04 octubre 2006

PÉRDIDAS Y GANANCIAS

Siempre hemos sentido curiosidad por las ganancias del torero. Siempre nos hemos encontrado respuestas disuasorias. ¿Es licito saber lo que ganan los que se juegan la vida en dos horas? ¿Es el apoderado el verdadero defensor de los dineros del matador? Pepe García nos aproxima a la ética contenida en estas cuestiones.


PÉRDIDAS Y GANANCIAS

Siempre se ha dicho que el dinero del torero es sagrado; el poco o mucho beneficio obtenido por su labor en el ruedo, los honorarios de las grandes figuras, las exclusivas millonarias o los contratos raquíticos se han convertido no pocas veces en goloso tema de conversación para aficionados y espectadores más o menos cotillas y fisgones, porque lo cierto y real es que las ganancias del torero son tan objeto de malsana curiosidad como los secretos de alcoba y, como sucede con éstos, a veces no son bien conocidos ni por los propios interesados o, al menos, por uno de ellos, el propio torero.-
Aunque Ricardo Torres, "Bombita", ya dijese en su tiempo que el torero tenía que torear dos horas en la plaza y veintidós en la calle, lo cierto y real es que, en aquellos inicios del siglo XX, los matadores eran valorados por su labor en el ruedo y llevaban directamente cuanto afectaba a sus contrataciones, honorarios, fechas, elección de ganaderías, etc; si acaso, eran ayudados por alguna persona o amigo que se limitaba al ejercicio de puras funciones administrativas o auxiliares.-
Con la irrupción, finalizada la Guerra Civil española, de Manolete en el toreo, aparece, además, la relevante figura del apoderado, encarnada en la persona de José Flores, "Camará".-
Desde entonces, el torero trabajará dos horas en el ruedo y el apoderado las veintidós restantes en los despachos, ya que este delegado se perfila como el hombre de gran capacidad de gestión e influencia con empresarios y ganaderos, hábil negociador y relaciones públicas, allanador de obstáculos y defensor a ultranza, con uñas y dientes si fuere preciso, de los intereses de su poderdante.-
Ésta, al menos, es la teoría y la imagen que del apoderado perviven aún, hasta el punto de tener por axiomático el hecho de que un mal torero con un buen apoderado ganará millones y, en cambio, un buen torero con un mal apoderado no engordará sus arcas.-
Muerto ya Manolete, José Flores, "Camará", apoderaba en 1950 a la arrolladora pareja novilleril integrada por Julio Aparicio y Miguel Báez, Litri.- Cuando un periodista le preguntó al gran Juan Belmonte por cuál de los dos novilleros se decantaban sus preferencias, éste, con ingenio y aire zumbón le respondió: "Para mí, el mejor es. . . . . Camará". -
Es seguro que hoy existen apoderados paradigmáticos y geniales, diestros y sagaces para enfrentarse a tirios y troyanos, independientes e incapaces de transigir con cualquier maniobra empresarial contra su torero, honrados a carta cabal y respetuosísimos con el peculio de la toreria; pero igual de seguro es que muchos de ellos son meros gestores, dependientes o serviles ante el gran empresario, poco luchadores y acomodaticios, centinelas de su porcentaje y de poca cosa más, liquidadores de cuentas al estilo del Gran Capitán. . . . ..-
Al menos, así me lo parece a mí cuando se contabilizan las múltiples rupturas que entre apoderados y poderdantes se producen al final de cada temporada.-
Y es que toreros ha habido que mucho han toreado y poco o muy poco han recaudado; otros tantos pasan por el mal trago –poseyendo méritos sobrados- de pisar el ruedo en nulas o escasas ocasiones; aquellos de más allá han sufrido la prepotencia y el desprecio inmerecido de algún magnate empresarial.- En fin, que de todo hay.-
No obstante, y para deshacer cualquier equívoco, justo es decir que la fuerza y el empuje en la Plaza ha de ponerlo el torero, que éstas y no otras son las razones y avales a esgrimir por el apoderado ante las empresas.-
La valía del lidiador es elemento fundamental y nada puede hacerse sin ella.- Hace muchos años, un novillero torpe y medroso recriminaba y culpaba a su apoderado de las pocas actuaciones conseguidas en la temporada, achacándolo todo a la falta de fuerza e influencia de su mentor.- El representante, tras cantarle las cuarenta al torerito y recordarle su miedo ante el toro, le dijo: "Si quieres un apoderado con fuerza, búscate al boxeador Paulino Uzcúdun".-
Hecha la salvedad, vuelvo a decir que el dinero del torero es sagrado y, por tanto, bueno será que nadie lo profane.-
Almería, 8 de noviembre de 2001.-
JOSE GARCIA SÁNCHEZ

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy en dia los toreros ganan dinero si..pero menos q muchos famosos y deportistas..y sin embargo la fiesta mueve muchos miles de millones..ay camará como le echamos de menos!!