RIVERA ORDOÑEZ TOREA BIEN

FERIA DE FUENGIROLA 2006. PRIMERA DE ABONO
RIVERA ORDOÑEZ TOREA BIEN
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Trazaba Rivera Ordóñez una de sus mejores faenas de esta temporada en la plaza de la simpática Fuengirola cuando nos llegaba la noticia de la nueva agresión animalista a la fiesta. El jueves se votará en el Parlamento Europeo un proyecto en el que se pide a la Unión Europea que se ilustren normas que prohíban las peleas de perros y de gallos y las corridas de toros.
Era jabonero el torito de Juan Pedro al que habían marcado de becerro, a fuego en el costillar, con el numero 82 y durante su lidia se había mostrado con nobleza en los engaños a los que acudió largo y pronto. Cuadrado el toro, el torero se arrojó encima del morrillo pero falló. Falló tanto que la preciosista faena bien construida, hilvanada y conjugada no fue firmada por derecho. La suerte suprema, pese a los animalistas, es la suerte por excelencia que da nombre a la profesión de matador de toros y a la tauromaquia esplendorosa del festejo mayor que es la corrida. Rivera fue ovacionado con fuerza y aunque la satisfacción iba por dentro fueron sus compañeros de cartel los que se llevaron los triunfos. Rivera Ordóñez estuvo inspirado, toreó bien por naturales cadenciosos, algunos con encanto y dio espectáculo, ese que propició dar banderillas a Fandi y a Vega y ese que se vio en el par del malagueño con acierto. Después, - de esto los animalistas no saben nada, - le salió un cuarto toro de Parladé complicado con el que estuvo voluntarioso. Volvió a fallar a espadas. Esta vez el bullicio de la agradecida gente fuengiroleña se tornó en silencio.
Juan Cintrano quien me cuenta la faena con pasión y me habla del resto de la corrida con mucha viveza ni se imagina lo de los animalistas. Es popular la eurodiputada, se llama Elisabeth Jeggle y me da en la nariz que por esto es por lo que los populares españoles no hicieron nada en Europa mientras mandaron en España, por la fiesta de los toros. No es cuestión de que la gente de derechas alemana y española anden a la gresca por quíteme allá usted esa fiesta aunque esta sea bastante más popular que ellos.
Estos eurodiputados animalistas están muy preocupados por el sufrimiento de los animales de lucha y quieren que se ponga fin a las peleas de perros, gallos y justas de toros (lo de justas es mío, los animalistas alemanes no saben lo que es eso, ni la historia que tiene detrás) y piden además que por ejemplo Rivera Ordóñez, como ganadero, no reciba subvenciones de la Comunidad Europea.
El Fandi tampoco sabía nada de esto que se prepara para el jueves cuando ponía banderillas enfandilando al respetable que abarrotaba la pequeña plaza, ni los ponentes supieron de lo bien que toreó con el capote. ¡Claro que si se enteran del exceso de vara que recibió el toro, la ponencia la adelantan al lunes en vez de dejarla para luego! Los taurinitos y los malos profesionales cuando cometen estos actos de tropelía contra el animal más bello de la Iberia se olvidan de que nos acechan los enemigos de la fiesta para chivárselo a los incompetentes políticos que legislan. Por eso reclamo hacer las cosas bien en la lidia. Nadie me escucha. Para ellos la perra gorda y con su pan se lo coman, hasta que se acabe. Se acabó el toro y tras la borrachera de palitroques nada, el vacío y la voluntad también en el quinto, ¡ah! y las orejas que fueron en total de tres a parar a su esportón.
La Comisión Europea en el 2003 ya tiró de las orejas a España porque habían recibido cerca de 190.000 firmas de los antitaurinos belgas y holandeses (para esas fechas Alatriste estaba jubilado) que pedían el fin de las corridas de toros y de las retransmisiones televisivas en horario infantil. Los españolitos se defendieron argumentando lo más simple, lo de siempre, que esto forma parte de nuestra cultura y claro los europeos se rieron porque cultura, cultura, la que ellos tienen que ya se sabe que en algunos escaparates se exponen las mujeres al objeto del deseo masculino.
Si Fandi cortó tres Salvador Vega cortó cuatro y aunque sobraron un puñado Cintrano me dijo que estuvo extraordinario el malagueño ante un tercer toro rajado enjaretándole la faena en las tablas que era terreno que pedía el Parladé. De las del sexto me dijo que el publico se las regaló y Pirri el asesor también.
Aquí paz y allí gloria