Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Toros de piedra de Paco Rodríguez
El público de Madrid no quiere a Bolívar. No es que le tengan tirria por apellidarse como el gran libertador de las américas, es que el chaval es muy frio, desanimado, poco comunicador, y en contradicción con las gentes de aquellas latitudes, de sangre poco caliente, aunque en verdad no se sabe como baila la bachata. Ha tenido el mejor lote, si se entiende por el más manejable, no pasando de aseado en el tercero y en el quinto, por turno corrido, no se centró por el mejor pitón que fue el izquierdo. Esto Madrid no lo perdona y cuanto más tarde en arreglarlo menos lo van a respetar en Las Ventas.
Castaño pasó a la enfermería después de matar al segundo de la tarde pues por perderle la cara al animal lo volteó y le lesionó cervicales y vertebras. Ya no salió. Pero antes se las vio con un toro que dibujaba cornadas por el pitón derecho y por el izquierdo, en dos tandas, fue, pero sin clase y sin casta.
Rafaelillo estuvo toda la tarde penando. Penando con los isidros, penando con los toros, penando con sigo mismo, y penando con el universo, pues no era la tarde del murciano. El primero sin clase, después de haber sido bravo en el caballo. El cuarto descastado y con peligro, y el sexto, que mató por Castaño, noble pero sin recorrido. El público se lo puso difícil y él asintió. Se le vio que no podía hacer otra cosa. Impotencia.
El público ha puesto esta tarde en Las Ventas su voto a favor de los toros de Cuadri y en honor a la verdad, ha sido una corrida interesante en cuanto al juego, pero no en trapío. Los toros mejor presentados han sido tercero, quinto y sexto, resto, basto el primero, grande el cuarto y el segundo demasiado corniabierto, más feo. En cuanto al juego por lo cambiantes en los tercios. De la bravura del primero en varas se pasó a una embestida sin clase, o la borreguil nobleza del quinto, o el peligro del cuarto. De cualquier forma el partido de Madrid por los toros de Cuadri, ha sido excesivo pues se han aplaudido al arrastre tanto al peligroso como al nobletón, si bien la mayoría lo han sido por molestar a los toreros.
¡Aquí paz y allí gloria!
No hay comentarios:
Publicar un comentario