24 agosto 2024

PETARDO DE DANIEL RUÍZ EN SU PRESENTACIÓN GANADERA. BILBAO. PLAZA DE TOROS DE VISTA ALEGRE. CORRIDAS GENERALES 2024.

 

UNO DE DANIEL RUÍZ. MUCHA CARA, POCA CASTA. NADA DE FUERZA.

Se despedía Ponce de Bilbao y para este día eligió una corrida de esas que les gusta a los toreros, la de un ganadero que cría toros para los toreros y no para la afición... y en el pecado llevó su penitencia. Una corrida desigualmente presentada, impropia para Bilbao, y descastada, con un serio problema de falta de fuerzas que habrá que mirar.
Ponce se despedía, el ganadero debutaba, y se presentaba Pablo Aguado, que sin toros fue el que puso alma a sus trasteos, dejando detalles de calidad y torería.

El primer toro fue pitado al arrastre, avacado, anovillado y falto de fuerzas. No se empleó en varas, un tercio que no existió en toda la tarde, y que se dejó en banderillas. a la muleta llegó nobel pero sin fuerzas, y esto me hizo pensar que sería conveniente habilitar en las plazas de toros, salas de reanimación para los astados. Enfermerías para toros, ya que si no hay toro, no hay fiesta. Y de paso le pediríamos a Ponce, el mayor enfermero del reino, que fuera el director general de la sanidad de los toros, que como los de hoy parecían enfermos de melancolía. Pues en realidad eso es lo que hizo Ponce en este, su primero, de maestro enfermero en medicina y recuperación. Como verán, un futuro abierto para la fiesta y para Ponce que no debería marcharse del toreo, pues es necesario en su labor medico-terapeuta.

Le bailaron y tocaron el Aurresku. Esa danza vasca con la que se reconoce a las autoridades.

El cuarto toro, también pitado al arrastre, tuvo una presentación correcta. Se estrelló en el peto pero no lo picaron, y por este motivo se aplaudió al picador Palomares. ¡Vaya una afición! Se le adivinó nobleza al burel pero  por la falta de fuerzas nos aburrió, tanto como el torero en su última faena en Bilbao, en la que estuvo estético, enfermero y porfión, por lo que le pitaron los "emocionados" aficionados. Le hicieron dar una vuelta al ruedo y le dijeron ¡adiós!

Mortecino fue el segundo torito
que con su bondad se defendió lo que pudo de las agresiones de su matador Roca Rey. Lo pitaron al arrastre, pero al toro eso no le importó, ya estaba muerto después de un pinchazo y una estocada caída. Le brindó el peruano a Ponce, se puso de perfil en la faena que siempre fue para acoplarse, sin acoplarse y sin emoción.

El quinto toro fue el único toro bueno del encierro. Sin fuerza y por ello no se picó. Luego las arrancadas fueron encastadas y manejables, hasta que se fue apagando. La faena de Roca tuvo importancia por el pitón izquierdo, y por el derecho Andrés le bajó la mano, le dio tiempo y ajustó las distancias. Bien construida, fue la faenas más rotunda de la tarde. Pinchó, fue avisado con retraso y luego dio estocada buena.

Se presentaba Pablo aguado en Bilbao y dejó sus credenciales, sin tener toros.
En el tercero, dos verónicas y luego un quite por el mismo palo fueron de esencia. Brindó a Ponce, y sacó su pinturería, resolvió y mató mal a un toro, alto y grande que le faltó redondez y más fuerza. Le faltó casta y muchas más fuerzas. (¿Creo que lo de las fuerzas ha quedado claro, verdad?) 

En el sexto más de lo mismo. Toro sin emoción. Torero con clase. Aquí el público se metía con el ganadero y reclamaban a quien quisiera oír, que son muchos, pero escuchar pocos, el toro de Bilbao.

¡Aquí paz y allí gloria!

1 comentario:

juan jose franquelo dijo...

Desconozco si aún sigue la norma en Bilbao de que corrida que no es del gusto de los aficionados o torero que da el petardazo, no vuelvan en unos cuantos años por allí. Ya está todo tan cambiado que vete a saber si las cabras de la mayoría de los festejos de este año, vuelvan el próximo. Curiosamente, estas cabras han sido protestadas por unas minorías, lo que quiere decir que esa afición que era de lujo, ya no existe ni aún con franceses en el tendido...