24 marzo 2008

CONCIERTO DE CABALLAZOS

CONCIERTO DE CABALLAZOS
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

MÁLAGA, matinal de rejones en Resurrección. Frío. Se lidiaron toros de Flores Tassara, bien presentados, algunos pasados de romos, parados y descastados. Andy Cartagena, palmas y oreja; Diego Ventura, oreja y dos orejas; Joao Moura hijo, silencio y silencio. Se guardó un minuto de silencio por la muerte del periodista Alejo García. Punto.

Cuando había en La Malagueta, plaza entonces de segunda, y monumento histórico, un corral, también monumento histórico, para albergar cuarenta caballos, más acémilas de arrastre. No era necesario ocupar la vía publica con los trailer hoteles que usan hoy día los rejoneadores y que estos no estrecharan el paso de esa vía por el lugar del Hospital Noble. Ahora que la plaza sigue siendo monumento histórico y los corrales son la vergüenza de todos los corrales de la historia de las plazas de toros. Los camiones trailer de los rejoneadores deben ocupar la vía publica para desahogar sus caballos consiguiendo con ello impedir el paso de los ciudadanos y la evacuación urgente en caso de necesidad.

El presidente Porras vista su trayectoria se empeña en desacreditar a la plaza de Málaga, si es que esta tiene crédito, y lo que es peor, en desacreditar al rejoneo. Va pues y saca por la puerta grande a Ventura, en una plaza de primera. Le concede tres orejas, una y dos, por sendas faenas de caballazos y números circenses de caballos que se acuestan y muerden el polvo. Ya sé que Porras está mayor. No lo aparenta, debe estar poco trabajado. Todos vamos camino de serlo, pero hay edades en que uno debe saber cuando retirarse, sobre todo por el bien público. A los caballazos de Ventura hay que unir los carruseles, el tordo que baila, las gamarras en caballos indómitos y en fin esas cosas que siempre critico y repito. Las monturas mixtas, los bocados portugueses y el toreo de recortes.

El toreo de recortes se ha impuesto desde la era de Hermoso. Este consiste en tronchar al toro con la grupa del caballo, que no digo que no tenga su merito, pero que no es el toreo a caballo. Tampoco es el toreo a caballo el que hace Cartagena, con todo lo efectista que es. El toreo a caballo lo hizo un mocito, parece que feliz, que se llama Moura aunque en ninguno de sus toros terminó de rematar, y no lo digo por los aceros de muerte, que sí, que falló con ellos, sino por el hervor que le falta en la cocción de sus faenas. Con todo fue bonito verlo irse al extremo de la plaza, citar al toro, y con galope corto y muy en la mano los caballos irse a la cara del animal y cuartear hasta hacerlo llegar al estribo y clavar. Eso fue todo y nada más y nada menos en una mañana de viento helador que nos hizo añorar el calor de la feria de agosto que será lo próximo que veamos en esta plaza.
¡Aquí paz y allí gloria!

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