SEVILLA. FERIA DE ABRIL 2015. TOROS DE JANDILLA Y UN REMIENDO, EL TERCERO, DE FUENTE YMBRO, PARA PADILLA, ABELLAN Y FANDI.
¡QUÉ BIEN SUENAN LOS LÁTIGOS EN LA MAESTRANZA!
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.
Abellán. Archivo.
La Maestranza a pesar de haber perdido a su afición señera, y albergar a la “maza” en conceptualización de aquel empresario que tuvo La Malagueta apellidado Puche, sigue guardando ciertas cosillas, que algunos llaman liturgias, que impresionan. Por ejemplo. El sonido de los látigos que usan los mulilleros para trallear a las mulillas en los arrastres. ¡Como suenan! Qué acordes, qué sonidos, qué notas, qué ritmos. No hay plaza en el mundo entero que suenen así los látigos. Aunque lejos de reparar en esto, el publico de hoy en Sevilla, que no llenó en sábado de farolillos, le echó guasa al clarinero al que se le fue una nota en un cambio de tercio.
Estábamos en esto y en realidad deberíamos estar en lo otro, que era una corrida de toros de Jandilla, bien presenta y manejable, con un tercero del hierro de Fuente Ymbro, encastado. Todos mejor en los primeros tercios, y en los principios de faena. Mantuvo el tipo por encastado en toda la lidia el primero. Se paró el segundo, y el tercero aunque también encastado fue mejor por el pitón derecho que por el izquierdo por el que le costaba ir. El cuarto manejable. El quinto sin romper, y el sexto se apagó después del tercio de banderillas que protagonizó el Fandi que después de correr el Maratón puso un par bueno. El ultimo de su tarde.
Y ya que estamos con el Fandi. Dos medias estocadas muy buenas en sendos toros. Lo demás gimnasia. Muchos muletazos. Poca sustancia. Descolocación, y pesadez. Todo lo que concuerda con el toreo moderno, que consiste en ganar lo mismo sin pegar un muletazo bueno.
Pensé que Abellán podría pegarlos, para mi ese era el punto de esta corrida, pero vi que no. Que el uso generalizado del pico. La descolocación. Descargar la suerte. Aunque el toreo al natural tape mas estas trampas, fue moneda principal en su operativa, y la verdad me decepcionó.
Padilla sigue a su bola, viviendo sus años de gloria que Dios le ha reservado, lo cual no quiere decir que sean años de gloria para el toreo, porque si Dios le ha concedido esta gracia, también podía haberle concedido la gracia de hacer las cosas bien, para que tantos y tantos chavales que quieren verse en su espejo, aprendan el oficio de matador de toros dignamente. Pero Dios le ha negado ese don. Con las banderillas no dice nada. Si mucha carrera, par pasado, fallando a veces, violín sin cuerdas. Y en las faenas, la primera la comenzó muy toreramente doblándose, hilvanándolas, pero sin ajuste. El toro encastado de Jandilla, merecía más verdad, estar más de verdad para convencerlo a él y convencernos a nosotros. Quizás los mantazos al cuarto, que le valieron una oreja, sean insuperables y meritorios para los sevillanos, pero para mi solo significan una inexplicable levedad del ser. La tarde para el fue accidentada. Cogido, la taleguilla arreglada. En fin que no pasó gracias a Dios a mayores.
Jabato picó bien al quinto toro.
A lo que vamos. ¡Que bien sonaban los látigos de los mulilleros…!
¡Aquí paz y allí gloria!
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