mis apoderados eran bastante reacios a que confirmara la alternativa en Madrid, pero la ltima palabra la tenÝa yo y dije que adelante╗, explica. ½Me la juguÚ a una carta╗.JosÚ Tomßs conocÝa muy bien a la afici¾n de Las Ventas. ½He visto toros en Madrid desde peque±o. Mi abuelo Celestino, que es muy aficionado, me llevaba muchas tardes. Me dejaba un capotillo y una muleta que tenÝa, y yo jugaba con ellos en casa. ╔l fue quien me meti¾ la afici¾n en el cuerpo╗.JosÚ Tomßs gan¾ la apuesta de Madrid: cort¾ una oreja del toro de su confirmaci¾n, lo que le vali¾ para firmar corridas en las plazas y ferias mßs importantes. ½He alternado con todas las figuras, en carteles buenos y en compromisos muy fuertes╗, dice.
En las primeras ferias
En la temporada de 1997 el nombre de JosÚ Tomßs aparece en los carteles de las primeras ferias importantes: una tarde en la Magdalena, de Castell¾n y dos en las Fallas, Valencia. ½Empezamos fenomenal, ojalß que siga asÝ toda la temporada╗, dice. ½Me gustarÝa matar en total unas 60 corridas. Mßs, no porque creo que me cansarÝa, no saldrÝa igual a la plaza, supongo╗.
Si los toros le respetan, por supuesto. Aunque Úl no dÚ mayor importancia a los percances sufridos en 1996, la realidad es tozuda, como algunos toros: la tarde de su alternativa sufri¾ una cornada en los testÝculos y en la ltima corrida de la temporada, en la feria del Pilar, un toro le volvi¾ a cornear en los mismos.
6 TOROS 6 José Tomás
Me obligo a comentar el arte de José Tomás: Belleza en silencio. Lo explico: En Las Ventas había veintitrés mil personas, pero cuando José Tomás citaba al toro con la muleta en la izquierda, en la olla hirviente se hizo un silencio de tentadero.
La magia del toreo de este joven madrileño tiene una raíz interior, es introvertida, se manifiesta mediante una desnuda verdad, es la colocación frente al toro desprovista de artificio, la sinceridad absoluta del engaño, el olvido definitivo de la ventaja, un callado valor de escalofrío.
Cuando el toreo es así ya no hay público. La gente, convertida en coro, es también el toreo. Mil soledades se funden con la tremenda soledad del ruedo. Hay en la plaza llena una clamorosa intimidad.
Y ese clamor, la comunión en estado puro, embargado de misterio, sin embargo se puede explicar. No en vano el toreo es ir más allá de la razón pero sin llegar a perderla. Aquel toro de Alcurrucén no quería embestir. No había sido bravo en varas, ni claro en banderillas. Se movió en el capote de José, pero abriéndose en las verónicas, y fue bronco, con la cara alta, a las chicuelinas. En ambas suertes se quedó corto en los remates. De modo que cuando el diestro lo abrío a los medios para darle plaza y que la embestida tuviera toda la ventaja, apostó a que venida de largo, tuviera posibilidad de recorrido. Pero el toro le dijo que no. Y tuvo el torero que acercarse, y tomarle en corto, cada vez más.
Frente a su remiso tranco, le ofreció su cuerpo como carnada, muy cruzado, auténticamente metido dentro del toro. Este le esperaba, y esperaba la muleta, quieta, inteligente, para deslizarse después hacia adelante y cambiarle la vista. No tenía otro remedio que embestir el retraído "Alcurrucén". Y lo hacía. Entonces la muleta, presentada a media altura, se deslizaba hacia abajo y hacia adentro, en un natural hondísimo, de sutil trazo, de profunda pureza: medio pecho por delante, armonía en la cintura, muñeca de cristal. Rugía la plaza, pero el toro no quería más. No se iba tampoco de la suerte, pues el torero seguía frente a él, ofrecido como prenda, muy cruzado. Y en consecuencia, los naturales surgían arrancados, uno a uno, sin posibilidad de ligazón, pero muy del gusto madrileño, pues el torero daba el pecho en el cite y se cruzaba a pitón contrario, lo que, esta vez sí, requería el toro.
El toreo derramaba belleza por fuera, y por dentro hacía su labor taumatúrgica: la colocación y el temple extraían, poco a poco, la bravura escondida del toro. Y poco a poco, el torero imponía una breve pero hondísima ligazón, muletazos tan puros, tan perfectos, tan rematados hacia adentro que la embestida casi se quedaba sin sitio para proseguir, de modo que las series, cortas e intensísimas, tuvieron un milagroso ceñimiento. La faena colmaba, era un triunfo de la intensidad sobre la cantidad, pero con ese necesario desbordamiento que siempre exige el arte derrochado con generosidad. En el cenit de esta hermosa obra de arte el toreo había impuesto una mutación sustancial al carácter del toro, ya bravo, ya entregado al arte acariciante de la muleta.
El torero quiso evidenciarlo cuando lo volvió a cerrar. Y cerca de las tablas, de perfil, entre los dos pitones, le ofreció de nuevo la muleta. No, miento. Le ofreció unos centímetros de muleta. Bastaba eso, el espacio justo donde depositaba su mirada el toro, para torearle. Podría haberlo hecho con un pañuelo, habría sido igual. Y los naturales, suficientes, sutiles, en la más pura línea corbachiana, tuvieron tanto arte como el vertical, perfilero, verdadero pase de pecho que los cerró.
Sólo bastaba que la estocada se planteara en la misma corta distancia donde había sucedido el toreo, colocado el diestro en el mismo sitio, a pitón contrario, y que el cruce se produjera lento, con la misma lentitud de sus muletazos, y que la mano derecha tuviera la misma contundencia, el mismo mando. Así fue. Murió el toro de muerte fulminante. Le mató el torero dándole todas las ventajas. Y le mató cuando, gracias a él, nos había revelado su misteriosa bravura y no le quedaba ya otra cosa que hacer en la vida.
Hay faenas que redimen a toda una feria. Incluso a la temporada entera.
Notas Taurinas por Francisco LAZO
El triunfador de Madrid: José Tomás, un torero a la mexicana
•Torea como le da la gana, lejos de moldes
•Aquí se desenvolvió como novillero y tomó la alternativa en la México
•Unico triunfador en la "Isidrada" de este año, salvándola de un tropezón descomunal
•Unico triunfador este año en el serial madrileño.
AMIGOS, José Tomás está convertido en el torero "más interesante", ahora mismo en la temporada española. Y no solamente por su triunfo solitario en la feria de Madrid, sino por sus maneras de torear, con las manos muy bajas, lentamente, siempre ajustado. Paró de cabeza a la plaza de Las Ventas, cuando la "Isidrada" iba rodando, convertida en "la feria de la desilusión y el aburrimiento" según escribe el significado crítico de la agencia EFE, Juan Miguel Núñez. Tomás le cortó las orejas a un toro llamado "Corchito" de Alcurrucén, el martes 27 de mayo pasado y salió a hombros del gran escenario, como único espada que consiguió tal distinción, el único diestro que alcanzó éxito tan significado en el toreo peninsular. La revista "Aplausos", dice a su vez: "Tan difícil y tan fácil. Un veinteañero se echó la muleta a la zurda, asentó las zapatillas, hundió el mentón en el pecho, arrastró la pañosa por el suelo hasta donde daba de sí el brazo, lo hizo "olvidao" del toro y del cuerpo, y lo puso todo al revés. No le hicieron falta más de cinco minutos para lo que ya se consideraba la gran tragedia taurina del siglo, un negocio de miles de millones -¡vaya San Isidro que llevábamos!-, cambiase de signo. Lo de este José Tomás, tan sencillo si nos fijamos en la absoluta naturalidad de sus gestos, se ha convertido ya en el suceso taurino del año y los hay que aseguran que de muchos años. Tan difícil y tan fácil...". En ese tenor se expresa en general la crónica taurina española, según puedo constatar en los recortes periodísticos que me han llegado referentes a la feria de San Isidro y en particular a José Tomás. Y uno que no estuvo presente en esa tarde feliz en Madrid, se pregunta: ¿qué hizo José Tomás para rescatar del desastre brillantemente al serial tan afamado, del derrumbe artístico que se venía temiendo ya en los últimos años? La respuesta la ha dado la crítica: una soberbia faena al natural. La misma revista "Aplausos" le hace una entrevista con la pluma de José Luis Belloch, quien le pregunta: "No cogiste la mano derecha en ningún momento, ¿por qué?". Responde Tomás: "Porque yo como disfruto toreando, es al natural, cuajar una faena con la mano que dicen da los millones. Lo normal hoy día es que se cuajen las faenas por el pitón derecho y la izquierda se coja al final. Yo no lo llevaba pensado pero surgió así y quedó original y bonito...". Y agrega: "Si yo hubiese cogido la mano derecha seguro que le hubiese pegado pases también por ese lado, pero no fue cuestión de que tuviese un pitón bueno y otro malo, es que en aquel momento me apeteció pegarle pases sólo por el izquierdo...". Las consideraciones inmediatas que pudieran sacarse de esas sus actitudes la tarde de su triunfo y sus declaraciones inmediatas, nos dirían que José Tomás ponía de relieve la influencia del toreo mexicano que abrevó en estas tierras, el torear "como le venga en gana". Eso se refleja también en la crónica de J.L. Suárez Guanes en la misma edición, en la que entre otros elogios, dice: "Faena sobre la izquierda en la que combinó la hondura castellana, con la templanza más absoluta, quizá aprendida en ese México que, un día realizó el toreo de esos dos monstruos sagrados que fueron Paco Camino y El Capea...". Y esto otro: "...entrega absoluta, pero una entrega basada en el arte. Arte del bueno hubo en cada natural, pero también en un armónico y rítmico pase del desprecio (así llaman en España al "desdén" de Manolo Martinez). Y ¿qué me dicen de ese remate, con visos de recortes a un quite por chicuelinas en el toro del triunfo? Tuvo aromas de Manolo González...". José Tomás, nacido en Madrid el 20 de agosto de 1976 con antecedentes gallegos, vino a México en 1994 cuando rondaba sus 18 años. Indudablemente fue influido por nuestro toreo y se abrió paso a bordo de muchos éxitos hacia la alternativa en la misma plaza México, el 10 de diciembre de 1995 con el toro "Mariachi", de Xajay, que le cedió Jorge Gutiérrez en presencia de Manolo Mejía. Absorbió el toreo bajando mucho las manos, lento, ganándole todos los terrenos al toro, más dado a la improvisación que a moldes, lejos del troquel, proclive al toreo al natural y a las manifestaciones artísticas. En síntesis, un torero a la mexicana. ¡Enhorabuena!
Domingo 6 septiembre 1998 - Nº 856
CORRIDA GOYESCA DE RONDA
El triunfo de José Tomás
Domecq/ Manzanares, Rivera, Tomás
Seis toros de Juan Pedro Domecq, mansos, deslucidos y sin clase. El
4º fue sustituido por otro del mismo hierro. José Mari Manzanares:
pinchazo y estocada trasera, palmas; dos pinchazos, un descabello,
ovación. Rivera Ordóñez: estocada baja y ovación; cinco pinchazos y
muerte por aburrimiento, -aviso- y palmas. José Tomás: tres
pinchazos y un descabello, -aviso- y ovación; gran estocada y dos
orejas. Salió a hombros. Plaza de toros de la Real Maestranza. XLII
Corrida Goyesca. No hay billetes. Presidió la corrida la Condesa de
Barcelona. También acudió a la corrida goyesca el ministro de
Trabajo, Javier Arenas, y los alcaldes de Sevilla y Marbella.
JUAN ORTEGA, Ronda
Tomás sale a hombros tras cortarle dos
orejas a su segundo toro ayer (EFE).
Los toros que ayer se lidiaron no hubieran inspirado a Goya.
Posiblemente tendrían la edad reglamentaria para ser lidiados como
toros, pero la pinta era de novillos, para más inri escurridos.
Pobres de todo, el descaro en el afeitado los hacía todavía más
miserables.
Vaya esto a modo de necesaria introducción para valorar las cosas en
su justa medida, pero digamos también que los tres matadores se
enfrentaron al mismo género y sacaron muy diverso partido. Y, a
mayor abundamiento, reconozcamos que los toros chicos han sido
denominador común de muchos triunfos desde 1940 hasta nuestros días.
Siguiendo con lo mismo, diré que recuerdo muchas tardes gloriosas de
Antonio Ordóñez con ganado menguante, y ello no empaña mi memoria al
recordarlo como lo más grande que nunca vi. Por eso, puedo decir
que, en su tierra de Ronda, uno de los vaticanos del toreo, se ha
coronado como su heredero y sucesor un joven diestro llamado José
Tomás Román Martín.
Sólo a Ordóñez vi templar como lo hace José Tomas, que parece llevar
en su muleta cloroformo o cualquier tipo de adormidera que causa la
progresiva adicción del toro. Templar es acompasar la muleta a la
velocidad de la embestida del animal, pero aún existe un temple más
sublime consistente en imponer al toro la velocidad que manda el
torero y esto, después de Antonio Ordóñez, únicamente se han dado
ramalazos en distinguidas figuras pero completo, lo que se dice
completo, sólo José Tomás.
Igual que no hay cante chico ni grande, sólo cantaores, en el toreo
no existe suerte chica ni grande. Sé que esto es osadía, pero no me
importa, porque he visto a José Tomás elevar la chicuelina o la
manoletina a categoría fundamental.
Sobre todo, he visto a José Tomás ir encelando a un manso pase a
pase, en el platillo, hasta poder alargar el toreo en series de a
cuatro increíblemente largas y convertidas en prodigio. Cuando, tras
la muerte del sexto, el torero saludó al público, que había rugido
después de una gran estocada, nadie aplaudió. Únicamente volaban
pañuelos al aire.
En Ronda, después de 27 años de la retirada del maestro, el toreo
tiene un nuevo Papa. Por muchos años.
Digo todo esto sin ser amigo ni partidario del vaticinio ni, mucho
menos del gorro de estrellero, y sé que todo puede acabar de muchas
maneras, pero nadie me va a poder negar nunca lo que he visto, lo
que me ha apasionado, y el inmenso placer de contarlo.
José María Manzanares se entretuvo en no dar ni una sola verónica al
primero de la tarde, que salió hecho polvo del caballo. Eso sí,
Manzanares necesitó probarlo por si todavía no estaba picado para
albondiguillas. Con la muleta, estuvo la mar de habilidoso, tomando
al toro fuera de cacho para atraerlo sobre sí, con precauciones, en
el esbozo de remate. El público estuvo voluntarioso y no dejó de
jalear ni un medio pase hasta que se aburrió. En el cuarto,
Manzanares, mucho gusto -el gusto es mío-, se enfrentó a un manso al
que metió en la muleta a base de pases sueltos, sin ligar, con mucha
cabeza torera y poca exposición.
Rivera Ordóñez se ha hecho maestro en citar doblado y en despegarse
al toro todo lo que da el brazo, estaquillador y el pico. Torea
desde fuera y hacia fuera. Ha perdido la colocación y, como siga
así, no va a encontrarla. Cuando acabo de escribir estas líneas, me
asomo a la ventana y veo en Ronda a la gente toreando. No ocurría
desde hace años.
Toros-San Isidro
JOSE TOMAS: "ESTA CORNADA ES UN TRIUNFO"
Madrid, 3 jun (EFE).- El matador de toros José Tomás, herido
ayer en el muslo derecho en la Corrida de la Prensa celebrada en
Las Ventas, comentó hoy a Efe que "hay cornadas que son un triunfo
para el torero y ésta es una de ellas, porque me la dio un toro por
estar dispuesto con él".
En la habitación 324 de la clínica madrileña "La Fraternidad",
acompañado de sus padres, José Tomás e Isabel, y de su apoderado,
Santiago López, el joven torero habló de su evolución: "estoy
bastante bien, dentro de las lógicas molestias. Esta noche he
podido dormir tranquilo gracias a los calmantes".
El doctor Máximo García Padrós, quien le operó en la enfermería
de la Plaza, le visitó a primera hora de la tarde de hoy para
hacerle una cura. "La herida está aún blandita, pero en buen
estado. Mañana me levantarán el drenaje, posiblemente el miércoles
me lo retirarán y en la próxima semana también me quitarán los
puntos para comenzar la rehabilitación", dijo el torero.
José Tomás fue herido durante la faena de muleta por un toro de
"Los Bayones". La cornada, según el parte médico, está en el tercio
medio superior del muslo derecho, con una trayectoria ascendente de
veinte centímetros que llega hasta el fémur.
El torero herido es, hasta el momento, el único que ha
conseguido los honores de la salida a hombros por la puerta grande
de Las ventas en la presente edición de la Feria de San Isidro, el
pasado 27 de mayo. EFE
06/03/15-52/97
José Tomás
Esperado por todos luego de su esplendorosa temporada el año
pasado tanto en España, 72 festejos y 88 orejas, como en Manizales.
También indultó con su arte un toro de la ganadería española de
Zalduendo, el año pasado en Manizales. Su prodigiosa mano izquierda y
lo que hace con ella adornada de la muleta embrujaron a los aficionados
de la temporada anterior.
Aquellos naturales inmensos en el centro del redondel ejecutados a
"Dirigido" no se olvidarán jamás. Volverlo a ver y sentir su toreo con esa
magia que sólo los artistas saben practicarla será una merecida
recompensa a un año de espera.
TRES TENORES Y UN TORERO
Fecha: lunes 31 de agosto de 1998 23:40 p.m.
Estimados amigos de Mundo Taurino:
Desde hace un par de años, y merced a la ciencias modernas del mercadeo y
la publicidad, que también se han apoderado del mundo del toro, se han
consolidado como grandes figuras del toreo tres jóvenes matadores. Tres
toreros que copan desde entonces todos los carteles en España,America y
Francia, con diversos y cuestionables resultados.
Tomaron posesión de los sitiales más altos del escalafón actual y se
instalaron cómodamente a disfrutar de su fama.Las corridas cansinamente
repetidas con LOS TRES TENORES en primavera, verano y otoño de los últimos
tres años, fueron redefiniendo, de modo peligroso, los cánones y conceptos
de la tauromaquia. Sólo unos pocos han protestado y discrepado con
respecto a la "maestría" de los tres tenores. Pero así han seguido las
cosas, hasta abril de 1997 en el que de pronto y casi que por la puerta de
atrás, llega un jovensísimo TORERO: JOSÉ TOMÁS. Y les da el susto de su
vida!.
Sale a los ruedos, juega brazos y muñecas,toreando con el capote de modo
primoroso, atornilla los pies en sitios inverosímiles para la concepción
actual del toreo, corre la mano con hondura y verdad, tanto por la derecha
como al natural, y acaba con el cuadro.
Pasado el remezón piensan los tres tenores que este "insolente", este
"chalao" vino, espantó y se fue. Pero no. Vuelve en 1998, y les repite la
dosis. Se oye a la salida de Las Ventas, luego de su triunfazo en San
Isidro: "este vino con la escoba", "les dio para el pelo" (antes decían, y
dicen aún algunos "este huele a formol"), y convence a todos. Y ya no hay
duda. Este es el torero que puede cambiar las cosas!
Pero lo más contundente, a parte de su toreo de verdad, es la
regularidad que demuestra en toda plaza en donde se presenta. Escribo esto
motivado por su último triunfo en Linares, el sábado 29 de agosto. (cuatro
orejas y dos rabos, y con dos de los tres tenores de testigos), aunque
podemos citar la tarde de Talavera de la Reina, el 16 de mayo de este año,
con Joselito y Ponce, saliendo a hombros con tres orejas en su esportón; o
más recientemente en la plaza de Leganés, con los tres tenores. Corta tres
orejas y sale a hombros, y los tres tenores quedan como "los tres
Chiflados", y se van de vacío.
Estas reflexiones no tienen por objeto denigrar ni a Joselito (que es de
los toreros que más me llenan, pero cuya abulia pertinaz e incomprensible
en un torero de su clase, me cabrea) ni a Enrique Ponce (a quien admiro
por su maestría demostrada y la belleza de su toreo, pero que, si no lo
ajustan, no se emplea en ocasiones); ni siquiera a Rivera Ordóñez, que no
me gusta y cuyo toreo no me dice nada como aficionado, excepto su valentía
seca (hasta dicen de él que "este tenor no sabe cantar", y creo que tienen
razón)
Mis pensamientos van más bien encaminados a resaltar dos cosas:
1. El toreo se encuentra en un momento de franca recuperación, de
esperanza plena. El toreo de José Tomás, como lo han dicho ya varios
profesionales del toro, es un viento fresco que sopla para refrescar a la
abochornada afición, cansada de ver tanto toreo superficial que hay hoy en
día. Tomás vino a poner las cosas en orden: verdad, pureza, en definitiva
EL ARTE y LA BELLEZA DEL TOREO en su máxima expresión a pesar de lo que
digan los detractores de siempre (Vidal y Cia.).
2. Todos los aficionados tenemos la suerte de estar presenciando el
surgimiento de tres figuras que harán época: José Tomás, Julián López "El
Juli" y Miguel Abellán. No es sólo mi opinión. Muchos amigos aficionados y
críticos taurinos se han manifestado ya en este sentido.
A mí personalmente, este panorama me llena de ilusión. Además sé que la
jerarquía de Joselito y Enrique Ponce, figuras que han dicho y hecho de
todo en esto, van a acabar de acomodar este rompecabezas, que promete ser
espectacular.
Por lo pronto, y mientras Joselito y Ponce no digan lo contrario, el
panorama taurino actual se cimenta en los famosos TRES TENORES... Y UN
TORERO DE EPOCA, QUE SE LLAMA JOSÉ TOMÁS.
Fabián Cuesta
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