SEVILLA, FERIA DE ABRIL 2015. TOROS DE VICTORINO MARTIN. ANTONIO FERRERA. EL CID, Y MANUEL ESCRIBANO.
SI BELMONTE RESUCITARA, SE VOLVÍA A MORIR.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio.
Ni una pestaña, ni una pipa, a caso un caramelo para suavizar las gargantas secas porque la saliva no bastaba para aguantar las trágalas de los victorinos.
Bueno quizás el escribano esté exagerando un poco, o u bastante porque aunque intensa la corrida de Victorino, los matices son explicables.
Por ejemplo, el primer toro era una borrega de pronóstico reservado que se dejó en todos los tercios y no parecía de los Albaserrada. Un Parladé cualquiera. Pero como fue el primero, como que ni fu ni fa.
El segundo ya fue mas en lo que se esperaba de la ganadería. Con un pitón derecho poco aprovechado aunque a menos, y un izquierdo por el que se quedaba corto. Y todo el de más a menos. No tuvo peligro.
El tercero sin ser alimaña, era Victorino, con mucho que aguantar y mucho que exponer. Cualquier cosa por el izquierdo cantaba mérito.
El cuarto un toro con genio al caballo, que se fue del peto en los dos encuentros, pero que propició por su oficio, que Grillo fuera aplaudido. El toro al que se le dio la vuelta al ruedo con demasiada ligereza. Sevilla debe ser mas exigente, fue bueno por el pitón derecho, y por izquierdo comenzó a embestir con viaje corto, aunque luego lo fue alargando. En conjunto un toro, que a pesar del hierro, fue interesante en la muleta. Pero nunca bravo.
El quinto fue de más a menos sin clase y con brusquedad.
Y el sexto Victorino descastado.
Ninguno en la línea de las alimañas, quizás este sexto.
El triunfador de la tarde fue Escribano que le cortó una oreja al tercero. Aplaudido a la salida por la presentación. Porque en general la corrida estuvo bien presentada. Pero no le pegaron en varas y en palos esperó. Cuando llegó a la muleta por el pitón derecho no admitía manejo aunque iba, mas o menos, pero que por el izquierdo tenia un punto de interés que fue el momento en el que necesitamos el caramelito para la garganta seca de estar con la boca abierta a ver que iba a pasar. Y lo que pasó fue que Escribano le aguantó dos tandas al natural que hubiesen valido un cortijo de haber sido el trasteo más enjuto. La estoca fue buena de ejecución aunque perdiendo la muleta. Con el descastado sexto no pudo refrendar la intención de triunfo que se le adivinaba al sevillano.
El que pudo romper la pana fue Ferrera, pero con el mejor toro del encierro, y segundo de la feria, se dedicó a banderillear (en los dos toros) con una vulgaridad desesperante, y en la faena, curiosamente muy alabada por el “entendidísimo sevillanismo”, estuvo como para cerrar las escuelas taurinas en caso de que esta se enseñe como lección universal. ¡Si Belmonte levantara la cabeza!
Aquí el ciclón de las tempestades se puso en plan Ponce, esto es toreo moderno, separado del toro tres metros, sacando el culo, para regocijo de bien intencionadas mentes, abusando del pico de la muleta por torear, aunque no lo parezca, hasta las trancas. Hay que decir en su descargo que cuando lo pasaba por el pitón izquierdo, parecía que se estiraba un poco más, y es que parecía porque la esencia del natural precisamente obliga a ponerse más derecho, aunque no necesariamente fajado. Por pinchar no se volvió loca Sevilla, como ayer por otro motivo, porque si no lo hubieran sacado a hombros. Además no mató al toro. Tras dos pinchazos y un aviso, descabelló.
Estoy sintiendo en esta feria, mucha vergüenza ajena. Por lo que fue Sevilla y por lo que es ahora… y si esto está así en estas plazas de cierta importancia… miedo me da en las de provincias.
No me gustó El Cid. No es que estuviera como la chata, pero no me convenció. Con el segundo anduvo muy vulgar en todo. La voluntad demostrada fue mal administrada y con la espada mal. Y en el quinto la voluntad se diluyó por la brusquedad del toro, y toda la intensidad que se le suponía al animal, fue un no pudo ser.
Escribano también puso banderillas y compartió con Ferrera. Al revés también. Pues nada. Solo un par meritorio por el riesgo en el que cita sentado en el estribo y clava metiéndose por dentro casi sin sitio para escapar.
¡Aquí paz y allí gloria!
1 comentario:
Algunos detalles que no me gustaron y que se repiten en muchas plazas.1.Los puyazos muy traseros con lo que destrozan la espina dorsal del toro.Siendo una corrida torista los picadores no puyaron como debieran.Y lo más lamentable es que pese ello fueran aplaudidos.2.La estocada de Escribano,la de la oreja,fue delantera y tendida.Pese a ello,petición mayoritaria de oreja.Conclusión:No estaría mal entregar a cada espectador una hoja con dibujos sobre los lugares correctos de la puya y la espada.
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