09 julio 2014

PAMPLONA. FERIA DE SAN FERMÍN 2014. FANDIÑO TRES, LOS OTROS A MIRAR.

PAMPLONA. FERIA DE SAN FERMÍN 2014
QUINTA DE ABONO.
FANDIÑO TRES, LOS OTROS A MIRAR.
Por Agustín Hervás
Onda Cero Radio
Este no es playero. Museo Taurino de Córdoba. Foto, Paco Rodríguez

Si no fuera por ese aspecto chulesco y prepotente que se gasta el torero de Orduña, su imagen tendría más relevancia. Claro que eso no le preocupa al vasco. Le inquieta que le mojen la oreja, y quedar como la chata, y por eso en el fondo, el chaval es como es, mismamente como los toreros decimonónicos. Consecuencia, que el hambre de triunfo no le deja las tripas tranquilas. Vino a Pamplona a ganar, y ganó. Cortó una oreja después de una cogida al entrar a matar al segundo de la tarde, y dos al quinto de Victoriano del Rio al que se le dio la vuelta al ruedo.
Los otros toreros, el veterano Padilla, y el novedoso Juan del Álamo tuvieron que tragársela y ver como se lo llevaban en volandas por la puerta grande de la plaza de Pamplona. 
Pero la historia fue la que sigue:
La corrida del madrileño Victoriano del Rio bien presentada con mucha leña. Dos toros viejos, primero y quinto, un cinqueño, el cuarto, y el resto en edad, y dentro de la presentación, el quinto, el mas rematado. Los otros largos, vareados, pero sin reproches. De igual manera en el juego, no hay nada que reprochar a los victorianos. El primero inédito porque se hizo daño en una mano. El segundo sin fijeza. El tercero manejable. El cuarto, el quinto y el sexto,  buenos. 
Se le dio la vuelta al ruedo al quinto, un  toro que cumplió sin excesos en varas y que se dejó bien en banderillas. Por ambos pitones fue bueno. Fandiño lo pasó bien a la verónica y comenzó la faena con un pase cambiado, luego ligó muletazos, la concibió con corrección, y la midió, solo que estuvo ayuna de esencia, de un contenido sustancioso que nos hiciera saltar del asiento. Aplaudir si, pero vibrar, no. Mató de una estocada caída y traserita, y le sonó un aviso.
En  el primero anduvo voluntarioso. Sujetó la inclinación a irse. Y lo hizo con firmeza por el pitón derecho. Pero por el izquierdo no lo consiguió. Cobró un pinchazo antes de salir prendido cuando recetaba la estocada definitiva. Pasó a la enfermería para un poco de chapa y pintura, y nada más.
Sin opciones Padilla con el primero, pues hubo de matarlo al dañarse la mano izquierda. Pero en el cuarto lo vimos con corrección y sin prisas. Sobrado con la bondad del toro y hasta gustándose al natural. Pero algo faltó, y ello fue, ambición. Mientras el personal merendaba, el se tomó la faena como si fuera a afeitarse. Total, tiene otra tarde aquí.
Me duele especialmente que Juan del Álamo no estuviera a la altura de su lote, en el primero dio la impresión de que se le fue el toro sin torear, y en el que cerraba plaza que estuvo mas entonado, le dio por pinchar. Su lote requiere una reflexión porque era de triunfo, y el salmantino se fue de vacío. 
¡Aquí paz y allí gloria!

Por si alguien tiene duda lo que es un toro playero, este lo es un poquito exagerado
 
E L   C R I T I C Ó N
 
Cada vez los espectadores de las corridas de toros, están más sensibles a ver una larga agonía del toro antes de morir. Estos de Pamplona no piden orejas como haya tardado en morir el toro, aunque la faena haya sido buena.  Y si hay derrame  echan la bronca. Más o menos como en Francia, que se valora mucho la rápida muerte del animal. Canal Sur no pone la muerte del toro y Canal Plus, solapa algo las imágenes con tomas del público, sin llegar a cortarlas totalmente. En lo que llevamos de feria ya se han visto varios ejemplos.
Aunque soy contrario  a innovar en los toros, pienso que si el matador da una estocada y el toro tarda en morir, pues, dos descabellos, y si no lo mata, utilizar la pistola de matadero. La cosa es acortar mucho la muerte del toro. Ya cuando la enfermedad de las vacas locas, no se podía usar el descabello y la puntilla. Se remataron muchos toros así y mucha gente ni se enteraba.
Yo también me siento algo incómodo, habiendo visto morir a miles de toros,  cuando veo a un  animal dando traspiés, amorcillado y sin caer. 
 Aunque no ha estado muy bien Juan del Álamo  en su primero y algo mejor en el sexto,  es un torero que me hubiera gustado ver en la Malagueta. Ha progresado mucho en los últimos años. Antes que ver al petardo de  Javier Conde, estaría mejor del Álamo, sabia nueva. Pues Conde lo tiene ya todo hecho. Aunque es más rentable para la empresa, entre sus fans que son pocos y sus detractores que son miles, llenan la plaza. 
Feísimo que los toreros cojan los capotes haciendo unas orejillas. Lo hacen casi todos los peones, pero que lo haga el "maestro" Padilla, no es de recibo. Parece que están cogiendo un saco de patatas. La palabra maestro es cosa seria en el toro y en cualquier otra actividad de la vida. En los toros, a un mamamelones vulgar, se le llama maestro. Gran error, maestros hay muy pocos y eso se gana con el tiempo y las cosas bien hechas siempre.
 Lo que ha hecho esta mañana Talavante en la plaza pamplonica, el enseñar a cientos de niños a torear, no es cosa de estos últimos días. El gran estoqueador malagueño Paco Madrid, le daba clases de toreo a unos niños que vivían cerca de su casa. Me decía mi abuelo, que de un capote viejo o de una muleta usada del matador, se partían en trozos y cada niño tenía un capotillo y una muletilla. Las espadas eran cañas de bambú con su cruceta y todo. Tengo unos vagos recuerdos de este matador, yo tendría 5 o 6 años y me impresionaba mucho su estatura, o yo era muy chico. Vestía elegantemente con su sombrero de ala ancha y casi siempre de oscuro. Pues casi todos los días le daba clases a unos chiquillos en un solar próximo a su casa. Eso me lo contaron y también que como los niños querían recibir clases a todas horas, pues para quitárselos de encima, le daba unas perras chicas para que compraran chucherías y mientas él se las piraba a las tertulias del café español, el café más torero de Málaga.
 
 Malagueto.

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