02 junio 2012

ADOLFO MARTÍN, TRES TOROS DE OREJAS


nº 89, Madroñito. Segundo
ADOLFO MARTÍN, TRES TOROS DE OREJAS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

La ultima corrida del ciclo isidril del 2012, se ha pasaportado sin trofeos auriculares cuando el ganadero echó tres toros de orejas dentro de una presentación buena, con un segundo toro que era una belleza propia del encaste. A saber los toros que se las llevaron puestas: Primero, segundo y tercero. A saber de los otros: Cuarto parado, quinto noble pero sin fuerza y sexto de media arrancada que se paró.

A ver los toreros. Los tres hubieran salido por la puerta grande de haber querido, pero cada uno puso sus motivos para no salir.

José Luis Moreno sorteó el primero que derribó en varas pero de codicia. Humilló mejor que ninguno de sus hermanos pero no repetía y terminó parándose. Antes de pararse el cordobés sin pensárselo debió habérsela jugado pisando un terreno más comprometido para poder ligarlo y demostrar si llegaba o no al final de las exigencias de su castita. Con el cuarto, dicho queda no hubo opciones.

El francés Bautista que consiguió meter al segundo en el capote, hizo concebir esperanzas. Luego quitó Fandiño por verónicas con el toro entregado en la embestida y Bautista respondió por delantales y revolera. Respondió con un repertorio menos, y peor. Cuando llegó el precioso toro a la muleta después de un buen tercio de banderillas, llegó noble, bueno, si un mal gesto, ni genio, propio de algunos de estos toros. Pero Bautista no lo ve. El francés no puso la sal suficiente al guiso porque se equivocó con el toro. Vio que era demasiado noble y creyó que el publico no le daría importancia. Al que no le dieron importancia fue a él. Al quinto le enjaretó algunos muletazos aislados sin historia porque el toro tampoco la tenía.
nº 13, Mulillero, tercero
Sin perdón Iván Fandiño con el tercero. Por dos motivos porque ese toro no debería haberse ido con las orejas puestas, la espada no funcionó en toda la tarde, y porque un torero nunca debe estar a lo que el público, pida, alabe, o recrimine. Un torero debe estar a lo suyo, y si sí, si, y si no, no. El ruedo es un lugar sagrado, una pira sacrificial, para que se ande en ella como patio de vecinos. Se molestó el vasco porque le protestaron el brindis al público. Y se molestó porque le pidieron ver al toro en el pitón izquierdo. Brinde usted si quiere pero ni una mueca. Y antes de que el público lo pida, enseñe usted los toros por ambos pitones. No se crea usted el mas listo de la clase, porque el publico, aficionado o no, está ávido de saber, que no de llevar razón, aunque a veces si. Como por ejemplo aquel señor que hoy le gritó: ”Te vas sin torear”. Y sí, Fandiño se fue sin torear al tercero. El toro más encastado del encierro, y el señor, lo vio como lo vimos muchos, porqué: porque se daba unas vueltas tremendas para buscar las largas distancias para que el toro fuera y emocionara. El toro iba, claro está, la casta hace ello. Pero le puso mucho teatro a la cosa. Luego en dos tandas por la derecha ligó los muletazos pero acompañando y utilizando el efecto compás de girar la pierna para descargar. Se equivocan los que dicen que así se le imprime más profundidad al muletazo. No, profundidad no, largura, y con ello tiempo para que el torero reponga. La profundidad se consigue cargando la suerte y llevando al toro detrás de la cadera. Pero esa es la verdad del toreo y estos chavales de hoy en día no quieren saber nada de verdades de este oficio. Solo una tanda por el derecho, la anterior a pedirle torear por el izquierdo, fue la más profunda y la mejor, porque toreó con la muleta muy abajo. Nada por el izquierdo y mal con los aceros. El toro aguantó hasta el último momento de la muerte con la boca cerrada. Casta, señores, casta. Con el sexto estuvo firme pero demasiado afectado, como diciendo, miren señores lo que se hacer y que ustedes lo vean. No conviene ser tan arrogante en un oficio de humildades.

El segundo y el tercero fueron ovaciones con fuerza al arrastre.

¡Aquí paz y allí gloria!

No hay comentarios: