TRAMPOSO. NÚMERO 93, DE 539 KILOS Y CINCO AÑOS Y OCHO MESES. TORO BRAVO.
Se corrió en sexto lugar. Cumplió en los dos primeros tercios, pero podría haberlo hecho mejor de no ser por la jindama que la torería le tuvo, en general, a la corrida. Juan Sierra sin ir más lejos saludó después de un par comprometido por no medir bien las distancias ni el terreno para banderillearlo. En la muleta el toro fue bueno. Transmitiendo, humillando. No aceptaba las cercanías, siempre pidiendo: ¡toreros a mí! Un toro bravo, importante y completo. El más completo del encierro. Por el pitón izquierdo fue superior. Ovacionado al arrastre.
A este toro Borja Jiménez le cortó una oreja a pesar del pinchazo y la estocada trasera baja, pero la faena fue la mejor de la tarde el mano a mano con Luque, con diferencia. Una faena en la que los naturales cantaron la gloria de un paria del toreo. Centrado, bien colocado el sevillano. en un trasteo sin tonterías y concesiones a la galería. Con pureza.
El triunfo de Borja fue rotundo en toda la tarde porque supo imprimir carácter a sus faenas.
En los tres toros se fue a chiqueros (ya no se usa la portagayola, es ponerse enfrente de la puerta de toriles casi en el centro del anillo), como para dejar sentencia de lo que venía a conquistar en Bilbao, el día de su presentación en esta plaza. Y a sus otros toros cortó sendas orejas, mas o menos merecidas.
El segundo que metía la cara con fijeza y chispa en el viaje, se vino a menos y Jiménez anduvo con él, fácil, viendo bien las embestidas, a veces acompañando, otras toreando y al natural, de menos a más, mejor, pues parece ser que este torero tiene mejor metido en el caletre el natural que el redondo. Mató aguantando al toro porque fue sorprendido por el astado. Oreja.
El cuarto fue un toro encastado y aplaudido al arrastre. Solo se rompió en el peto. No se picó, por lo que arreó en palitroques y llegó con chispa al último tercio dejándose ampliamente, aunque acusó la falta de un buen puyazo pues el toro se hubiera atemperado en las embestidas.
A este toro Luque le hizo un quite por gaoneras y respondió Borja con otro por chicuelinas y una larga. Vistosos ambos.
Le hizo el sevillano cosas al toro pero no toreó. Sin ser desbordado tampoco puso lo necesario para estar. Sobrado y suficiente pero no notable. Estocada defectuosa, y oreja.
Se vendió el mano a mano como una cosa trascendente por ser Luque triunfador de Sevilla y Borja de Madrid. Sin embargo para la afición decadente bilbaína, tanto que les daba. Ese mano a mano tenía su sentido en Sevilla y en Madrid, pero en Bilbao lo que pasó fue que le robaron un puesto a a otro torero.
No fue la tarde de Luque.
El primero, bien presentado, como casi toda la corrida (el tercero fue chico con cuernos), fue aplaudido de salida y pitado al arrastre. Desde el tendido gritaban que estaba inválido, y así era. Manseó en varas y cumplió en banderillas y a la muleta llegó con bondad, fijeza y nobleza, pero inválido. Luque se pasó toda la faena cuidándolo. Llevándolo a media altura, con los toques precisos, sin molestarlo. Acompañándolo como enfermero de cuidados paliativos. Mató mal porque el toro en el embroque perdió las manos y el torero se resbaló.
El tercero fue aplaudido por la cornamenta cunado salió por chiqueros y recibió algunas palmas injustas al arrastre. Cumplió en varas. Arreó en palitroques. Iba y venía pero no rompió. Arisco.
Luque dijo que estaba reparado de la vista y ya todos pusieron reparos a lo que se le hizo al toro. De manera que Luque tiró de oficio sin resultados óptimos. todo para cumplir. Dio un pinchazo y cuando cogió el descabello le protestaron la acción (gracias a Dios que aún queda un residuo de buenos aficionados en Vista Alegre). No se debe descabellar (esto es un recurso, no una suerte) después de un pinchazo. Entró a matar de nuevo y cobró media trasera y caída.
El quinto de buena presentación aplaudido de salida recibió algunos pitos al arrastre. Se dejó en varas. Echó la cara arriba en banderillas y en la muleta fue pronto, metiendo la cara aunque echando las manos por delante y con el viaje corto. Sin clase, amagando y descompuesto.
Luque estuvo voluntarioso, con oficio y temple pero sin decir nada. Pinchazo. Trasera caída y tendida.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
He logrado ver los tres primeros toros desde Tailandia con 5 horas de adelanto.Muy acertados tus detalles puntuales,como descabellar tras el pinchazo como recurso sin haber realizado el Arte de la espada.Lástima,y como vasco me duele decirlo,que el número de aficionados taurinos haya disminuido en Bilbao. Normal cuando se aplican políticas nacionalistas ignorantes y sectarios.Un abrazo.
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