EN BUSCA DE LA CAVA CAUDAL

EN BUSCA DE LA CAVA CAUDAL
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio

Acabo de enterarme de que Francisco Martínez Gomaríz, veterinario titular de la plaza de toros de Murcia ha dicho cosas muy interesantes para que los profesionales del toro se apliquen el cuento. ¡Claro que los profesionales del toro no confían en los veterinarios!
Murcia es una plaza que llegado el mes de septiembre parece un cachondeo. Digo parece, no que lo sea, y esto es debido a que esa feria levanta las sospechas de los aficionados cada vez que salen los carteles, pues en realidad cuando a los toreros les agrada una feria, quiere decir que en ella las cosas son más fáciles que en otra. Y algo de razón debe tener la afición porque la feria de Murcia contribuye al aumento de las apuestas ilícitas. A acertar cuantos toros se indultarán. Deben correr los euros clandestinamente de tal manera que este año a alguien deben haberlo hecho millonario, porque acertar dos toros indultados en una misma corrida es cosa nunca vista.
Los veterinarios son profesionales muy vulnerables. Los taurinos los traen a mal traer porque son acusados de inexpertos y canicheros, acordándose de sus familiares cada corrida que pasa. Sin embargo, salvo excepciones que las hay, hoy en día sus especializaciones sobre el toro bravo son Cum Laudem debido a que los propios colegios de veterinarios, como ha ocurrido el pasado fin de semana en Málaga, se preocupan de orientar mucho y bien a sus colegiados, sobre todo lo que significa y es el toro bravo. ¡Lástima que algunos presidentes no los tengan en cuenta!, por este motivo algunos veterinarios, como Pancho, ¡pasan del tema!, pero cobrar si que cobran.
Pancho es el típico veterinario que acude a las plazas de toros a los reconocimientos, a ver lo que haya y a aprobar lo que sea con tal de que tenga cuernos y ande. Nunca se sube a un palco, y luego pesa, porque eso si le gusta. Pesar, si, y mucho. Y luego a cobrar, aunque Pancho dice que es un fastidio que te "jodan todos los domingos!.
Sin embargo es bueno encontrarse con profesionales como Martínez Gomaríz que según parece le gusta hacer su trabajo y cuyo mayor problema puede ser que tenga que actuar en la plaza indultora por antonomasia en España.
Gomaríz, apellido por parte de su madre, en muchas ocasiones las grandes olvidadas de las celebridades, ha dicho que los puyazos traseros originan una merma considerable en los toros que les impiden continuar en la lidia en plenas facultades físicas. Y que es por este motivo por el que los toros se terminan en el caballo, por la mala ejecución de la suerte de varas.
Como se verá este veterinario coincide plenamente con la teoría que hace unos días el matador de toros y profesor de la Escuela Taurina de Málaga, Fernando Cámara, esbozó en el curso para veterinarios que se celebró en el Colegio de la capital malagueña. Dijo que la culpa de los males actuales de la fiesta la tienen los picadores.
Pero en lo que no coinciden ambos es en la importancia de la suerte de varas, porque mientras este dice que lo más importante en estos tiempos es la faena de muleta, aquel se la da a la suerte de varas, y claro el que lleva razón es el matador, debido a que el gran publico lo que quiere es ver torear, de manera que si como pienso, los aficionados no exigimos en las plazas el cumplimiento perfecto de la suerte, esta terminará desapareciendo para convertirse el toreo en un simple ballet.
En realidad esta teoría de Gomaríz, compartida por muchos aficionados, que de todas las suertes de la lidia la más importante es la de varas y es la que menos importancia se le está dando ahora, se ha visto refrendada por el reglamento andaluz que el señor Soriano defiende en cualquier foro, últimamente en la reunión celebrada entre las asociaciones ganaderas y representantes de la administración, pero por la pasiva, es decir por que se le está dando poca importancia. El reglamento perdió la oportunidad de reglar la técnica del picar toros y sancionar sus iniquidades, como también la perdió en otras muchas suertes.
Sea como fuere esta suerte está desvirtuada y para como está mejor sería que la prohibieran, así ganaríamos puntos ante los animalistas y dejaríamos en el paro a los picatoros. Los empresarios ahorrarían costos, los públicos no se irritarían y los aficionados nos iríamos a nuestras casas ahorrando también dinero y disgustos con la parienta... a la vuelta de unos años la corrida que otros vimos, estimamos y defendimos, dejaría de existir para darle la venia a los mamporreros de la culturalidad y oficializar la "corrida moderna" del sevillano y la del catalán.
Esto que ahora escribo con ironía me lo dicta lo asegurado por Gomaríz que a más inri va y dice que de los dos indultos ocasionados en la plaza de toros de Murcia este mes de septiembre, los dos de la ganadería de Zalduendo, apenas fueron picados. ¡Toma ya bravura!. Y lo que más fastidia es que algunos plumillas modernos y antiguos defiendan como paradigma de la bravura las faenas de muleta y los alumnos de las escuelas y sus profesores les rían la gracia.
Y otra suerte en la que el veterinario Martínez Gomaríz ha puesto su objeto de comentario es la suprema. Dice: "La estocada buena es la que cae en el hoyo de las agujas que secciona la vena Cava Caudal". De esta guisa el toro cae rodao sin puntilla con lo que también jugaría, su practica y eficacia correcta, a favor de la fiesta. Lo que ocurre es que al ser una suerte no es posible encontrar siempre la vena Cava Caudal, igual que el picador marra los puyazos en la base del morrillo. En ambas suertes la diferencia está en el ejecutor, que quiera matar o picar bien, o que sepan hacerlo. Créanme este es el objeto de una critica taurina: decir lo que se ve con la opinión de cómo se hace.
A veces cuando el tiempo se pone nublado y el sol deja de iluminar las sedas y los caireles. Cuando la piel de toro se hiberna para buscar el viento del oeste, pienso si todo esto que está sucediendo en el toreo y la falsedad con la que las administraciones apoyan y defienden la fiesta que los propios taurinos les han dicho que defiendan y regulen, no serán estocadas en la noche fría buscando la vena Cava Caudal de la tauromaquia eterna, para caer muerta a los pies del traidor sin posibilidad de resistir, porque ya se sabe que esta estocada es rodao y sin puntilla.